HUELLEANDO Y RAMALEANDO POR SAN LUIS
RECORRIENDO HUELLAS Y ESTACIONES FERROVIARIAS ABANDONADAS EN LA SIERRA Y EL DESIERTO
5 al 9 de Julio de 2014
SÁBADO 5: ENLACE CON FUTBOL MUNDIALISTA
FLORENCIO VARELA - SALADILLO - JUNÍN - ALBERDI - EL TRAPICHE
Este ha sido un año de pocas salidas para todo el mundo. Uno se asoma a los foros y nada que ver con años anteriores, seguramente por el precio de los combustibles y por las complicadas situaciones laborales. Además, en mi caso, he tenido algunos problemas de salud de los que me estoy recuperando, que me la complicaron todavía un poco más.
Por eso tenía enormes ganas de salir aunque sea pocos días y por suerte lo pudimos concretar en compañía de mi esposa y de mi querido amigo Pablo Anastasio, que nos acompañó con su hijo Matías por una linda recorrida por las sierras de San Luis, en una especie de continuación del HUELLEANDO POR SAN LUIS del año pasado con el agregado de un extenso periplo ferroviario por la traza del FCBAP (Ferrocarril Buenos Aires Al Pacífico).
Nos propusimos algo mixto de cabañas y campamento para sacarle el mayor jugo posible viaje y entonces reservamos dos noches no consecutivas en las exquisitas cabañas Siyabona en El Trapiche que conocimos el año pasado y dejamos la noche del medio para pasarla en algún lugar de las sierras, donde pinte. Lo único que nos quedó en el tintero fue poder ir a conocer y acampar en el cráter de El Morro, al cual no pudimos conseguir permiso para ingresar, pese a la ayuda de Juan Panthro de Villa Mercedes.
Pablo y yo salimos a la par de Bahía Blanca y de Florencio Varela la lluviosa mañana del sábado 5 de Julio con la particularidad que nos detuvimos a ver el partido de Cuartos de Final del Mundial, Argentina – Bélgica, lo cual nosotros lo hicimos en una estación de servicio del poblado de Alberdi, en el límite con Santa Fe. Allí con otros simpatizantes desconocidos, hermanados por la celeste y blanca, festejamos el pase a Semifinales después del tempranero gol del “Pipita” Higuaín.
Esta “demora” (Menos mal que no hubo alargue) hizo que el viaje se hiciera un poco largo y al final terminamos llegando a El Trapiche casi de noche. Pablo y Matías llegaron antes porque no vieron el partido completo y porque desde Bahía son unos kilómetros menos. Cenamos algo liviano en el quincho del complejo y nos propusimos salir temprano el domingo a devorarnos las sierras de San Luis.
DOMINGO 6: POR LAS SIERRAS DE SAN LUIS
EL TRAPICHE - LA FLORIDA - LA PUERTA - ESTANCIA MANANTIAL BLANCO - LA VERTIENTE - SALTO BLANCO - RP38 - PTO PEÑALOZA - LAS CHACRAS - SALTO DEL CHISPEADERO
Nos levantamos temprano y a las 8:00 estábamos desayunando. Había hecho mucho frío por la noche y todavía apenas pasaba de 0°C a esa hora. El pasto estaba todo escarchado pero el día estaba radiante.
Cargamos combustible en El Trapiche y nos largamos hacia el norte, buscando finalmente el Salto del Chispeadero pero a través de ignotas huellas no muy transitadas atravesando propiedades privadas, lo que aquí en San Luis todavía es posible. Cuidemos este tesoro por favor!!!!!
No usamos ni la ruta por Carolina (RP09) ni las variantes por Paso del Rey (RP39) sino que nos alejamos un poco al este de La Florida por el camino a Saladillo y luego, después de vadear el río La Bajada, tomamos hacia el norte parte por una “ruta” hasta La Puerta y luego por huellas intermontanas privadas con destino a Las Vertientes.
Hermosos y solitarios paisajes como sólo San Luis puede proporcionar nos acompañaron por el resto de la mañana hasta llegar al extraño y nuevo pueblo de Las Vertientes, ubicado estratégicamente en un sitio de donde se pueden apreciar las sierras de San Luis y las de Los Comechingones. Casi sin querer pasamos a conocerlo y luego seguimos hacia el norte hasta el vado del río de Las Vertientes, lugar que debe ser muy frecuentado en verano, aunque ahora sólo estábamos nosotros. La huella hasta allí es buena pero se nota que está desmejorada por no ser época turística.
Después de cruzar el río torcimos hacia el oeste para llegar a la RP41. Este tramo fue lo más lindo de la mañana, ya que la huella es precaria y varias partes discurre por el cauce de un arroyo lo que proporcionó un poco de barrito divertido. Podría haber sido excelente si hubiera llovido un poco más pero así y todo nos divertimos y disfrutamos.
Antes de llegar al asfalto un cartel que indicaba “Salto Blanco” nos tentó y nos metimos a investigar. Sonaba a una cascada o algo así, por demás interesante. Primero llegamos a un puesto encajonado en una quebrada pero no encontramos a nadie y mucho menos un salto de agua.
Mirando bien al recular, encontramos una muy tenue huella que subía, apenas dibujada y la seguimos. Trepamos bastante adivinándola entre la vegetación hasta que llegamos a un punto alto donde se cortaba, justo donde había unos tajos en el granito que denotaban una vieja y abandonada explotación de una cantera. El “Salto Blanco” se los debemos aunque disfrutamos de una buena perspectiva de las sierras circundantes.
Complejo Siyabona al amanecer: todo para nosotros
Siempre tan bonito y particular el Complejo Siyabona - Fotos: MATÍAS ANASTASIO
El dique La Florida y el inicio de los caminos serranos puntanos - Foto: MATÍAS ANASTASIO
Una típica torre del IGM, no podíamos dejar de verla - Foto: PABLO ANASTASIO
El Morro, que no pudimos visitar por falta de permiso.
Otra vez El Morro. Menos mal que no pudimos acampar en el cráter porque amaneció levemente nevado. ¡Qué frío! - Foto: MATÍAS ANASTASIO
Todos los picos altos de las Sierras de San Luis, entre ellos el Sololasta y el Tomolasta
Parece que había hecho frío a la noche en el paraje "La Puerta"
Al dejar los caminos y meternos en las estancias apareció este interesante puesto abandonado, próximo a la cantera Santa Isabel
Sólo parecían habitarlo algunos arbolitos...
Efectivamente, los árboles se adueñaron de la propiedad. Si hará tiempo que nadie humano vive aquí
Las chatas desde la tapera
Árboles puntanos que no llegaron a refugiarse en la construcción abandonada
Adriana ya estaba canchera del año pasado y abría las tranqueras como si supiera
Hermosos caminitos serranos que daba gusto recorrer
Bonitos arroyos e interminables pircas que recorren los cerros nos acompañan
Uno de los tantos vaditos del recorrido serrano, posiblemente el río Rosario
Más de los increíbles pircados de las sierras de San Luis - Foto: MATÍAS ANASTASIO
Curioso pueblo de La Vertiente, en el medio de la nada con vista a las sierras de San Luis y Comechingones
Calles de La Vertiente, con sus curiosos carteles "Mano" y "Contramano"
Mas adelante un balneario y un vado de hormigón para cruzar un río
Se trata del río Luluara, un lugar muy pero muy lindo
Otra del río Luluara
Cuando doblamos hacia el oeste, se nos cruzó una perfecta pirca circular
La huella, de poco tránsito, se puso muy linda, siempre acompañadas por las interminables pircas puntanas
Buena parte de la huella va por el cauce de un arroyo, que por suerte o desgracia, no estaba muy embarrado, que si no...
Buscando los "Saltos Blancos", que suponíamos una cascada, encontramos una cantera de granito abandonada y se terminó la huella
Igual valió la pena porque al ganar altura, el premio fue una hermosa postal invernal de las sierrasSiendo pasado el mediodía había que buscar algún lugar piola para almorzar y lo encontramos después de hacer unos kilómetros por el asfalto y tomar la RP38, a la vera un pintoresco arroyo que tuvimos que vadear. Primera picada oficial del viaje, posiblemente a la vera del río Grande (es difícil encontrar datos para identificar los cursos de agua en San Luis).
A partir de allí teníamos que encontrar los tracks imaginados para llegar al Chispeadero sin usar la ruta conocida por Las Chacras. La RP38 de ripio se enrosca entre redondeadas formaciones graníticas rosadas y nos deposita frente a una tranquera que era el inicio del track. Al bajar para abrirla encontramos lo que no queríamos encontrar: un bruto candado, raro para San Luis, pero real.
¿Y ahora? Sin dudar salimos a buscar una alternativa. Unos kilómetros antes habíamos visto una huella que más o menos iba en la misma dirección norte. La encontramos y nos metimos.
Efectivamente iba en la misma dirección y en algunos tramos nos acercamos a 400 metros de la que teníamos estudiada, aunque en el medio había una quebrada dificultosa. Seguimos hacia el norte varios kilómetros donde encontramos un puesto importante pero con la mala suerte que no había nadie: seguro que siendo Domingo se habían rajado al pueblo…
No vimos claramente por donde seguir y menos se nos ocurrió seguir adelante sin hablar previamente con el puestero. Estábamos a solo 7 kilómetros en línea recta de la huella conocida al Chispeadero y a unos 1500 metros de la traza que habíamos dibujado. Desde allí el terreno parecía amigable en lo inmediato pero lo extraño es que no se veía nada que permitiese intuir la huella salvadora.
Nos volvimos mirando atentamente hacia el oeste cualquier posibilidad de entrar al track teórico.
Un cañadón más o menos transitable apareció y me mandé con Pampa 02, sintiendo que bajo el pasto había barrito. Avancé bastante, digamos unos 600 metros hasta que también apareció la quebrada que habíamos visto previamente, que era muy difícil para dos chatas solas en tren de paseo. Marcha atrás me volví hasta que pude girar y entonces abandonamos momentáneamente la idea de entrar al Chispeadero por aquí y nos fuimos “pa Las Chacras”. Tal vez podríamos intentar al revés mañana…
Desandamos la RP38, tomamos el asfalto de la RP41, pasamos por Las Chacras y tomamos el camino normal. Hasta llegar al desvío a la Mesilla del Cura, está bueno pero después se ve que está temporariamente abandonado. Se puede pero no es aconsejable si no es un auto alto, al menos en esta época. Seguro que hacia el verano le pasan la máquina y entonces no hay problema. Pero claro: ¿a quien se le ocurre venir acá en pleno invierno???? Ya saben la respuesta.
La cuestión que entrada la tarde llegamos al estacionamiento del balcón del Chispeadero. Digo el Chispeadero y no el Salto del Chispeadero porque en rigor no es muy fácil llegar a ver el salto en sí.
La quebrada por donde corre el arroyo es muy profunda (unos 100/150 metros) y los saltos están un sector muy escarpado de unos cinco ó seis metros ancho cortados completamente a pique, al noroeste del estacionamiento. No hay senderos ni señalización: hay que buscar el arroyo aguas arriba y luego seguirlo aguas abajo hasta encontrar el salto. El arroyito antes del salto es inofensivo y no deja entrever lo que viene.
Para ver los saltos hay que acostarse boca abajo sobre las piedras y asomarse con mucho cuidado. Sacamos algunas fotos pero la contraluz nos mató y no salieron buenas: parece que hay que venir cerca del medio día para fotos mejores…
Lo que si fue un espectáculo fue el sobrevuelo muy cercano de tres o cuatro cóndores que no tuvieron un muy buen rato extasiados con sus impecables piruetas sobre el profundo cañadón.
Si bien todavía había bastante luz solar, ya se empezaba a notar la baja de la temperatura. Estábamos a 1400 msnm y teníamos la intención de acampar en la zona, así que enseguida nos abocamos a buscar un lugar antes que la noche y el frío nos sorprendan. Reparo y leña eran indispensables.
No muy lejos del Chispeadero encontramos reparo en un cauce seco de un arroyito que nos proporcionaba un lindo piso para las carpas y además había abundante leña seca.
Nos metimos con chatas y todo ahí dentro, armamos las carpas, preparamos un cuidadoso fogón haciendo un pozo rodeado de piedras y fuimos preparando la cena mientras caía la tarde y la temperatura bajaba drásticamente bajo un cielo completamente despejado, sin nada de viento.
Pablo nos sorprendió con un guiso de lentejas casero congelado, el cual devoramos mientras nos calentábamos alrededor del fogón, mientras compartíamos las vivencias del día.
Apenas cayó el sol ya teníamos apenas 1°C, así que apagamos esmeradamente el fuego y a las 20:15 ya estábamos metidos en las carpas, dispuestos a pasar una larga noche invernal ensobrados en las bolsas de dormir. Sólo se escuchaba el silencio…
Buenas noches, hasta mañana
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RECORRIENDO HUELLAS Y ESTACIONES FERROVIARIAS ABANDONADAS EN LA SIERRA Y EL DESIERTO
5 al 9 de Julio de 2014
LUNES 7: POR LA MESILLA DEL CURA
SALTO DEL CHISPEADERO - MESILLA DEL CURA - PTO ANDINO - PTO AGUIRRE - LAS CHACRAS - LA CAROLINA - EL TRAPICHE
Recién nos levantamos al clarear, es decir después de las 8:30. El termómetro de la chata marcaba todavía -3°C pero había registrado una mínima de -7°C. Los sobretechos de las carpas tenían una fina capa de escarcha bastante dura: lo mismo los vidrios y la carrocería de las chatas. Una lata de cerveza que quedó afuera estaba dura como una piedra. Sin embargo dentro de las carpas la pasamos bien, casi sin frío. Sensaciones para el alma únicas acampar en estos lugares, que las fotos no describen.
Nueva fogata para entrar en calor mientras desarmábamos las carpas y desayunábamos.
A eso de las 10:00 tuvimos todo listo para salir y por si acaso volvimos al Chispeadero para ver qué onda con las fotos. Mejor que ayer pero igual era muy temprano. Hay que ir justo cuando el sol está en lo más alto así salvo disfrutar con un nuevo sobrevuelo de cóndores que parece que allí hacen función en continuado. Imperdibles.
Ahora si retrocedimos hasta el desvío hacia Mesilla del Cura, verificando en una lagunita una capa de hielo de casi 5 mm de espesor que confirmaba las bajas temperatura que medimos.
El camino medianamente mantenido llega hasta la escuela de Mesilla del Cura, un enorme y moderno edificio, que según los lugareños alberga a sólo tres alumnos. Una pena por lo desaprovechado y por el despoblamiento rural.
La huella sigue hacia el norte por la enorme planicie sobre el filo de las sierras. Primero es claramente visible hasta un establecimiento importante y luego ya hay que seguirla con mucha atención porque zigzaguea entre las rocas y se ve que muy usada no está. Más o menos coincide con lo que había relevado en GE.
Una derivación clara hacia el este nos lleva a una explanada donde había una “cochera” con una F100 adentro pero por más que buscamos no encontramos a nadie. Raro…
Hacia el final se vuelve tortuosa y bastante pedregosa, hasta que topamos con una pirca y una precaria tranquera recontra-atada con alambres. Se podía abrir pero preferimos ir un poco a pie para ver que posibilidades brindaba para continuar. De acuerdo al GE no seguía pero en el terreno verificamos que existía muy tenue; lo único que en vez e seguir hacia arriba hacia el norte doblaba al oeste y bajaba. No era lo que queríamos verificar y decidimos no desarmar la tranquera y buscar por el oeste.
Lo que si se veía, pero no era el objetivo de este viaje , que abandonando la huella se podía subir hasta un filo que prometía poder continuar hacia el norte, pero era más offroad que el que no habíamos fijado. Había poca mano de obra para mover piedras… (y pocas ganas también)
Retrocedimos un poco para seguir un track no relevado de Mapear. No encontramos el inicio pero caminando un poco lo hallamos separado unos metros de la huella que habíamos recorrido. Lo encaramos y enseguida unos cerrados zigzags también nos llevaron hacia abajo hacia un puesto que lucía abandonado pero muy atractivo. Era hora de almuerzo y podía ser un buen lugar.
Mientras bajábamos con cuidado apareció un paisano a caballo, como siempre curioso de ver que carajo hacían dos chatas por ahí. Era Don Andino, el dueño de la F100 que estaba preocupado porque andaba en conflicto con alguien por las tierras y temía que tuviéramos algo que ver. Enseguida lo convencimos de nuestra inofensiva presencia y por el contrario, enseguida se ofreció a que lo visitáramos en su rancho, lo que declinamos por falta de tiempo. Nos dijo que anduviéramos tranquilos y que volviéramos cuando gustemos a sola condición que lo visitemos en la próxima. Nos confirmó que huellas hacia el norte no hay pero que si queríamos probar, no tenía problemas. Ya tenemos el permiso para la acometida final !!!
Después de este amable encuentro bajamos hasta el puesto abandonado, situado en un increíble lugar y aprovechamos para almorzar a la sombra ya que el frío glacial de la mañana se había disipado y ahora al sol hacia calor.
Luego del almuerzo, anduvimos caminado un poco por las montañas para estirar las piernas disfrutando de la paz del lugar, confirmando que desde acá no se puede avanzar a ningún lado, aunque es un excelente lugar para pasar una noche, asado incluido.
Desandamos la huella de la Mesilla del Cura ya con la idea de volver temprano a las cabañas de El Trapiche aprovechando el quincho para un asadito. Sin embargo al pasar por el final del track que no habíamos podido verificar se nos ocurrió intentarlo al revés con la esperanza que la tranquera se pudiera abrir ó de sorprender a un puestero para que nos la abra ó de encontrar el bypass a la huella sin tranquera.
Así, en vez de ir a Las Chacras nos mandamos hacia el sur por un laberinto de piedras graníticas con una huella visible. A tres km del puesto donde no habíamos encontrado a nadie desde el sur, encontramos otro puesto, el de Don Aguilar que, como siempre ocurre, tenía unas ganas bárbaras de charlar así que pasamos a “interrogarlo” sobre nuestro propósito de salir a La Carolina por aquí.
Bueno, nos confirmó que la huella, en malas condiciones, existe y que motos y 4x4 la pueden recorrer sin grandes problemas. El problema serio era el que nosotros conocíamos: la tranquera con candado y que para colmo no vive nadie en ese campo sino que el dueño o los puesteros están en la Estancia Las Lomas, ya sobre la RP38. Tampoco veía viable llegar hasta el puesto que nosotros visitamos ayer, el de Don Peñaloza, ya que poco más adelante hay dos profundas quebradas que, según él, solo se pueden pasar a pie (y eso que le insistí…)
En definitiva tuvimos que pegar la vuelta y salir por Las Chacras, aunque nos quedó la espina de si por algún lado no será posible pasarse a la huella sin tranqueras, ya que la separación oscila entre 400 y 1500 metros. Por algún lugar se debe poder…
Sin más le pegamos duro por el asfalto hasta El Trapiche, pasando por La Carolina, comprobando que algo debe estar pasando con la finanzas en San Luis ya que se nota que hay poco mantenimiento: es la primera vez que encuentro algún bache y el pasto en las banquinas está altísimo.
Llegamos a El Trapiche con el tiempo justo para comprar un poco de carne y poder comernos un rico asado en el quincho de Siyabona, donde compartimos una larga e interesante charlas con los amables propietarios del complejo, Gabriela y Pieter.
Sin tanto frío como la primera noche, nos fuimos a dormir penando en como hilvanar un interesante regreso.
Demás está decir que salió riquísimo: ¡Un aplauso para Pablito, el asador!
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5 al 9 de Julio de 2014
MARTES 8: REGRESO RAMALEANDO POR EL BAP
EL TRAPICHE - ESTANCIA GRANDE - TRAVESÍA DE LAS CUMBRES - BALDE - SALINAS DEL BEBEDERO - BEAZLEY - LA COSTA - ZANJITAS - CAZADOR - LA SEÑA - HUEJEDA - ALTO PELADO - TRAVESÍA - CHALANTA - CALDENADAS - NUEVA ESCOCIA - LAS ISLETAS - LAVAISSE - REALICÓ
No nos levantamos tan temprano pero a las 9:00 ya estábamos cargando nafta en El Trapiche. Los planes eran volver paseando de modo de llegar tranquilos al día siguiente para ver la semifinal con Holanda.
Había algunas cosas que hace rato quería curiosear: las Salinas del Bebedero y la parte “enroscada” del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico (BAP) entre Beazley y Justo Daract, la cual con la info disponible parecía ser una travesía en si misma..
Como Pablo no conocía el camino de Virorco y Estancia Grande empezamos a volver por ahí, confirmando lo que ya había dicho antes: se nota mucho menos mantenimiento de las muy buenas obras puntanas. Disfrutamos de las estribaciones serranas por el bonito camino ripiado hasta Potrero de los Funes, donde tomamos el hermoso e imperdible camino de asfalto (Travesía de las Cumbres) que te deposita en la ciudad de La Punta.
De allí circunvalamos la ciudad de San Luis y para empezar a tomar el gusto ferroviario no tuvimos mejor idea que pegarnos al abandonado ramal del FCGOA (Ferrocarril del Gran Oeste Argentino) que se dirige a Mendoza.
La cuestión es que sin darnos cuenta casi nos metimos en una villa y por unos minutos pasamos por el momento más peligroso de la travesía: hasta nos escupieron los parabrisas mientras rezábamos para que las chatas no fallen que no se les ocurra algo más desagradable.
Pasada la zozobra, un clásico camino desértico casi ganado por la vegetación paralelo al ramal abandonado y usado como basurero nos llevó a la primera estación: Pescadores. Por el camino nos llamó la atención la presencia de víboras pese a estar en invierno, por lo que decidimos no meternos por entre la vegetación al no disponer de calzado adecuado.
Justo donde el GPS indicaba "PESCADORES" una tranquera y un camino conducían al terraplén pero a simple vista no se veía construcción alguna. Unos metros más adelante un paso a nivel (PAN) nos permitió llegar al terraplén pero estaba completamente ganado por la vegetación y tampoco se veía nada. No me animé a caminar por el terraplén por el tema víboras y entonces supusimos que Pescadores había desaparecido. Luego en GE vimos que en realidad algo hay pero habrá que volver pertrechado con buen calzado.
Seguimos bordeando las vías rumbo a BALDE (balde significa aljibe), notando que alguien prolijamente apartó rieles para llevárselos aunque parece que lo atajaron a tiempo. La presencia de basura nos indicó que estábamos cerca de Balde a donde ingresamos por su retaguardia. La basura es signo inequívoco de civilización (o no tanto)
Nos fuimos derechito a ver la estación, que contrasta bastante con el abandono del ramal. Está más o menos entera y tiene algunas instalaciones muy llamativas como el tanque de agua rectangular con las aristas redondeadas, toda una obra de arte. Viendo una válvula nos enteramos del nombre original de la línea: FCGOU (Ferrocarril Gran Oeste Argentino), cosa que no conocía.
Balde es un pueblo prolijo pero que no supimos aprovechar mucho por falta de tiempo y de investigación previa: después supimos que hay excelentes aguas termales, en pleno desierto, donde el agua es una rareza.
El próximo destino eran las Salinas del Bebedero, un lugar que hacía mucho quería conocer. Hay una excelente cinta asfáltica que la une a Baldes y se llega fácil y rápido.
El pequeño poblado y la planta de sal tienen el aspecto triste que uno espera en un ambiente tan hostil. Todo es gris y con muy poca vegetación, compuesta de los infaltables tamariscos y nada más.
Pasamos al costado del predio de Dos Anclas y pudimos estacionarnos al lado de las enormes montañas artificiales de sal que impresionan por su magnitud y blancura. Detrás de estas pequeñas “cordilleras” de sal se extiende el salitral y laguna del Bebedero hasta donde se pierde la vista. Cumplimos la misión de conocerla.
Saliendo del pueblo, buscando una huella que rodea la laguna por el este rumbo a Beazley, una plazoleta con una vieja locomotora a vapor nos llamó la atención y paramos a curiosear: ahí nos enteramos que existió a principios del siglo pasado un pequeño ramal hasta Balde, que se usaba para transportar los sacos de sal. Algo de la historia de estas salinas se puede leer acá:
http://biblioteca.sanluis.gov.ar/%5CPublicaciones%5CLAS%20SALINAS%20DE%20BEBEDERO.pdf
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5 al 9 de Julio de 2014
MARTES 8: REGRESO RAMALEANDO POR EL BAP
EL TRAPICHE - ESTANCIA GRANDE - TRAVESÍA DE LAS CUMBRES - BALDE - SALINAS DEL BEBEDERO - BEAZLEY - LA COSTA - ZANJITAS - CAZADOR - LA SEÑA - HUEJEDA - ALTO PELADO - TRAVESÍA - CHALANTA - CALDENADAS - NUEVA ESCOCIA - LAS ISLETAS - LAVAISSE - REALICÓ
Salimos del poblado y bordeamos la laguna de la salina por el este por duros caminos salitrosos hasta que alcanzamos la ruta de asfalto casi en Beazley, donde un tren carguero estaba estacionado esperando señal y a nosotros para que lo fotografiemos.
Camino salitrosoBEAZLEY es una estación de cargas activa con el edificio muy bien cuidado y con una extensa playa de maniobras, llena de vagones mayormente en desuso. Este ramal que va de Justo Daract hasta La Paz pertenece a la línea General San Martín, específicamente lo que fue el Buenos Aires al Pacífico y se encuentra activa para cargas.
Porque vinimos a Beazley? Desde siempre atrajo mi atención el raro dibujo que hacen las vías en esta zona y siempre quise saber por qué y qué geografía recorrían. Además presumía tener que lidiar con los caminos solitarios y polvorientos de los que me encantan y este viaje era una excelente oportunidad de conocer parajes de raros nombres: Zanjitas, La Seña, Cazador, Chiscaca, Huejeda, Alto Pelado, Travesía, etc…
Salimos de Beazley después de fotografiar todo, junto con el carguero, que iba en nuestra misma dirección. Grande fui mi sorpresa (ingrata) que los “caminos solitarios y polvorientos” que imaginé eran una perfecta ruta de asfalto... Esos insondables misterios puntanos de asfaltar todo.
Era cerca de mediodía cuando detectamos la estación LA COSTA, escondida completamente entre la vegetación. Nos desviamos de la ruta y buscando encontramos la perdida huella borrada que accedía a ella y llegamos casi hasta el andén. Buen lugar para almorzar y para ver pasar el carguero, además de curiosear las muchas cosas abandonadas que se ven dentro del monte.
El andén está tapado por la vegetación del desierto y está armado con el borde de durmientes; los nomencladores no están.
El edificio está en pie, aunque sin techo ni aberturas. Llama la atención lo bien conservada que pese a todo está la mampostería, que parece recién construida. No solo revela la calidad de la obra sino también las bondades del clima seco que impera por aquí. Esto se repetirá en las próximas estaciones que visitamos.
Sin embargo lo más llamativo es una construcción que no es muy vieja aunque está completamente abandonada, que parece un conjunto de cuatro viviendas para nada precarias dentro de lo que sería el predio de la estación. Cuesta entender que pudo haber requerido semejantes construcciones no hace tanto tiempo y menos que se las haya usado tan poco.
Por supuesto están vandalizadas pero al ser casi todas de mampostería y hormigón solo se llevaron aberturas, tanques y demás cosas fáciles de sacar.
Mientras almorzábamos pudimos ver pasar el carguero con su tándem de locomotoras adelante y una tercera atrás. Después veríamos que llevaba una tercera empujando
Satisfechos, continuamos el derrotero siguiendo al carguero, aunque no lo pudimos alcanzar en Zanjitas, donde lo vimos alejarse cuando nosotros llegamos a la estación.
Aquí la estación tiene un pueblo adyacente y está ocupada por una familia que además ha instalado un despensa en el andén que ha sido cerrado con chapas acanaladas de zinc.
Saliendo de Zanjitas alcanzamos el carguero y nos adelantamos rumbo a Cazador, lugar que fue conocido porque allí pudieron detener a la díscola locomotora de ALL que se había escapado de Mendoza sin tripulación allá por el 2007. Al igual que Zanjitas está ocupada por una familia que le ha hecho la misma reforma que la de Zanjitas. Cazador es un sitio con casa dispersas, no llega a ser pueblo.
La próxima sería una interesante: La Seña. Si bien no está muy lejos de la ruta, tiene algunas complicaciones arrimarse: la huella está plagada de unos “tajamares” bastante altos que cuesta un poco superar. La estación, completamente abandonada y solitaria, a diferencia de La Costa, está bastante completa: su techo rojo luce orgulloso su nombre con letras blancas, las aberturas están casi todas, y los cielorrasos están impecables. Debe ser seguramente por los enormes panales de avispas que la defienden y que hacen que uno se acerque con mucho cuidado.
Al querer salir por el otro lado del cuadro no topamos con una tranquera cerrada así que hubo que recular para continuar y salir a la ruta.
Las vías se alejan de la ruta asfaltada y la estación siguiente nos queda adentro una propiedad con tranquera y candado, lejos de la vista. No pudimos llegar a Chischaca pero si pudimos, aunque sea de lejos, ver y fotografiar la siguiente: Huejeda. Aparentemente está convertida en un galpón o algo así y luce un panel solar moderno además de su nombre medio borroso en el techo.
Al margen de las estaciones nos quedó claro el porqué de los rulos de las vías: si bien son suaves colinas, el camino de asfalto tiene pendientes que deben complicar a un pesado tren de cargas, por eso han desarrollado una traza tendiente a obtener pendientes digeribles para las locomotoras. Igual deben tener su dificultad por el carguero que seguíamos tenía tres locomotoras.
ZANJITAS
Llegamos al pequeño poblado de ZANJITAS, donde encontramos la despensa/estación
Un pequeño pasajero acababa de perder el tren... La locomotora de cola apenas es visible por su luz
El edificio está bastante bien pero hay gente viviendo en él (de hecho hay carteles que indican que funciona como despensa)
y han cercado el alero con chapas en forma prolija. Nunca vi algo así...
Galpón de cargas y tanque de agua, con el fondo de las sierras de San Luis
ZANJITAS es otro cementerio de vagones. No existirá un inventario de todo esto?
Detalles del canjeador de testigos de vías libre, típico del BAPCAZADOR
CAZADOR es un pequeño poblado rural disperso. Alguien vive en la estación y al menos se ve
bastante entero el edificio, aunque podrían estar un poco más ordenados los alrededores
CAZADOR visto desde las vías.
Acá también hay vagones abandonadosLA SEÑA
Huella de acceso a LA SEÑA
Cartelería del paso a nivel antes de llegar a LA SEÑA
En el medio de la nada, el abandonado edificio de LA SEÑA se yergue incólume
Es una pena que esté abandonada, pero fue la mejor estación que visitamos. Tiene un encanto especial
La estación está cuidada por una bandada de loros, que estaba en el árbol de la derecha
La estación desde las vías y la casa de los auxiliares, también abandonada
El desolado andén y Pablo tratando de imaginar el nomenclador de LA SEÑA, del cual, ni señas...
Lo que quedó de la boletería
Cielorraso impecable y piso no tanto
Detalles: Nidos adornan los aleros - Increíblemente las palancas de cambios y señales, que están en un pozo, sobreviven
La únicos asentamientos de LA SEÑA: un puesto de la estancia homónima y una casa también abandonada
De nuevo nos alcanzó el carguero de BEAZLEY: acá está la locomotora empujadora de colaHUEJEDA
HUEJEDA está dentro de una estancia y se ve que la usan como depósito o algo así
Algunas mejoras tiene: asoma un panel solar - Los edificios de los sanitarios parecen conservadosEl siguiente pueblo/estación fue una grata sorpresa. Su raro nombre, ALTO PELADO, no nos auguraba grandes cosas, sin embargo encontramos un pueblo prolijísimo, con las instalaciones ferroviarias muy cuidadas como respetando a lo que seguramente fue su razón fundacional. Hasta el olor al aceite que pierden las locomotoras se sentía en el predio…
Prolijas plazas y bulevares llenas de flores, una Capilla abierta al público impecable, un parque de juegos “ ferroviarios”, flores en los canteros, todo muy limpio y muy bien mantenido. Una maravilla que muestra que cuando se quiere, se puede. Un contraste muy grande respecto a lo que veníamos viendo.
Seguimos. La próxima fue TRAVESÍA, que volvió a la normalidad respecto al abandono. El paraje se llama La Moneda y probablemente hayan intentado cambiarle el nombre a la estación ya que sobre el techo del edificio hay algunos indicios de ello. Sin embargo, nadie me lo pudo confirmar. Bastante parecida a La Seña pero en peores condiciones, posiblemente por estar accesible desde la ruta.
Seguimos rumbo a CHALANTA, de un aspecto muy parecido a LA COSTA pero más abandonada aún, perdida entre un zona de médanos. Al querer acercarnos nos corrieron una jauría de perros y decidimos seguir ya que no nos aportaría nAda nuevo.
A partir de acá nos percatamos que habíamos invertido más tiempo del previsto y que al fin del día íbamos a quedar muy lejos de Buenos Aires y por ende poniendo el riesgo ver en casa el partido con Holanda.
Sin dejar de parar fugazmente para sacarle aunque sea unas fotos de lejos hilvanamos CALDENADAS (abandonada), NUEVA ESCOCIA (se nota que era algo muy importante con cinco enormes tanques de agua), LAS ISLETAS y LAVAISSE. Estas últimas tres están acompañadas de pequeños pero prolijos pueblitos enhebrados por la ruta de asfalto.
Y así terminó esta excursión por el BAP, ya que luego tomamos la AU55 hacia el sur hasta Nueva Galia y a eso de las 20:30 estábamos cenando en Realicó, en el restaurante La Giralda (altamente recomendable)
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MIERCOLES 8: REGRESO ENTRE LA NIEBLA
Y a la mañana siguiente la ruta 35 llevó a Pablo y a Matías rumbo a Bahía Blanca y a nosotros la RN07 rumbo a casa. Increíblemente después de mediodía a la altura de Junín y casi hasta Lujan, un espeso banco de niebla nos hizo circular despacio con mucha precaución. No obstante tuvimos el tiempo suficiente para llegar a casa tranquilos y poder disfrutar (una manera de decir…) del pase a la final del Mundial tras vencer a Holanda por penales.
Algo más. Al llegar a casa, después del partido, no pude con el genio y traté de entender el retorcido recorrido de este ramal. Dibujé la traza ferroviaria en el Earth Google, busqué los puntos más bajo y más alto y los uní con una línea recta. los resultados fueron los siguientes:
Punto más bajo: próximo a LA COSTA a 455 msnm
Punto más alto: próximo a ALTO PELADO a 696 msnm
Diferencia de nivel entre estos puntos: 241 metros
Distancia medida sobre las vías entre los puntos anteriores: 44.6 km
Distancia medida en línea recta entre los punto anteriores: 27.4 km
Diferencia de longitud: 17.2 km (+ 62%)
Pendiente medida en línea recta: 0,87 % (8.7 m/km)
Pendiente medida sobre la traza: 0.54 % (5.4 m/km)
Por lo que pude averiguar 8.65 es lo máximo para un tren de cargas normal, lo que explica ese largo de desarrollo de 62% más de longitud para ir buscando el gradiente menor, sobre todo en esta zona que seguro cuando se construyó no había poblaciones que fijasen por donde debía pasar.
Me quedó claro el extraño dibujo de la traza
Hasta la próxima !!!