VUELTITA DOMINGUERA POR RAMALES PLATENSES
01 de Junio de 2014
Hacia tiempo que por una cosa o por otra, entre ellas un pequeño problemita de de salud, no salía a "pastorear" un poco, así que con todo resuelto y con un día otoñal de primavera, sólo tenía que tentar a Coco para que me acompañe para volver a las andadas.
Convencer a Coco es de lo más sencillo (es como pescar en una pecera) así que después de almorzar salimos sin rumbo por la 53 hacia el sur, planenado de agarrar para el lado de Cañuelas para ver alguna estación y algún almacén abandonado que habíamos dejado pendiente mucho tiempo atrás; al llegar a la RP6 nos dimos cuenta que los caminos de tierra estaban demasiado embarrados como para encararlos. No por el miedo al barro, todo lo contrario ya que es una diversión hermosa, pero si por el respeto que debemos a los campesinos de no estropearles sin necesidad los accesos a sus campos que tanto les cuesta mantener.
Así que cambiamos de rumbo y elegimos ir para el lado de Magdalena y Atalaya, donde teníamos varias estaciones para conocer y de paso asomarnos al Río de la Plata.
Tomamos la RP6 hacia Plata y pasamos por Etcheverry, Abasto, Olmos y agarramos la RP36 rumbo a la primer estación, BARTOLOMÉ BAVIO, la cual está muy completa y cuidada, aunque en los recientes carnavales sepultaron las vías bajo una capa de conchillas ya que utilizaron la traza para los festejos. Nada grave, que no estropeó nada, sólo llama la atención.
Dejamos Bavio y empezamos a seguir las vías tratando de reproducir el recorrido hasta Atalaya parando en todas. Coco me contaba que hace unos cuantos años, había un grupo de Bavio que andaba en unas zorras por estas vías y que lo habían llevado a pasear pero iban tan rápido que se asustó por algún potencia accidente y con alguna excusa pidió bajarse y esperarlos a la vuelta. Se había quedado en una arboleda en la entrada de una estancia que tenía un rancho por ahí cerca, así que tratamos de ubicarlo para recuerdo. Y por supuesto lo hallamos, semi-abandonado pero entero.
Continuamos bordeando la vía y un poco más adelante encontramos el cabin del EMPALME KM 92, la derruida casa del cambista y el lugar donde se abrían los ramales a Magdalena y Las Pipinas.
Seguimos avanzando dejando atrás el triste Empalme Km 92 y al cabo de unos tres kilómetros entramos en el solitario poblado de JULIO ARDITI, que alterna construcciones abandonas con bellísimas casas quintas muy arboladas. La estación está habitada aunque no parece demasiado cuidada, pero por lo menos está entera. Era la hora de la siesta y no nos pareció prudente llamar para pedir permiso para entrar por lo que nos conformamos con fotos desde "afuera del área".
Después de Arditi los caminos se alejan un poco de las vías y no hay chance de seguirlas de cerca. Inclusive hay que subirse al asfalto antes del Empalme Magdalena, el cual no se me ocurrió buscar porque no había estudiado previamente la zona con detalle y no me había percatado que en realidad fue una estación más del ramal. Encima entre la fábrica Nestlé y una profusa arboleda es difícil de verla si no la estás buscando. Para aprovechar mejor la luz solar del otoño decidimos ir directamente a ATALAYA así el río tal vez nos regalaba adicionalmente alguna linda foto.
Para aprovechar la última luz diurna, dejamos Atalaya y partimos raudamente hacia MAGDALENA, otrora importante estación de cargas que ahora quedó en el contorno este de la ciudad y es utilizada como vivienda particular.
Ya la tarde se caía a pedazos y teníamos que pegar la vuelta. Para una corta tarde de domingo de otoño habíamos hecho bastante y estábamos satisfechos. Abrimos el segundo termo de mate y emprendimos el regreso por la RP20 buscando la RP36; pese a ser de noche nos tentamos con una yapa y entramos a VIEYTES.
Pampa
Junio 2014