EL CENTRO-SUDOESTE BONAERENSE SIGUIENDO LAS VÍAS
RECORRIENDO PUEBLOS DEL CENTRO SUDOESTE BONAERENSE SIGUIENDO RAMALES FERROVIARIOS
6, 7 y 8 de Febrero del 2015
PRÓLOGO
Hace rato que con Adriana teníamos ganas de revivir unos de esos largos paseos exploratorios por el pasado ferroviario. Las pequeñas dosis por los ramales cercanos a nuestro domicilio no nos surtían efecto para calmar la ansiedad de conocer, descubrir, asombrarnos y entristecernos contemplando las maravillas del pasado que nuestro querido país no supo y no sabe cuidar.
Puede parecer medio masoquista ir a recorrer ramales abandonados y ruinosos, pero en el fondo es un acto de fe. Rescatarlos al menos con una foto y luego averiguar un poco de su rica historia les insufla vida; la posibilidad de difundir esta información a través de estas crónicas de viaje permite que muchos lectores tengan acceso aunque sea virtual a estos lugares donde nuestros antepasados fueron capaces de concretar sus sueños a través duros sacrificios.
En muchos casos los trenes nunca volverán a estos ramales porque el mundo y la economía cambió, pero este muestrario de logros, hoy injustamente abandonados, nos debe alentar a pelear por otro tipo de logros que demanden sacrificio parecido. Es evidente que se puede.
Hecha la introducción, los invito a recorrer ramales de los más ignotos, alternando tramos clausurados con desmantelados y en el mejor de los casos en precario servicio, totalizando 36 estaciones visitadas en los siguientes ramales:
Chas – Ayacucho
Ayacucho – Lobería – Necochea
Energía – Defferrari – San Cayetano – Barrow
Tres Arroyos - Coronel Dorrego – Bajo Hondo
Bajo Hondo – Coronel Pringles
VIERNES 6: A NECOCHEA VÍA BALCARCE PARANDO EN CASI TODAS
FLORENCIO VARELA - CORONEL BRANDSEN - GENERAL BELGRANO - CHAS - IBAÑEZ - REAL AUDIENCIA - CASALINS - UDAQUIOLA - LANGUEYÚ - SOLANET - AYACUCHO - SAN IGNACIO - RAMOS OTERO - BOSCH - BALCARCE - LOS PINOS - SAN AGUSTÍN - LAS NUTRIAS - EL MORO - LOBERÍA - NECOCHEA
Salimos temprano de casa con rumbo sur. Fiel a mis principios de tomar atajos por caminos de tierra, de movida ya hicimos un tramo de la vieja RP53 para ir desde la RP06 y pasar por detrás de Brandsen y tomar la RP29 apenas antes del Samborombón. Desde allí, atentos a que ya estuvimos varias veces por Jeppener, Altamirano, Alegre , Ranchos y Villanueva, Rio Salado, Bonnenment y enlazarlos por tierra alarga mucho el itinerario, le pegamos por el asfalto de la RP29 hasta General Belgrano.
Desde chico que no pisaba el balneario de General Belgrano y curiosos de las obras de dragado del río Salado nos desviamos para enterarnos de lo que estaban haciendo. Prestando atención al mapa, veo que el río hace una curva en “U” muy pronunciada al arrimarse al balneario, la cual es recorrida por una prolija calle asfaltada que hace las veces de costanera, con cuidadas instalaciones para picnic y/o camping.
El río luce muy tranquilo y sin nada de correntada lo cual me suena extraño con el nivel actual del río Salado que había visto al cruzarlo en la RP29. El misterio se devela al llegar uno de los extremos de la costanera donde divisamos un dique y “otro” cauce que no figuraba en los mapas.
El “otro” cauce no era más que el famoso dragado del río Salado que indudablemente lo diseñaron haciendo un bypass de la “U” que mencioné antes. Ahora quedaba por ver el otro extremo donde debería habar otro dique así que recorriendo inversamente la costanera lo fuimos a buscar.
Y enseguida lo encontramos apreciando que las compuertas regulan el paso del agua por el cauce natural cuyo excedente se deriva por el nuevo cauce ancho y rectificado. Entiendo que con esto han mejorado mucho el escurrimiento y seguramente lograrán prevenir inundaciones en la ciudad.
Satisfechos con la visita no planeada a General Belgrano, previendo que de aquí en más nos meteríamos por caminos de tierra con distancias a recorrer insospechadas por eventuales cortes y/recules, nos dirigimos al centro de la ciudad a cargar combustible y salir con tanque lleno. En la estación de servicio, nos encontramos con un forero del Suzuki Club que reconoció a la legendaria Pampa 02 y estuvimos charlando un buen rato.
Desde allí seguimos hacia Chas por caminos vecinales y tuvimos que volver a salir a la RP29 ya que los primeros tramos del ramal Chas – Ayacucho se encuentran sobre grandes bañados donde no hay caminos ni puentes salvo los de la ruta asfaltada. Es una zona que vive inundada donde sólo emergen del agua el viejo terraplén del ramal que vamos a seguir y la RP29
A poco de andar, un desvío asfaltado hacia el este nos conduce a IBÁÑEZ, la primera escala del largo periplo ferroviario que iniciábamos. Extrañamente no es el camino que nos marcaba el GPS, el cual parecía estar dentro una añosa arboleda en curva que arrancaba en el casco de una estancia; en el mapa que acompaño se nota claramente.
Una curva y el camino de asfalto se puso paralelo al terraplén abandonado, donde aún quedan restos de obras de arte y después un espeso monte de eucaliptos aparece la solitaria estación IBÁÑEZ, acompañada únicamente por una casa habitada en muy buenas condiciones al costado del paso a nivel, donde unos chiquillos jugaban en el jardín, un viejo almacén y lo que parece ser una casa de fin de semana.
La estación está entera dentro de una propiedad privada y conserva los nomencladores. Parece que alguien la ocupa a juzgar por un auto rojo que se encuentra bajo el techo del andén; hay colmenas dentro del predio, todo muy prolijo. Se respira una tranquilidad total.
El camino que nos marcaba el GPS se ve que era el que llevaba de la estación a una gran estancia y es a todas luces espectacular ya que está flanqueado por dos filas de añosos eucaliptos siguiendo una gran curva que lleva al casco. Es casi seguro que esta estación nació para uso casi particular de la estancia en aquellas épocas don Pedro de Ibáñez y Anchorena. Pertenece al partido de General Belgrano.
No hay modo de continuar por caminos de tierra desde IBAÑEZ siguiendo de cerca el ramal por lo que volvimos a la RP29; después de atravesar una serie de arroyos y canales, al cabo de unos kilómetros de nuevo nos desviamos por otro caminito de asfalto a la izquierda, sólo que ahora muy deteriorado, para introducirnos en un paraje de pomposo nombre, REAL AUDIENCIA que recuerda la denominación del más alto tribunal de justicia de la época colonial antes del advenimiento de la república. Vaya a saber por qué este ignoto paraje del partido de Pila recibió este nombre.
La cuestión que nuevamente el camino se puso paralelo al terraplén abandonado y nos condujo al “downtown” de Real Audiencia, cuyo acceso está interrumpido por un humilde boyero.
A diferencia de su predecesora, aquí hay algunas construcciones que constituyeron un incipiente poblado: hay una escuela, un almacén de ramos generales que parece trasplantado de algún confín patagónico, varias casas y lo más raro, la sede un club de fútbol: el RAFC (Real Audiencia Football Club).
No está todo abandonado pero no le falta mucho, excepto la estación en sí, la cual está completamente en ese estado. Su construcción, enteramente de madera, fue muy humilde y se nota que alguien estuvo viendo allí hace bastante tiempo a juzgar por las cosas que hay en su interior. Según un visitante anterior, un anciano vivía allí por el 2009.
El andén está cubierto de pastos y los árboles están enormes; de los nomencladores sólo pude ubicar uno de los postes de uno de ellos. Acá también se respira total tranquilidad y durante nuestra corta estadía ningún humano se asomó, únicamente una mulita salió a ver quiénes eran los intrusos.
De nuevo no pudimos cumplir el objetivo de seguir por tierra, ya que no salen caminos hacia el sur desde Real Audiencia y tuvimos que regresar a la RP29 con destino a CASALINS, en el partido de Pila.
Poco más adelante una cortada de tierra nos permitió gozar de los caminos de tierra que tanto nos gustan y acercarnos a CASALINS, la primera de las escalas habitadas de nuestro viaje. No es una gran urbe, pero cuatro o cinco manzanas pobladas comparadas con los lugares que visitamos previamente la hacen parecer a Nueva York.
La estación está descuidada respecto a fotos previas que había visto aunque si mal no recuerdo tenía algún uso comunitario; los nomencladores no los ubiqué aunque podían estar tapados por la vegetación. Los galpones están utilizables.
Lo que es muy interesante es el edificio que está enfrente, el del almacén “el nono”, que además de su típica construcción ofrece el espectáculo de tres viejos surtidores fuera de servicio en la vereda.
El pueblo tiene muchas casas familiares, policía, escuela y creo que agua corriente y alcanzamos a ver una barraca con cueros en plena actividad.
Dejando CASALINS por fin pudimos librarnos por un buen rato del asfalto de la RP29 con rumbo a UDAQUIOLA. Primero costeando las “vías” y después alejándonos bastante por entre campos anegados que nos permitieron ver gran cantidad de de aves que gozaban de estos espejos de agua; el camino apenas tenías unos pocos pasos con barro aunque se lo veía muy poco transitado.
Así después de un largo rodeo, accedimos a UDAQUIOLA, un poblado pequeño habitado aún de menor envergadura que Casalins, ubicado en el partido de Ayacucho
La poca población y los comercios se agrupan sobre única calle frente a la estación, donde se destacan el puesto policial, que utiliza una de las construcciones ferroviarias, el cuartel de bomberos, un almacén de campo y por supuesto la vieja estación, donde un vagón “encallado” en su andén es testigo de su actual destino no ferroviario. Como en la mayoría de estos pueblos cuesta ver gente por sus calles y UDAQUIOLA no fue la excepción.
Sin salir a la RP29, seguimos “por adentro” hasta arrimarnos a LANGUEYÚ donde te recibe un enorme boliche bien cuidado pero desierto, que en el pasado debió ser el centro de reunión de la paisanada. Un cartel escondido entre los pastos anunciaba que allí había combustibles y teléfono, servicios que indudablemente ya no presta. Según un reporte de otro curioso viajero como nosotros, todavía está en actividad pero no lo pudimos comprobar personalmente. Pertenecía a Solanet y Cía.
La estación ferroviaria fue muy precaria y está construida de madera, parecida a la Real Audiencia. Parecía estar habitada debido a que en uno de sus accesos el pasto estaba cortado y se alcanzaba a ver una antena de Direct TV. Seguimos sin ver a nadie, ayudados por el intenso calor que hacía a esta altura del día.
La vieja cartelería del camino que bordea la traza levantada denota que por acá pasaba antes la RP29. Zona de bañados y muchos arroyos, llaman la atención los vadeos con calzada de hormigón como ocurre en las sierras de Córdoba.
Un puente carretero importante que cruza el arroyo Langueyú rodeado de una frondosa arboleda, nos obliga a detenernos a fotografiar y con sorpresa encontramos restos metálicos del ferrocarril, ya que curiosamente se conserva la estructura del puente ferroviario, escondida entre los árboles que parecen protegerla cual última línea de defensa.
El camino sigue acompañando la vieja traza del tren hasta SOLANET, un muy pequeño poblado donde la estación está escondida entre una gran arboleda y está habitada por alguna familia. Alrededor de la estación hay un par de casas y una hermosa capilla, que no sé por qué no fotografié. De la estación sólo hice alguna toma con zoom porque nos pareció que no daba para ir a pedir permiso.
Igual justo ahí nos agarró el apuro para hablar por teléfono porque nos dimos cuenta que nos habíamos olvidado de dejar la llave de casa a mano y nuestros hijos no iban a poder entrar, por lo que en lugar de seguir por los caminos de tierra rumbo a Ayacucho, salimos a la RP29 para ganar tiempo. Naturalmente en estos páramos no hay señal de celular
Apenas conseguimos señal cerca de la ciudad, resolvimos el problema y decidimos no entrar a Ayacucho ya que la conocíamos de otro viaje, así que seguimos hacia el sur por la desde aquí destruida RP29 rumbo a San Ignacio.
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