ARAUJO - CARHUÉ
VÍA BUENOS AIRES MIDLAND RAILWAY:
Haciendo realidad un sueño

1 y 2 de Mayo de 2014

                Antes que nada me presento: mi nombre es David Heidel, estoy casado con Andrea, tenemos una bella Malenita de 5 años, vivo en San Miguel, Bs.As.  y soy inquieto y curioso por naturaleza.

            Esa inquietud me llevó a buscar y a conocer gente que compartía el mismo espíritu aventurero, como por ejemplo Ale Tumanoff (gracias a él me metí en el cicloturismo) o Sergio Zerega, el cual me invitó a realizar este relato para publicar en su tan admirado sitio. Y fue ahí, justamente, donde hace menos de dos años, al leer las andanzas del Pampa, me dije: “che, yo quiero hacer eso también!”, y así fue que terminé vendiendo mi auto y comprando una camioneta con doble tracción, herramienta casi indispensable para esta clase de aventuras… Bueno, ése soy yo.

            Por otro lado tenemos al Bs.As. Midland Railway, o FFCC Midland, o simplemente FCM, ese misterioso  -para mí- ferrocarril que nació gracias a Enrique Lavalle, el cual solicitó la concesión allá por 1903 para un ferrocarril de trocha angosta que uniera Barracas al Sud con Carhué, partido de Adolfo Alsina, y que tuvo como ideólogo del proyecto a Eduardo Casey. La construcción comenzó en 1907 y el tendido de vías llegó a Carhué en 1911. El último tren corrió en el invierno de 1977 y luego se levantaron las vías, pero casi todas las estaciones y los pueblos, quedaron ahí.

            No voy a contar acá toda la historia del Midland, ya que hay bastante info dando vueltas para el que quiera investigar… La cuestión es que por alguna razón este FFCC me atrajo desde que lo conocí, tiene cierto toque romántico o misterioso que me cautivó desde el principio. Por eso es que, en el momento en que me propuse comprar una camioneta para vivir aventuras al estilo Pampa, me propuse que mi debut en este tipo de aventuras sería durante un viaje recorriendo la traza del Midland y así fue, nomás: el debut oficial de mi Grand Vitara fue recorriendo parte del Midland, y ésta es la crónica de ese viaje, realizado entre el 1 y 2 de Mayo de 2014. Pasen y vean.

 
El recorrido Araujo>Carhué en Wikiloc


Horarios Midland en una guía Peuser de 1948

Para dibujar el recorrido de esta  salida me inspiré (en parte me copié) en el Sin Asfalto II, del Pampa, pero en lugar de bajar por el FCS, como hizo él, viajamos a Carhué por el Midland.

La idea era comenzar la aventura en Araujo, partido de 25 de Mayo, seguir la traza del FCM hasta Carhué, parando en todas las estaciones, pernoctar allí y al otro día visitar los restos de Villa Epecuén, continuar hasta Salliqueló y luego volver por el CGBA ramal Victorino de la Plaza > Patricios, o sea que el segundo día era copia fiel del recorrido del Pampa. En cuanto a los participantes, estuve así de cerca de tener de compañero al Pampa pero no pudo ser, así que los viajeros fuimos mis amigos Manuel Vera, Sergio Achaval, Ale Scianca y quien escribe, todos a bordo de mi GV y, por supuesto, todos absolutamente neófitos en estos asuntos de off road, con cero experiencia pero muchas ganas. Así que el jueves 2/05/14 a las 4:00 de la matina nos largamos a la ruta.

Enlace a Bragado

Según mis cálculos, para completar los casi 400 km del primer día de aventura y aprovechar a full la luz diurna, era necesario estar exactamente a las 7:00 en Araujo, luego viajar a un promedio de 60/65 km/h y parar en cada estación o lugar, como máximo, 15 minutos. Hasta me hice una planilla excell con los horarios y todo, bastante maniático el hombre… Además hacía dos semanas que iba estudiando día a día el clima en toda la zona y sólo había llovido un poco en día anterior.

Salimos, entonces, unos minutos después de las 4:00 de mi casa, en San Miguel, viajamos tranquilos y más o menos a las 6:45, luego de llenar el tanque en Alberti, dejamos la RN5 hacia el sudeste por la RP46 para, luego de atravesar mucha niebla y comernos tremendos pozos, doblar a la derecha casi sobre el terraplén del Midland, llegando a Araujo a las 7:10, cuando recién estaba comenzando a clarear el alba.

Apenas dejamos la RP46 el panorama fue muy poco halagüeño: no se veía nada y lo que se supone que era el camino no estaba con barro, ¡estaba directamente semi tapado por el agua!


Primeros albores del día, en la R46


Los 50 metros iniciales de nuestros 400 km. Paisaje muy poco alentador…

#1 – Araujo

                A las 7:15 ya estábamos en la primera estación de nuestro recorrido: Araujo. La idea del viaje era meternos en todas las estaciones que pudiéramos para chusmear y fotografiarlas, pero en ésta la cosa estaba complicadísima: considerando que todavía faltaba un rato para amanecer, que la estación parecía ser una vivienda (y a esa hora los lugareños nos sacarían a escopetazos), y que para llegar a la estación había que cruzar una laguna, nos quedamos con las ganas y tomamos sólo un par de fotos desde el camino. La verdad es que daba un no sé qué estar ahí a esa hora de la alborada, rompiendo la paz y arriesgándonos a molestar a la poca gente que vive en Araujo, así que partimos raudamente, sin colocar por ahora la doble tracción…


Calle principal de Araujo a las 7:15, mucha agua y pocos botes


Agua, nomenclador, y estación al fondo (tranquilos, que ya amanece y las fotos mejoran…)

 
El amigo Manuel a la vera del camino y la GV al fondo, metiéndole ruido a la madrugada de Araujo


Club Atlético Independiente de Araujo

Enlace Araujo > Ortiz de Rozas

                Salimos de Araujo por el camino que corre sobre el ex terraplén, esquivando grandes charcos y yo comenzando a preocuparme, porque según mis cálculos o investigaciones había llovido un poco por esta zona, pero no se suponía que fuera un pantano…

                La cosa es que antes de haber recorrido 2 km de nuestra gran y muy esperada travesía, encaré por donde no debía una huella con lomo en el medio y de repente sentí que la chata se frenaba y quedaba sin tracción… ¿Qué catzo pasó…? Pasó que quedé perfectamente colgado, con las 4 patitas en el aire… La huella había sido más profunda, el lomo central más alto, la chata más baja y el piloto más inexperto de lo que yo pensaba. Si metemos todos esos ingredientes en una coctelera, obtendremos una GV suspendida en el aire y 4 pavotes rascándose la cabeza, pensando cómo diablos salir del atolladero…

                Cuando el amable lector vea las fotos de dónde me quedé atorado, estará de acuerdo conmigo en que me faltan miles de horas de offroad, porque éste fue un error del nivel que está antes de Principiante. Pero bueno, así se aprende y no me iba a achicar por unos charquitos, no…?

                Al analizar cómo la sacaría de ahí, y a considerar las herramientas disponibles, me di cuenta de que además de piloto inexperto, también fui inexperto a la hora de equiparme para la salida, porque no tenía pala, ni eslinga, ni tacos de madera, ni botas para el barro, ni nada de nada, sólo contaba con el crique original de la chata y mi imaginación.

            Utilizando pues el crique logré que haga algo de pie en el blando terreno y pude levantarla de atrás, de un lado, y le metimos un tronco que encontró nuestro “Niño Explorador” Ale. Eso más unos palos ayudaron a rellenar una de las zanjas hasta que la GV volvió a traccionar y la sacamos hacia atrás, para volver a encarar, pero esta vez por donde se debía, y así zafamos del aprieto. ¡Gran comienzo de día, la aventura estaba asegurada (?)!


La huellita traicionera (foto sacada después de librarnos de ella)


Chata en el aire, chofer nabo comprobando la no-tracción del asunto…


El Deivid dando cátedra: “…y así es como se hace para empantanarse, ¿entendieron?”

 

Detalle del tronquerío usado para levantar un toque la chata


 Y salimos nomás. Manu con cara de héroe, aunque no hizo casi nada… Así quedó la huellita luego de haber salido, nótese las marcas de la colgadura.

                Luego de eso continuamos con nuestro derrotero, ya con la doble colocada y teniendo mucho cuidado para no volver a quedar atrapados. ¿El camino? Agua y más agua, agua a los costados, agua  en el camino, en los campos adyacentes… Parecía el Delta. Por suerte el suelo es firme, casi todo arenoso, lo que nos permitió vadear sin problemas las muchas lagunas que tuvimos que cruzar.


Agua en el camino


Agua en los campos adyacentes


Tímidamente iba saliendo el sol (agua hasta en los alambrados)


Un alto en el humedal


Una más del húmedo paisaje


Al fin salió el sol, y nosotros dejamos la huella y salimos a un arenoso camino General, que va derecho a…

# 2 – Ortiz de Rozas

                A las 8:30, casi una hora después de lo previsto, llegamos al paraje Ortiz de Rozas, partido de 25 de Mayo. Este lugar tiene bien puesto el título de “paraje”, ya que aparte de la estación con sus galpones, no hay pueblo ni más casas. La estación está habitada y leí por ahí que su dueño tiene en la misma una especie de mini museo. Nosotros no vimos a nadie para preguntar y no nos animamos a entrar, así que sacamos algunas fotos desde la calle y seguimos viaje.


Típico cartel de la DVBA


Estación Ortiz de Rozas desde el camino


Calle céntrica de O. de R.


Volviendo a la huella en la luminosa mañana


Curioso cartel que marca el límite entre 25 de Mayo y 9 de Julio


Detalle en el cartel: IM de 25 de Mayo – 1941 ¿Qué significará el “IM”?

# 3 – Morea

             Arribamos a Morea (partido de 9 de Julio) a las 9:20, nos habíamos salteado, para recuperar algo de tiempo, los restos del apeadero Empalme Ingeniero de Madrid, donde se cruzan el FCM con el FCPBA. Del apeadero sólo quedan escombros.

                Morea es un pequeño y apacible pueblito, el primer lugar del viaje donde hallamos algo de vida, así que nos gustó mucho encontrar una mini estación de servicio donde cargar agua para el mate y comprar unos buenos bizcochos. La estación está convertida en Jardín de Infantes, reformada del lado del andén aunque en ese sector bastante descuidada, con pastizales que llegan hasta la cintura. Además, había una cantidad de mosquitos impresionante, lo cual se iba a repetir casi todo el día…


Soleadas calles de Morea


Prolijo boulevard principal de Morea


Estación de servicio salvadora, agua caliente y bizcochos asegurados


Estación desde la calle, ahora Jardín de Infantes


Estación Morea desde adentro: remodelación y bastante descuido


Manu y Ale en encarnizada pero desigual lucha contra los zancudos…


Los baños y lo que queda del nomenclador

# 4 – Dudignac

                Algo antes de las 10:00 estábamos en Dudignac, partido de 9 de Julio. Según Wikipedia, tiene algo menos de 2700 habitantes. Dudignac es otro típico pueblo del interior de Bs.As., con sus calles tranquilas y limpias. La estación está reformada de manera muy parecida a la de Morea y convertida en Escuela Agrícola. La recorrimos rápidamente, tratando de recuperar los minutos perdidos, y continuamos nuestro viaje.


Calle céntrica de Dudignac


La estación/escuela del lado de la calle

Del lado del andén, con reformas. Al fondo el tanque de agua.


Detalle FCM en los sólidos caños de desagüe.


Uno de los galpones, decorado para la expo llevada a cabo a finales de 2013


Había varias máquinas agrícolas adornando los alrededores de la ex estación. Al fondo, la GV espera.


Camino a Santos Unzué, nos cruzamos con una caravana de máquinas agrícolas que nos hizo
 perder bastante tiempo, porque no había suficiente espacio para pasarlas…

 # 5 – Santos Unzué

                Llegamos a la “población rural dispersa”  (según la clasificación del último censo del Indec) Santos Unzué, seguimos en el partido de 9 de Julio. Eran las 10:40 y seguíamos con una hora de atraso con respecto al plan, la cuestión de pasar las máquinas agrícolas nos había hecho perder el poco tiempo que habíamos ganado, pero bueno, no me preocupaba demasiado.

            Santos Unzué es apenas un paraje, hay algunas casas dispersas pero no mucho más. La estación está intacta y habitada, pero no encontramos a nadie y, como estaba todo abierto, nos mandamos para explorar  y sacar fotos.


La estación desde la calle


Vista desde adentro, notar que está casi impecable


El típico nombre en el alero, propio de este tipo de estaciones del FCM


Los baños, ahora sí con el nomenclador completo


Solitario pero enterísimo galpón 

# 6 – Corbett

                Corbett es otro paraje muy parecido al anterior, creo que con menos casas aún, la estación está habitada y en cuando pasamos estaba cerrada, así que no nos animamos a meternos, por lo que nos quedamos sin fotos de cerca. Pero Corbett tiene una perlita, que es el ex Almacén y Hotel abandonado que hay en frente de la estación y que perteneció a la familia Corbett, donde se dice que se alojaban los viajeros que llegaban en tren cuando los caminos a la Estancia estaban intransitables. A este lugar lo teníamos marcado para visitar y era uno de los platos fuertes del día, así que allá fuimos, a disfrutar de una de las cosas que más nos gustan: explorar lugares abandonados.

                El edificio está abierto y no dudamos en entrar. Lamentablemente está bastante vandalizado, pero quedan en su interior restos del mobiliario. Recorrimos casi toda la planta baja y el fondo, donde hay una pileta circular, un gran galpón adosado, restos de un horno de barro y varias cosas más…

                Dimos vuelta al edificio y entramos en lo que fue el Almacén, que conserva mostradores, estanterías y hasta una heladera. Mientras estábamos ahí, foto va, foto viene, de repente escuchamos un sonido muy extraño, que parecía venir del cuarto contiguo, era como un chillido o seseo, que lo primero que me recordó fue a cuando se libera aire comprimido, un ssssssss ssssssss muy raro! Nos miramos como esperando ver quién sería el valiente en ir a investigar, pero nadie se movía, je… El lugar estaba bastante obscuro, pero cuando aguzamos la vista notamos que algo se movía arriba de una de las estanterías… Al acercarnos más el ruido aumentó en intensidad y vimos asomarse por el borde de la estantería a cuatro inquietantes cabezas peludas y muy blancas, con grandes y redondos ojos oscuros, “narices” extrañas y bocas diminutas… Piel de gallina! ¿Qué son esos bichos raros? Bueno, resultaron ser cuatro hermosos pichones de lechuzas de campanario, los cuales chillaban ante el peligro de nuestra invasión. Les sacamos fotos y los dejamos en paz. Muy hermosos animalitos, lástima que no vimos a los padres.


Estación Corbett desde lejos


El Hotel/Almacén de Corbett


Desde otro ángulo


La entrada principal


Una de las habitaciones


La entrada posterior del edificio y el patio trasero; la construcción que se ve al fondo era la pileta


Ex horno de barro, plantas de jardín que ya nadie cuida y gente husmeando


Gran galpón al que no pudimos ingresar. Nótese la reforma que sufrió quién sabe cuándo…


Ex Almacén, vean el mobiliario, la heladera, la nostalgia... ----  El último comensal, apurando el último trago de tinto


Los bellos pichones de lechuzas que nos hicieron pegar un interesante julepe. Las fotos no son buenas, no queríamos molestarlos…


Una más de los actuales moradores del Almacén

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