VACACIONES 2013
UN RARO PERIPLO DESDE VALCHETA A BEGUERIE
10 al 16 de Febrero de 2013
Después del largo viaje por las inmediaciones del Galán y de la exitosa escalada del Ingamayo, Pampa 02 se retobó y le apareció una fisura en la tapa de cilindros por falta de agua en el circuito de refrigeración que el medidor de temperatura nunca acusó. Un largo remolque comunitario desde más allá de la cuesta de Lipán me trajo a casa y allí se la reparó prolijamente quedando impecable, lista para volver a las pistas.
Además de la reparación de la tapa de cilindros, los inyectores estaban sucios, así que se limpió el tanque y se cambió el filtro de combustible por las dudas. Tal vez eso haya ayudado a que el motor se calentase de más por compensar la pérdida de potencia con más acelerador sumado a la falta de agua.
La idea era colocarle el VIGIA pera evitar esta molesta situación en el futuro pero se me vinieron encima las vacaciones y entonces lo postergué para más adelante.
La propuesta era salir una semana completa yendo primero a El Bolsón y después cruzarnos a Puerto Madryn por Los Altares, con algo de hotel y carpa, como nos gusta a Adriana y a mí.
El itinerario detallado previsto era llegar a Viedma y pasar la noche allí; luego saldríamos hacia el norte de Chubut por la RN23 pasando por Valcheta y Jacobacci para pasar dos noches de campamento en la zona de Paso del Sapo y Gualjaina. A continuación una noche en El Bolsón en El Paraíso con nuestros amigos Guillermo y Elcira, otra noche más de campamento en alguna parte del valle de los Altares y finalmente dos noches alojados en Plass Hedd, en Puerto Madryn.
Ambicioso periplo pero posible.
El primer día transcurrió sin problemas, salvo una terrible tormenta de lluvia a la altura de Pedro Luro que hacía rato no me tocaba. A Viedma llegamos temprano, nos alojamos en el Hotel Austral (razonable combinación de precio y comodidades para estar de paso) y hasta tuvimos tiempo de dar un largo paseo a pie por la Costanera, que realmente está muy linda. Llama la atención la limpieza reinante en la ciudad de Viedma.
El domingo salimos temprano y como la idea era no andar apurados y disfrutar lo que nos gusta, decidimos ir por una confluencia cercana pese a que parecía que nos íbamos a embarrar hasta las orejas en función de lo que había llovido por la madrugada. Sin embargo, la suerte nos favoreció y alejarnos unos km de Viedma, estaba todo recontra seco.
La crónica de la captura de la confluencia 40°S 63°W la pueden leer AQUÍ.
Pese a estar cerca de la costa del mar, tuvimos que desandar casi todo el recorrido hasta Viedma para tomar el Camino de la Costa debido a tranqueras cerradas por los motivos que imaginan…
Pasamos por El Cóndor, Lobería y Bahía Creek circulando por este famoso camino que para mi gusto es bastante aburrido ya que si bien corre cerca del mar, paisajísticamente no te dice nada si no te desvías cada tanto para asomarte al mar. Por supuesto la costa del golfo San Matías es hermosa, pero no se ve desde el camino.
Allí me pareció empezar a sentir los malditos síntomas de falta de potencia, como ya me pasó otras veces, aunque me resistía a admitirlo. Al llegar a la Caleta de los Loros, dado lo aburrido del camino, decido ir directo a la RN03. Pese a pasar cerca de otra confluencia, estaba muy metida en los médanos y meternos solos era para renegar y no era el objeto del viaje. Otra vez será…
Al salir a la RN03 los síntomas se agravaron y costaba llevar la chata a más de 80 km/h. Otra vez sopa.
Decidí ir hacia San Antonio porque estaba más cerca pese a que seguro no podría hacerla revisar allí (menos en feriados de Carnaval) pero al menos conseguiría combustible. No creía que me alcanzase para volver a Viedma sin reponer si pegaba la vuelta a mitad camino.
A duras penas llegamos a San Antonio, donde encima para llenar el tanque nos tuvimos que comer más de una hora de cola.
Mientras esperamos en la cola, con el celular a full, me puse a pedir ayuda a los amigos de Bahía Blanca, que imaginaba que sería el único sitio cercano donde alguien podría meter mano a la inyección, más siendo días de Carnaval. Osvaldo Fa y Miguel Lindner se pusieron a mover cielo y tierra para ayudarme mientras emprendimos el regreso a duras penas, primero a Viedma y luego a Bahía Blanca. Calculaba que si me dejaba andar como hasta ahora, a eso de medianoche del domingo podía estar en Bahía; si alguien me la podía reparar tal vez el lunes a la noche podía estar de nuevo en camino y a lo sumo recortaba el paso por El Bolsón y nos llegábamos hasta Puerto Madryn.
En Viedma, al cargar nafta, le pregunto sólo por formalismo al playero si conocía algún mecánico que supiera algo de inyección y para mi sorpresa saca una tarjeta de un "Taller JZ” diciéndome: Ayer me las dejaron para repartir… Era un taller especializado en inyección y tenía un celular!!!
Sin esperanzas que me den bola un domingo a la tarde, llamo y resulta que me atendió muy amablemente Juan Zárate y me dijo que pese a que era feriado me podría atender el lunes a la mañana.
Suspendí el operativo Bahía Blanca y nos quedamos en Viedma. Tuvimos que dormir en la chata, en la estación de servicio del ACA porque no conseguimos alojamiento en ningún hotel y porque curiosamente no hay lugar alguno para acampar pese a la deliciosa costa del río. Irnos hasta El Cóndor era un riesgo innecesario.
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El lunes temprano José Zárate nos abrió su taller y rápidamente dedujo que eran los inyectores sucios o la bomba tenía presión. Era un diagnóstico inesperado: los inyectores los había limpiado antes de salir (1000 km atrás), el filtro era nuevo, el tanque había sido limpiado, las mangueras de goma remplazadas, la bomba la había cambiado en Villa General Belgrano 5000 km atrás. No podía ser, pero...
La bomba se descartó enseguida, porque al medir la presión estaba OK, así entonces desarmó todo para llegar a los inyectores (lo observé detalladamente para que en el futuro poderlo hacer yo mismo, un visionario...)
Efectivamente, los inyectores estaban llenos de mugre, así que otra vez a limpiarlos. Desestimamos desarmar el tanque de nafta y revisar el filtro dado lo que yo le había dicho, lo que fue un claro error de optimismo, pero claro, yo estaba de vacaciones y quería retomarlas cuanto antes. Adriana por suerte se había traído un libro de como 700 páginas, así que, resignada, se dedicó a leer…
Abreviando, después de limpiar y armar todo de nuevo, Pampa 02 volvió a ser el avión que era antes y con un solo día perdido decidimos retomar el itinerario inicial. Era lunes a mediodía.
Completamente recomendable el Taller JZ, no sólo por su trato amable sino por su profesionalismo y por haberme cobrado lo justo, pese a ser un feriado y a mi apuro vacacional. Muchísimas gracias José.
Otra vez la RN 03 hacia San Antonio, ahora sin problemas. Para evitar la cola para recargar en SAO, en Viedma llené los bidones para ir derecho a Valcheta sin parar. Había un viento feroz, pero ahora Pampa 02 lo ignoraba.
Al tomar la RN 23 el viento arreció y comenzó a frenarme, pero era tan fuerte que ni dudé cuando apenas podía alcanzar 110 km/h en alguna cuesta. Sin embargo, algo se estaba incubando.
Llegamos a Valcheta y repusimos combustible, ahora a precio patagónico. El viento seguía fortísimo y continuamos hacia el oeste. Cada vez iba más despacio y empecé a dudar, a tal punto que en un momento decidí hacer unos kilómetros a favor del viento para ver que pasaba.
Allí me di cuenta que la película se volvía a repetir. Recaliente, pegué la vuelta y decidí volver a casa y quemar la chata…
Casi 24 horas después, andando en partes en tercera a fondo para alcanzar 80 km/h llegamos a casa. Paré a dormir un par de veces por el camino y vine puteando todo el viaje: tres días de vacaciones tirados y casi 3000 km para ir a ninguna parte, sin contar los $$$ que tanto cuesta ganar…
Lo único rescatable, es que después de semejante paliza, el motor no bajó ni una gota de aceite ni de agua, por lo que el arreglo de la tapa había superado la prueba. Eso sí gastando nafta de una manera descomunal…
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Pasada la calentura, al día siguiente de llegar a casa, como supondrán, no quemé la chata. Primero tenía que saber que había pasado.
Fue así que decidí desarmar por mi mismo todo el sistema de combustible y de inyección aprovechando la experiencia de Viedma. Tiempo tenía, al fin y al cabo estaba de vacaciones…
Empecé por llegar a los inyectores, para lo cual en realidad sólo hace falta paciencia y prolijidad para desarmar todo lo que tiene encima. No hay misterio alguno, sobre todo después de haberlo visto hacer detalladamente.
Al quitarlos, a simple vista se veía la mugre, así que tenía que averiguar de dónde venía. A los inyectores los llevé a un taller para que me los limpien con ultrasonido ($ 200 los cuatro).
Saqué el tanque de nafta y la verdad que casi no tenía suciedad: apenas el polvillo imperceptible que creo tiene cualquier tanque cuando le pasás el dedo. Lo lavé con la hidrolavadora por dentro y junté el agua que escurría, sin notar mugre apreciable. De dónde venía lo que estaba en los inyectores?
Saco el filtro, que por el brillo de la pintura confirmaba que se había cambiado hacía poco, tal como me había dicho mi mecánico, pero al sacudirlo siento algo raro.
Entonces agarro una sierra y lo abro y apareció uno de los motivos: el cartucho, una especie de copa estaba despegada de una de las tapas y entonces no solo no filtraba sino que lo que alguna vez había retenido me lo dosificaba continuamente hacia los inyectores….
Hablo con mi mecánico para comentarle y él me dice que el que cambió tenía el mismo problema, que por eso la cambió…. L arpmqlrp&%/&/($$$##!!!!, dos filtros nuevos marca WEGA, que son los siempre usé, seguramente de la misma partida y con la misma falla. Un repuesto de 140$ me había amargado las vacaciones, secándome la billetera…
La cuestión es que puse otro filtro (de otra marca por ahora), armé todo de nuevo y la chata volvió totalmente a la normalidad. Si se me hubiera ocurrido mirar el filtro en Viedma otra hubiera sido la historia, pero la verdad que es la primera vez que veo algo así. Ni siquiera lo había escuchado. Encima tenía un filtro de repuesto a bordo !!!
De dónde salió la mugre del filtro: no queda otra que sea lo que te cargan en las estaciones de servicio toda vez que tenés la mala suerte después que descargó un camión sobre la cisterna vacía, removiendo toda la mugre.
Conclusión: Voy a colocarle otro filtro en serie por las dudas, atento a que esto pasó dos veces seguidas y por las dudas iré con la chata a Luján…
Aclaro que entre Pampa 01 y Pampa 02 debo tener casi 300 000 km andados y nunca me pasó algo así; evidentemente siempre hay una primera vez.
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Mi señora ve la chata y llora pero, así y todo, dos días después, el sábado que debía ser nuestro regreso de las vacaciones le propuse salir a probarla y dar una vueltita por el campo a conocer estaciones abandonadas. Arriesgado lo mío.
Adriana es de fierro, y pasada la bronca de los días anteriores agarró viaje.
Salimos temprano armados del equipo de mate y del infaltable disco de arado y rumbeamos para el lado de Lobos.
El plan era llegarse hasta el mítico nudo ferroviario de Carlos Beguerie del extinto Ferrocarril Provincial y de allí recorrer cuatro o cinco estaciones de los ramales que iban a Olavarría y Azul, zona que hace mucho que tenía en la mira. No era como el Alto Rio Chubut, pero bueno…
Desde Lobos tomamos el camino de tierra a CARLOS BEGUERIE que sale desde atrás del cementerio. A poco de andar un cartel que decía a El Palacio y a la reserva natural Rancho Colorado nos tentó. Un camino poco usado nos pasó delante de un castillo, a la postre el casco de la estancia La Porteña, de muy interesante historia (cliquear aquí) y luego nos llevó hasta los fondos de la laguna Lobos, donde hay una zona para acampar muy bonita, que tiene un cuidador muy amable que nos invitó a quedarnos. Era temprano y en realidad nuestra intención era hacer kilómetros para probar la chata, que hasta ahora se comportaba impecable, así que le agradecimos la invitación y seguimos
Retomamos el camino a CARLOS BEGUERIE bajo un sol calcinante, cruzamos el puente de hierro sobre el río Salado, que estaba muy desbordado y después de unos 30 kilómetros entramos a al ejido urbano, un tranquilísimo y hermoso pueblo que duerme una siesta eterna después que el ferrocarril se fue hace mucho. El año pasado cumplió 100 años pero el ferrocarril creo que corrió hasta 1970, a partir del cual levantaron los vías.
CARLOS BEGUERIE tiene una muy prolijita iglesia, una plaza enorme muy cuidada y por lo que se ve las instalaciones ferroviarias eran muy importantes, a juzgar por los grandes talleres y la mesa giratoria que todavía se pueden ver entre los yuyos. La estación está habitada y en buen estado, conservando uno de los nomencladores.
En CARLOS BEGUERIE el ramal que venía de La Plata se abría en dos: el mítico que iba a Mira Pampa y el que iba a Olavarría. En nuestra vuelta íbamos a tocar un par de estaciones de cada ramal.
La próxima parada sería SANTIAGO LARRÉ pero siendo ya mediodía, buscamos una arboleda para usar el disco de arado y comernos unos ricos patys y descansar un poco. El lugar lo encontramos a la vera del camino que conduce al arroyo Saladillo, donde nos reparamos del viento y del sol que rajaba la tierra. Pampa 02 se seguía portando bien.
Después de almuerzo, salimos a buscar a SANTIAGO LARRÉ, por unos pesados caminos arenosos que caracterizan la zona; una zona baja, con un canal con agua nos proporcionó una de las mejores fotos del paseo con aves y vacas. Cruzamos el arroyo Saladillo, después de bordearlo por un largo trecho. Cerca del puente hay lindos lugares para acampar y pasar el día pescando.
SANTIAGO LARRÉ está en el medio de la nada acompañada por una escuela que parece un tanto abandonada aunque no del todo. Su estirpe ferroviaria fue remplazada por un criadero de chancho y el andén alinea prolijamente los comederos. De lejos hasta parece en muy buen estado pero en realidad sólo está la cáscara. Era la primera parada del ramal a Olavarría.
Desde allí, haciendo un infinito zigzag por huellas y caminos rurales volvimos al otro ramal, buscando a JUAN TRONCONI, Volvimos a cruzar el Saladillo, ahora por un viejo puente adoquinado y encontramos la estación que está convertida en un casco de una estancia muy prolija. A diferencia de SANTIAGO LARRÉ, JUAN TRONCONI fue un humilde pueblo con algunas construcciones aún en pie, pero en desuso.
Retornamos al puente adoquinado y tomamos un camino que bordeaba el Saladillo por varios kilómetros con destino a JUAN ATUCHA, la siguiente estación del ramal.
Circulando por desiertos caminos cada vez con más arena, JUAN ATUCHA estaba escondida detrás de un monte sobre la entrada a una estancia, de nuevo enfrente a una escuela sin pueblo, como en SANTIAGO LARRÉ. La estación es usada como vivienda de un puestero y está bastante bien conservada aunque todo vestigio ferroviario ha desaparecido y sólo conocer de antemano la posición con el GPS permite descubrirla. El morador no tuvo problema en dejarnos fotografiarla.
Saliendo de JUAN TRONCONI, volvimos a cruzar el Saladillo por el puente adoquinado
Ahora Pampa 02 nos llevó a JUAN ATUCHA, done hay una importante escuela
No se percibe ambiente ferroviario salvo por el aire del edificio; todo lo demás fue borrado y es difícil darse cuenta que fue una estación
Realmente parece una casa de campo más, pero el GPS nos permitió descubrirla
Seguimos con destino a POLVAREDAS, nombre que se vería venir a juzgar por las nubes de tierra que levantábamos al rodar por esas huellas. El piso arenoso seguía probando a fondo a Pampa 02 que venía respondiendo de diez.
POLVAREDAS ya es un pueblo grande, nada que ver con los anteriores y es la tercera del ramal a Mira Pampa desde Beguerie.
La estación está convertida en un Jardín de Infantes y en el pueblo se respira tranquilidad. Nos dimos una gran vuelta al perro por casi todo el pueblo llamando al atención de los vecinos, captando algunas lindas fotos.
Siendo las cuatro de la tarde era hora de volver, así que tomamos el camino más corto a DEL CARRIL, donde la RN 205 nos esperaba para devolvernos a casa. El piso arenoso era de lo peor y el calor era muy grande; por suerte el aire acondicionado ayudaba a sobreponerse.
A lo lejos vemos venir dos ciclistas y comentamos “lo que deben estar sufriendo estos locos entre el calor y la arena”. Resulta que estos locos eran dos viejos conocidos, Elsa Ons y Raúl Rojas Rivera, que no habían tenido mejor idea que venir a pedalear por acá…
En realidad yo sabía que iban a andar por la zona pero ni remotamente pensé que podríamos encontrarlos. Seguramente si hubiéramos querido pactar el encuentro no lo hubiéramos logrado.
Nos despedimos alertando que el camino a Polvaredas venía duro pero siguieron imperturbables.
Luego, nosotros entramos a DEL CARRIL, nos tomamos un helado y nos volvimos tranquilos por la RN205, como si fuera el regreso de las frustradas vacaciones. La chata seguía andando bien y cerca de Varela en la RP06 hasta me animé a tomar un atajo a la RP53 como postre.
Cartel de acceso a DEL CARRIL sobre la RN 205A las seis de la tarde estábamos en casa sin novedades, contentos de no haber tenido que abrir el capot. Se le habrá pasado el maleficio a Pampa 02?
Parece que si, habrá que hacerle alguna prueba ácida. Ojos del Salado tal vez?
Hasta la próxima
Pampa
Abril 2013