MI PRIMERA INCURSIÓN AL OJOS DEL SALADO
NOTAS DE VIAJE, UNA VERSIÓN DE BUTACA DERECHA
04 al 13 de Marzo de 2011
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SÁBADO 12 DE MARZO: MISTERIOSO RIO GRANDE
La gran travesía había terminado. Ya algunos, los bahienses Christian y Pablo y el Doc Alonso emprendieron el regreso después de desayunar en el Hotel de Cortaderas. Los que quedamos nos dirigimos a Fiambalá sin planes precisos.
En Fiambalá, Eduardo descubrió que uno de los tensores del diferencial delantero se había roto, así que tuvimos que hacer escala otra vez en lo del mecánico. Pexa se sentía bastante mal por una especie de fuerte gripe, así que decidieron también comenzar el regreso.
Quedamos Denis, Eduardo y yo. Con un día de “sobrante” nos tentamos aprovecharlo y entonces Eduardo propuso ir a Río Grande, ese famoso lugar que tuvo un camino debido al sonado hecho periodístico de un poblador que debió traer a su hija a caballo por la montaña para salvarle la vida. El artículo peridístico está en el link que sigue:
De paso, en mi caso aprovechaba para conocer Medanitos y Tatón, que no estaban en mi stock.
Nos metimos a investigar Saujil y Medanitos, acercándonos a los bordes de las gigantescas dunas, limítrofes con los plantaciones de uvas y demás, vadeando el río Abaucán que todavía venía con bastante agua.
Luego desandamos el camino con rumbo a Tatón, donde me maravillaron las inmensas dunas de arena blanca, que de casualidad estaban enmarcadas por montañas nevadas y atravesadas por un desusado caudal en el Grande. Todo un fantástico contraste.
Tatón es un rinconcito maravilloso; acorralado entre las sierras y las dunas, emerge un pequeño oasis de de vegetación atravesado por el río Grande.
En Tatón, nace el famoso camino que mencioné antes, al encararlo vimos que no había huellas recientes, lo que a la luz de las últimas lluvias era un indicio inequívoco que estaría cortado en alguna parte. Pero quien nos iba a privar de comprobarlo?
Nos metimos y primero llamó la atención la profusa cartelería vial, extraña para un casi sendero como éste. Primero no estaba tan mal, pero a medida que avanzamos empezaron los infinitos vadeos del arroyo sin nombre que lo acompaña en los primeros tramos, los que se iban complicando cada vez más. En uno de ellos tuvimos que trabajar bastante para sortear las enormes piedras que el arroyo había dispuesto prolijamente en el cruce.
Al llegar al punto donde se comienza a subir a un filo, el camino no nos dejó seguir: las lluvias lo habían socavado muchísimo por unos 300 metros y si bien tal vez hubiera sido posible pasar, hubiera demandado mucho tiempo y éramos sólo tres personas para trabajar; además no sabíamos que había un poco más allá, tal vez hubiera sido de todos modos inútil. Al menos para nosotros, Río Grande seguía tan inaccesible como antes del camino.
Al regreso encontramos un poblador que venía acarreando duraznos de su chacrita y se los canjeamos por algunas de nuestras provisiones sobrantes.
Cancelado Río Grande, y no conformes con todo lo hecho en la semana, fuimos a curiosear un poco más al norte, por la zona de Punta del Agua y Mesada de los Zárate, maravillados por el extraordinario y poco frecuente verdor de la zona, debido a las lluvias torrenciales del último mes. Los ríos que confluyen al Grande todavía bajabann furiosos y no quiero imaginar lo que debe ser el acceso a Las Papas por su cauce.
Allí dimos por terminada la investigación catamarqueña final, la “yapa”, y comenzamos el regreso. Terminamos alojándonos en Aimogasta bastante tarde por la noche donde nos había alcanzado una fuerte tormenta de viento después de renegar con la ruta angosta y mucha gente caminando por las banquinas.
DOMINGO 13 DE MARZO: COMO VOLVER DESDE LA RIOJA SIN BATERÍA
A las 5:00 am estábamos en marcha con destino a Sunchales para Denis y Buenos Aires para nosotros. Nos separaríamos en Dean Funes. No fue tan fácil: primero Denis tuvo que cambiar una cubierta antes del amanecer y después nosotros nos quedamos sin batería. Aparentemente no cargaba el alternador.
Generosamente Denis nos cedió su batería, arrancamos la Chero, luego arrastramos el TLC para arrancarlo y seguimos camino: nosotros descargando una batería y Denis cargando la otra. Por supuesto empezamos andando sin luces bajas para economizar, total Denis iba adelante y avisaba por radio si había controles.
Varias veces (muchas) hicimos el recambio, lo que obligó a que lo “siguiéramos” hasta Sunchales. En el medio, cerca de Brinkman en Córdoba, con las luces encendidas ante la proximidad de un destacamento, nos paran y nos multan igual (y nos demoran un buen rato) por andar sin luces: un patrullero que nos cruzó de frente avisó por radio que veníamos sin luces y nos denunció. A los dos, porque Denis también las traía apagadas momentáneamente para cargar más rápido la batería descargada. No hubo forma de convencerlos de la emergencia
En Sunchales, Denis nos consiguió que nos atienda un revendedor de baterías amigo de él (era domingo a la hora de la siesta) y no sólo nos vendió una nueva batería, sino que nos “prestó” otra para que pudiéramos llegar. Habíamos calculado que podíamos andar unos 150 kilómetros con una batería cargada sin alternador y ahora llevaríamos tres: la vieja y dos más.
Y así fue nomás, con el corazón en la boca, contando cada kilómetros fuimos avanzando y hasta estiramos un poco esa duración con una de las baterías nuevas. El único problema fue andar con las luces apagadas de noche cuando entramos Bs As, casi siempre “chupados” atrás de alguien que andaba a nuestro ritmo. Pero finalmente llegamos.
A las diez de la noche, descargamos los bártulos de la Chero en la cochera de donde partimos y me fui a casa con la Pampa 01, silbando bajito, después de 9 días increíbles escalando volcanes.
Gracias a Eduardo por invitarme y a todos los compañeros de travesía que me permitieron disfrutar de su grata compañía, como siempre. ¡Que se repita!
Pampa
Julio 2015