UN ASOMO AL PASADO FERROVIARIO EN EL NOROESTE BONAERENSE
Parte II: DRYSDALE a CURARU

Tres Algarrobos a Curaru
Seguimos rumbo a la próxima, por polvorientos caminos vecinales, más o menos paralelos a la traza del ferrocarril. Así apareció DRYSDALE, adentro de la estancia “La Estelita”, pero con el acceso trabado por una tranquera con candado.
 
Tranquera con candado, pero al alcance de 
la mano....
Golpeamos las manos pero nadie apreció y decidimos entrar igual con cuidado ya que había algunos perros, que a la postre resultaron amigables. El edificio principal está en buenas condiciones, devenido en un prolijo galpón con un techo de chapas nuevas y tiene su nomenclador en pie. Lo curioso fue que algunos vagones de carga que adornaban el parque no eran de trocha métrica sino de de trocha ancha….
 
   

La estación, convertida en prolijo galpón 
con nuevo techo y el clásico nomenclador
 

Casi que acá uno se podría poner a esperar 
al carguero...
Sacamos unas fotos y continuamos. Al llegar al final del cuadro típico de todas las estaciones, en lo que era la casa del Jefe de Estación ahora devenida en el casco de la estancia, encontramos gente y paramos a presentarnos por las dudas y de paso preguntar por los vagones. Ahí se develó el misterio: fueron traídos desde otro ramal por capricho del dueño, que no consiguió de trocha angosta.
 
   

El enigmático vagón de trocha ancha y el 
Expreso Suzuki, esperando afuera
Seguimos camino bordeando el terraplén rumbo a la que sigue, sin novedades excepto un elemento extraño que nos llamó la atención: un tanque típico de una estación en el medio del campo convertido en una aguada.
   

El tanque de Drysdale, ahora mudado al medio de la nada, apenas 
oxidado, con casi 100 años
Más adelante encontramos el cruce a nivel con el ferrocarril del Oeste. Paramos a investigar ya que estábamos curiosos de ver cómo era esa para nuestra óptica peligrosa operación ferroviaria, pero salvo algunos cimientos de lo que debió ser una casilla de maniobras, no encontramos nada que nos permitiese imaginar cómo se hacía. Y si venían dos trenes a la vez?
 

 

Lo único que encontramos fue una sembradora 
en desuso; del cruce, solamente el empalme de los terraplenes y algún cimiento
Un ligero esquive por RP 70 y le apuntamos a la que sigue, la estación TEJEDOR.

La cartelería no está de lo mejor mantenida y la Suzuki devorando 
kilómetros de caminos de tierra
Enseguida la encontramos, en las afueras, bien afuera, del casco urbano de la ciudad. Ésta se halla intrusada, “con permiso de la Municipalidad” según sus moradores, pero en un estado deplorable: descuidada, llena de basura y con cerdos paseándose por los andenes. No es sólo culpa de los moradores, ya que pocos metros más adelante la Municipalidad usa el terraplén de basurero a cielo abierto y entonces la estación no puede ser menos. El nomenclador aún permanece en pie.
Llama la atención que es sólo desidia, ya que muchos elementos de relativo valor como chatarra, no han sido robados, como por ejemplo el pesado mecanismo de cambio de vías que permanece en su lugar.

La estación Tejedor vista desde la calle y nuestra incesante 
presencia de nomencladores

La estación vista desde el otro lado del andén
 
 

El pesado mecanismo de palancas de cambio de vías original CGBA y 
los cerdos que habitan la estación
Atravesamos la parte más fea de la traza por entre basura y cerdos y continuamos adelante, pero debimos alejarnos bastante de la traza hasta la RP226, ya que no había caminos internos. Volvimos a entrar al campo y llegamos así a encontrar la estación HÚSARES, que tiene una escuela rural cercana y está rodeada de algunas construcciones que debieron ser un pueblo. Hasta un viejo surtidor aún permanece en pie.

Estación Húsares, ocupada y más o menos en condiciones
La estación está habitada y entramos pidiendo permiso. Al principio el morador se mostró reticente, prueba concluyente que a lo sumo tiene un permiso precario para estar allí, pero luego se puso a charlar y nos dejó sacar fotos. El estado es regular y no hay nomenclador que la identifique.
  
   

Esta más o menos prolija, aunque con poco más podría estar mejor. 
Siempre hay animales habitando
 
Alguna vez hubo estación de servicio en Húsares
 
   

Lo que quedó del pequeño poblado, donde seguramente los puesteros 
iban a reaprovisionarse con lo que traía el tren
    

Uno de los tantos caminos vecinales 
recorridos, 
saliendo de Húsares a la RP226

Tracks de la zona cercana a Curaru
Ahora el próximo objetivo sería encontrar el puente del CGBA sobre el ramal Rosario – Puerto Belgrano (FCRPB) de la otra compañía francesa que había ingresado al negocio ferroviario. Como buenos hermanos, ésta última obligó a la CGBA a realizar una costosa obra de sobrepaso en lugar de autorizar el cruce a nivel como si lo hizo el FCO. No fue muy difícil de ubicar la hermosa estructura reticulada puesto que el terraplén es visible desde lejos dada su importancia. Sin los rieles, aún conserva algunos durmientes, testigos del paso de los trenes de ambos ramales.
 
Histórico cruce sobre nivel del FCCGBA 
sobre el FCRPB
 

Pilar central de mampostería, impecable con 
casi 100 años
 
Notar la diferencia de tamaño de la 
estructura debido al diferente vano
A pocos cientos de metros del puente, está la solitaria estación MARUCHA del FCRPB, la cual previo trasbordo y cambio de trocha, visitamos en detalle. Se ve que es utilizada como depósito de una chacra vecina y se encuentra en aceptables condiciones, con nomenclador incluido. El lugar estaba muy bueno para acampar pero Larramendy estaba cerca e intentaríamos hacerlo allí, a insistencia de Coco, que no le erraría a la elección.
 
Enterita por donde se la mire
 

Siempre a pesca del nomenclador, 
estacionando el expreso Suzuki en los andenes abandonados
 

Todas las construcciones auxiliares están 
impecables
A pocos kilómetros de retomar el CGBA encontramos el pueblo de CURARU ("Piedra Incandescente" en lengua aborigen), donde su estación está reconvertida a un Jardín de Infantes muy prolijito, como todo el pueblo.
 
Típico cartel rutero de todos los pueblos 
bonaerenses
 

Postales del pueblo de Curaru, la serenidad 
total
 
Anden de la estación, que salvo por la 
falta de vías parece viva
  

Nuestro infaltable nomenclador y el frente 
de la estación, ahora Jardín de Infantes
CURARU (448 habitantes) fue casi el único lugar del que conseguí algo de información en Internet, básicamente relacionada con un curioso personaje local, Aldo Dari, el cual inventó y fabrica actualmente máquinas cosechadores de hierbas aromáticas como la manzanilla, que supuestamente es muy importante en la zona. Tal vez por la brutal sequía no vimos absolutamente nada de ello.