VACACIONES 2011- EL BOLSÓN DESCONOCIDO Y ALGO MÁS
DÍA 2: domingo 23 de enero de 2011
ENLACE RÍO COLORADO-EL BOLSÓN POR LA LÍNEA SUREn la estación de servicio de Río Colorado terminé de confirmar por dónde iríamos a El Bolsón: una sucesión de piquetes en el Alto Valle les venía amargando el regreso a todos los que volvían por allí. A la salida de Río Colorado había cubiertas humeantes que corroboraban las versiones.
Tomamos la RP 4 que desde Choele Choel se conecta con Valcheta, seguro que por ahí no habría ese tipo de problemas. Además tenía la primera excusa para violar mi promesa en forma casi justificada: la confluencia 40°S 66°O se cruzaba por el camino….
La RP 4 es un solitario camino parcialmente asfaltado que atraviesa la zona del Bajo del Gualicho. Tan solitario que encontramos un camión parado al medio de la ruta y su chofer nos detuvo para que avisásemos en Valcheta que desde la noche anterior estaba allí sin combustible. Eran las 9 de la mañana, estábamos a dos largas horas de viaje todavía de su destino y nadie había pasado aún por ahí desde su detención forzosa. Tomamos sus datos y prometimos avisar a su hermana en el cuartel de Bomberos de Valcheta.
A la altura del paralelo 40 estaba mi confluencia a 8 km de la ruta de ripio, en pleno desierto. Allí nos desviamos primero por una ancha huella que nos arrimó a 2 km y luego por otra más pequeña que apareció providencialmente, conseguimos acercarnos a sólo 200 metros. Por lo que leí luego, no fue el camino usado por los descubridores originales de la confluencia.
Tomé las fotos de práctica después de una breve caminata y me fui satisfecho del deber cumplido. Partimos inmediatamente porque queríamos cumplir con nuestro compromiso de avisar del problema del camionero en Valcheta lo antes posible. El relato oficial, click aquí.
Seguimos por la RP4 de ripio hasta que reapareció el asfalto y después de mediodía estábamos en Valcheta cargando nafta a precio patagónico. Buscamos el Cuartel de Bomberos y cumplimos nuestra promesa.
Luego continuamos entonces hacia el oeste por la RN 23 que hasta Los Menucos está impecablemente asfaltada. A partir de allí están trabajando y entonces hay que andar por los desvíos, a veces buenos, a veces no tanto, pero nada inquietante para una camioneta.
Ing. Jacobacci nos recibió a la siesta y sólo paramos a cargar combustible en la YPF, donde nos informaron que el problema de los piquetes en el Alto Valle continuaba, por lo que celebramos haber venido por acá. Nos esperaba ahora el tramo que normalmente es de terror: Ing. Jacobacci-Ñorquinco, el reino del ripio serruchado.
No sé si porque estábamos en guardia o porque efectivamente algo habían hecho para mitigarlo, el serrucho no fue tan terrible y entonces disfrutamos del enlace como un paseo inofensivo. Pasamos por Mamuel Choique a visitar de nuevo la estación y cruzamos el río Chico (en esta época del año el nombre de río está bien puesto) por un puente Bayley que tableteaba como las teclas de un piano y de ahí en adelante nos adentramos en el tramo de ruta RP 6 que en 2009 no hicimos porque nos habíamos montado sobre el terraplén de la Trochita entre Cerro Mesa y la RN 40 vieja. Este tramo es bastante entretenido porque pasa por varios cañadones subiendo y bajando bastante entre ellos. (Cañadón del Menuco Negro y Cañadón Fita Michi).
En Ñorquinco no paramos y seguimos de largo rumbo a El Maitén, donde llegamos bastante más temprano que lo previsto. Allí averiguamos cómo hacer para concretar el paseo en la Trochita y nos informaron que se arregla y se contrata desde El Bolsón. Sale de lunes a sábado de 3 a 6 de la tarde.
Seguimos a El Bolsón por el único camino que yo conocía y que quería hacer, es decir por la “Cuesta del Ternero”, ya que suponía un poco de complicaciones. No es así, es un hermoso camino de montaña que baja lentamente hacia El Bolsón, pasando entremedio de un dantesco escenario de pinares quemados que recordé haber visto por TV años anteriores.
Todavía de día llegamos a El Bolsón, mejor dicho llegamos a El Paraíso. Bueno es que en realidad así se llama el complejo de cabañas de mi amigo Guillermo Loza, en la subida al cerro Piltriquitrón. Allí nos esperaban Guillermo y Elcira más Irene, la mamá de Elcira, a quienes hacía rato le debíamos una visita. Nos alojamos en su casa y nos quedamos cenando y charlando hasta bien tarde. Teníamos mucho para contarnos.