CANQUEL 2019: Recorriendo mesetas chubutenses
HUELLAS ABANDONADAS Y SUS TESOROS ESCONDIDOS NOS VUELVEN A SORPRENDER EN EL INTERIOR CHUBUTENSE
9 al 16 de Noviembre de 2019
Viernes 15 de Noviembre de 2019: FALLIDA BUITRERA Y SOMUNCURÁ NOS DA UN BRUTO TARASCÓN
GAN GAN - LA BUITRERA - PAMPA DE TALAGAPA - MESETA DE SOMUNCURÁ - ALMACEN CORVALAN - CUEVA DE HONORIO - CERRO PARAMELA - SUBIDA DEL NACIENTE
Frugal desayuno en el hotel, inútil y frenética búsqueda de gomerías para inflar las cubiertas y temprano salimos hacia el norte por la pintoresca RP67 que, lenta pero firmemente, te va subiendo a la meseta de Somuncurá disfrutando sus habituales bucólicos y misteriosos paisajes de piedra y viento.
La idea era tratar de trepar al volcán La Buitrera a unos pocos kilómetros de la ruta por alguno de los numerosos tracks que habíamos imaginado en el 2015, de los cuales únicamente habíamos usado uno el día que la inesperada nevada a mediados de octubre nos impidió llegar a Elsa y a mí en el viaje a los volcanes sureños de 2016.
Elegimos uno de ellos y cuando nos juntamos en su inicio sobre la ruta para encarar un ancho cañadón con un enjuto arroyo a campo traviesa, vemos a lo lejos dos paisanos a caballo que venían casualmente (¿?) hacia nosotros. Obviamente nos quedamos a esperarlos por las dudas.
Y como no podía ser de otro modo, se arrimaron a ver que hacían cuatro chatas allí detenidas. Eran de la estancia Talagapa, se llamaban Elio y Héctor y estaban armados ya que andaban cazando zorros y por supuesto les llamó poderosamente la atención que quisiéramos subir a La Buitrera y más que supiésemos de la laguna que había en su cima. Nos pidieron que no entráramos sin pedir permiso para no comprometerlos y por supuesto accedimos no sin antes preguntar dónde podríamos hacerlo. Nos dijeron que sobre la Pampa de Talagapa había un puesto, que probásemos ahí. No sé si fue bueno o malo el casual encuentro, capaz nos habíamos ahorrado un problema…
Seguimos y desembocamos en la siempre sorprendente Pampa de Talagapa pese a que ya pasé por aquí muchas veces: una llanura perfecta, con una ruta llamativamente recta que la atraviesa rodeada de las típicas montañas de Somuncurá. La cruzamos y casi sobre el final encontramos el puesto que nos habían mencionado, nos desviamos y paramos a parlamentar con el puestero.
En ese momento había mucho viento y lloviznaba así que Marcos, que así se llamaba el puestero, me hizo pasar y me invito a tomar mate con tortas fritas. Como los anteriores compañeros, no se animó a dejarnos pasar pero como contrapartida me pasó el nombre y el teléfono del dueño, que vive en Trelew, así que la tercera será la vencida para La Buitrera. De paso habrá que investigar si no hay alguna otra cosa que ver en la zona, que seguro hay…
Antes de despedirnos me llenó una bolsa de tortas fritas para que reparta con el grupo y quedamos en vernos pronto, con el permiso bajo el brazo.
RP 67 rumbo al norte, hacia Somuncurá - FOTOS: Claudio GUANCIAROSSA
RP 67 rumbo al norte, hacia Somuncurá - FOTOS: Sergio ZEREGA y Darío GRANATO
Las típicos cerros de formas curiosas preanuncian el acercamiento a Somuncurá - FOTOS: Darío GRANATO y Claudio GUANCIAROSSA
Una estancia próxima al cerro La Buitrera sobre la RP67 - FOTOS: Darío GRANATO
Justo cuando nos íbamos a lanzar sobre La Buitrera, dos paisanos nos cortaron las piernas - FOTO: Darío GRANATO
Los dos paisanos no nos permitieron pasar pero nos dieron datos para futuros permisos - FOTOS: Darío GRANATO y Claudio GUANCIAROSSALa serpenteante RP67, dejó la Pampa de Talagapa y siguió ascendiendo a la meseta, ahora bordeada por lagunas con abundante agua y llamativamente con flamencos hasta llegar al límite provincial de Chubut con Rio Negro, donde se convierte en RP8 que, como casi siempre, su estado de conservación no es tan bueno como el de su tramo chubutense.
Había mucho viento y era hora de parar a comer algo así que nos abocamos a buscar un sitio con un poco de reparo, tarea nada fácil por estos lares. Probamos con un punto llamado Almacén Corbalán, que resultó un puesto de cierta importancia pasada que tal vez haya sido lo que su nombre indica pero sin el resguardo eólico que buscábamos así que continuamos buscando.
Y encontramos un pequeño monte regado por un humilde manantial que alguna vez alojó un puesto a juzgar por los restos derrumbados que proporcionó lo que buscábamos e hicimos la parada gastronómica que necesitábamos. Esta vez volvimos a la normalidad de las latitas de jardinera, lentejas, queso, salamines y esas cosas.
Mientras comíamos decidimos los pasos a seguir que fueron hacer un poquito de Somuncurá duro saliendo por Prahaniyeu y después acampar en Tambelén y si todo iba bien, terminar desembocando en Valcheta a través de laguna de Mendez y Yaminué. Plan bastante tranquilo.
Viejo emplazamiento del Almacén Corbalán - FOTOS: Sergio ZEREGA
A la hora de comer algo, una arboleda a lo lejos nos atrajo - FOTOS: Sergio ZEREGA y Darío GRANATO
No era para buscar sombra, sino un poco de reparo para el viento - FOTO: Darío GRANATO
Seguramente fue el lugar donde estuvo afincado un puesto a juzgar por los pircados
y algunas construcciones en ruinas - FOTOS: Darío GRANATO
La vegetación muy verde se explica por un manantial aún activo - FOTOS: Sergio ZEREGA
La frondosa y estoica arboleda que nos dio cobijo por un rato - FOTOS: Sergio ZEREGA y Darío GRANATO
El típico perfil de los cerros somuncureños - FOTO: Darío GRANATOPero Somuncurá posee esos extraños y misteriosos poderes que, como un canto de sirena, engañan a los viajeros y entonces nos hizo pisar el palito de salir hacia el este por Cerro Ventana, un extenso y tortuoso periplo, desestimando inexplicablemente el plan original.
El palito lo pisamos porque el primer tramo de la huella que se dirige hacia el este es muy bueno y permite andar a buen ritmo. Cuando el terreno se empieza a poner difícil, ya se ha hecho una buena parte del recorrido y al estar bastante cerca de la mítica cueva donde vivió Don Honorio Vicente, uno termina cruzando el Rubicón y por ende ya no hay vuelta atrás: los kilómetros y las horas se suman y retornar es claramente muy duro y para adelante uno tiende a creer que la cosa mejorará. Ilusos nosotros y en mi caso particular peor porque hace nueve años ya había experimentado lo mismo y lo repetía con alegría. Debo ser el único caso en la historia que hace dos veces el mismo recorrido en somuncura y encima en el mismo sentido...
Llegar a la legendaria cueva es muy tortuoso pero la posibilidad de pisar ese mágico lugar con su increíble historia logra que te lo aguantes. Para los amantes de estos solitarios lugares, las historias increíbles de poquísimos estoicos pobladores que te tocan el alma, son insoslayables y teníamos que llegar.
Cuando llegamos, cerca de las cuatro de la tarde, el viento arreciaba con ráfagas de hasta 80 km/h pero en el interior de la cueva había paz. Después de nueve años el tiempo y algún desaprensivo visitante habían hecho lo suyo y prácticamente sólo quedaba el espacio vacío. Los utensilios y otros humildes enseres de los cuales había sido testigo ya no estaban como hace una década atrás excepto algún resto de latas oxidadas.
En 2010, algunas cosas aún quedaban: http://www.lodelpampa.com.ar/Relatos/Apas2010/apas2010_40_somuncura.htm
Sin embargo las paredes de piedras apiladas y traídas de vaya a saber dónde prácticamente estaban incólumes, como el espíritu del viejo Honorio que se sentía en el aire. Otra vez volvía a preguntarme cómo se las arregló para vivir allí con sus más de ochenta años a cuestas.
Una gran alpacheta en las cercanías de la cueva nos permitió encontrar lo que tal vez sean las últimas pertenencias de Honorio que aún permanecen allí: una bombilla y un mate que por supuesto dejamos allí tal como estaba. Tal vez el fantasma de Honorio todavía las esté usando …
En primera intención le apuntamos a Prahaniyeu - FOTO: Darío GRANATO
Pero por alguna razón inexplicable, retrocedimos al corazón de Somuncurá: nos había atrapado otra vez - FOTOS: Claudio GUANCIAROSSA
Tomamos la huella que de oeste a este, une el Caín con Cerro Ventana, que te
engaña al principio porque está en excelente estado - FOTOS: Darío GRANATO
Claro, hasta la primera estancia, después... - FOTOS: Darío GRANATO
Después empieza el pedrero, pero ya es tarde para arrepentirse - FOTOS: Darío GRANATO
El entusiasmo de visitar la Cueva de Honorio nos hizo olvidar del pedrero y así
llegamos a la alpacheta que marca su ingreso - FOTOS: Darío GRANATO
La alpacheta, castigada por el viento, pero sigue ahí marcando el mítico sitio - FOTOS: Darío GRANATO
Don Honorio, en 2005 - FOTO: Eduardo CINICOLA
Los pircados que alojaban a los chivos de Don Honorio también permanecen erguidos como mudos testigos en ese increíble lugar para vivir FOTOS: Darío GRANATO (x3) y Sergio ZEREGA
La oquedad donde se juntaba el agua para la supervivencia de Honorio, en ese momento seca - FOTO: Darío GRANATO
Lamentablemente ha desaparecido el techo y las paredes exteriores pircadas de la cueva de Honorio
se están derrumbando; solamente queda su espíritu para quienes conocimos su historia - FOTO: Sergio ZEREGA
Antes estaban todos, hoy sólo quedan estos utensilios. Hasta estos remotos lugares llega la falta de respeto - FOTOS: Sergio ZEREGA
Lo que veía Don Honorio cada día desde su recóndita cueva - FOTO: Sergio ZEREGARetomamos el camino en el punto donde volver era irracional y seguir adelante también. El tramo de meseta donde 5 ó 6 km/h es una velocidad promedio supersónica nos entretuvo, por decirlo de algún modo, por más de cuatro horas, donde no quedó pieza de las chatas que no se mueva o tornillo que no se afloje. En mi caso un soporte se partió y tuve que retirar el amortiguador suelto para no perderlo.
Todos nos preguntábamos fastidiados qué hacíamos allí comentando que con esta dosis era más que suficiente como no para retornar otra vez. La típica fase 2 de Somuncurá que sucede al entusiasmo de visitarla.
Por supuesto que a la altura del cerro Paramela ya la intención de salir por Cerro Ventana se había evaporado por cuanto implicaba cinco o seis horas más de tortura con pernocte intermedio incluido sin un lugar exento de piedras o al reparo del abrumador viento. La cercana Subida (Bajada) del Naciente podría proporcionarnos el resguardo necesario antes que cayese la noche.
La RP60 que baja de Valcheta (huella de similares características a la que nos ocupaba) apareció y la tomamos presurosos de abandonar el Averno pedregoso que nos envolvía.
Felizmente al empezar a recorrer la bajada encontramos el sector cercano al arroyo que la acompaña que Claudio nos venía anunciando desde un buen rato porque lo conocía de su anterior visita, con una esponjosa superficie de pasto verde y sin viento como para acampar con cierta comodidad y detuvimos la marcha.
Armamos el campamento, prendimos un fuego y nos abocamos a preparar la última cena del viaje: fideos y mejillones en salsa al disco en cantidad industrial, los que literalmente comimos a paladas.
En la sobremesa, la ausencia de viento, el silencio aplastante y el cielo pleno de estrellas nos transmitían la sensación que habíamos salido del planeta Tierra. Nos fuimos a acostar casi sin hablar para disfrutar el momento, de algún modo la paga al esfuerzo por llegar aquí.
Somuncurá empezaba a curar nuestras heridas y pasarnos a la fase 3, empezar a preguntarnos cuando volveríamos a dale un nuevo “mordisquito”.
Aclaro que por si alguien no conoce mi historia previa ya he venido cuatro o cinco veces experimentando este proceso de entusiasmo, frustración y nostalgia en ese orden.
Hay algunas excepciones como el imperdible alegato del querido Eladio abrumado por las particularidades de la meseta http://www.patagonia4x4.com.ar/phpbb3/viewtopic.php?f=1&t=51593, de donde rescato parecidas sensaciones:
A poco de la caída del sol armamos un campamento y Alejandro prendió el fuego para lo que sería un asado riquísimo. La noche era calma, sin viento y lentamente nos fue envolviendo la oscuridad; luego de comer nos pusimos a jugar con las estrellas, buscando las conocidas, viendo algunos satélites y fascinándonos con ese cielo. La luna iluminaba todo. En un momento que la conversación ceso, el silencio más puro que jamás haya percibido se hizo presente, aunque duro poco, ya que siempre uno lo rompe para decirle al otro: -que silencio-.
Nos fuimos a dormir cada uno a su cucha, y en medio de la noche sentí el deseo de ir al baño. Me levante y me encontré con un espectáculo que nunca en mi vida había presenciado: una semi esfera perfecta de estrellas inmensas, claras, parecían diamantes sobre un terciopelo negro y en silencio absoluto. Dios nos había regalado una noche sin siquiera una brisa, y como aquí no hay grillos, parecía que estaba en el espacio. jamás había estado en un silencio tan imponente y abrasador; Orión ya se recostaba contra el horizonte, y con esta visión, volví a dormir.
Buenas Noches…
Como suele ocurrir, los fierros sufren las consecuencias en Somuncurá: un soporte de amortiguador murió - FOTOS: Darío GRANATO
En pocos tramos se puede superar los 10 km/hora, es un pedrero infernal - FOTOS: Darío GRANATO
Cuando la huella atraviesa alguna laguna seca, se respira un poco de suavidad en el andar - FOTOS: Darío GRANATO
Como verán el tránsito no es muy congestionado por aquí, con el solitario cerro Paramela de fondo - FOTOS: Sergio ZEREGA
Considero fantástica esta foto ! - FOTO: Sergio ZEREGA
La Subida (bajada) del Naciente nos proporcionó un buen sitio para acampar después de un largo día de traqueteo - FOTOS: Darío GRANATO
El último campamento, con arroyito incluido - FOTOS: Sergio ZEREGA
La cena fueron fideos al disco, con una particularidad... - FOTOS: Darío GRANATO
Los revolvimos y los servimos con una pala. ¡Esto es comer a paladas! - FOTOS: Darío GRANATO
Sábado 16 de Noviembre de 2019: EL INICIO DEL REGRESO A CASA
SUBIDA DEL NACIENTE - CONA NIYEU - ARROYO VENTANA - ARROYO LOS BERROS - CORRAL CHICO - LONCO VACA - SIERRA PAILEMAN - AGUADA CECILIO - SAN ANTONIO OESTE - GNERAL CONESA - RIO COLORADO - BAHIA BLANCA - CORONEL PRINGLES - OLAVARRÍA - SALADILLO - LOBOS - CAÑUELAS - FLORENCIO VARELA
Pese a estar casi afuera, salir de la meseta por la Subida del Naciente no fue tan cómoda como imaginamos. Evidentemente las lluvias copiosas en algún momento pasado habían dañado mucho la huella y como casi nadie la usa, sólo se recompone con el escaso tránsito y los obligados desvíos.
Además Cona Niyeu aún estaba aún lejos y nos llevó un par de horas bajar de la torturante meseta hasta dejarla completamente atrás. Como anécdota un extraño golpe sordo en la Vitara nos comenzó a preocupar y cuando lo descubrimos, estábamos a un tris de perder la rueda de auxilio, cuyo fatigado soporte estaba por dar las hurras junto con la rueda (y el disco de arado!), los que podrían haber ido a parar a cualquier parte. La subimos al portaequipaje y seguimos.
Desarmando el último campamento - FOTOS: Darío GRANATO
La Subida del Naciente estaba muy rota, seguramente por lluvias recientes - FOTOS: Claudio CUANCIAROSSA (x2) y Darío GRANATO (x2)
Como en toda la meseta, casi todos los puestos están abandonados y en ruinas - FOTOS: Sergio ZEREGA
Ya casi abajo rumbo a Cona Niyeu - FOTOS: Darío GRANATOAtravesamos raudos el humilde poblado de Cona Niyeu y ya por una excelente ruta de ripio nos dirigimos a Arroyo Ventana, nuestro destino original desde la meseta, donde paramos a repostar combustible desde nuestros bidones y a picar algo mientras tanto. Se acercó a nosotros un poblador a charlar y nos contó la inesperada historia de cuando se inundó el pueblo hace dos años y nos mostró hasta donde había llegado el agua, a casi un metro de altura dentro de las casas. Algo imposible de creer mirando el entorno.
Seguimos adelante con la idea de salir en forma medio aburrida bordeando la meseta por abajo hacia Aguada Cecilio, donde el grupo se comenzaría a disgregar.
Sin embargo todavía nos esperaba una grata sorpresa final. Después de dejar la RP5 tomamos la RP58 hasta arroyo Los Berros, la cual se encajona en una larga grieta que aloja el arroyo Corral Chico y a lo largo del mismo se disponen los parajes de Corral Chico, Lonco Vaca y Sierra Paileman.
Los paisajes son muy bonitos, con mucho verde y con bastante población dispersa. Fue cómico cuando en el GPS mis compañeros vieron que la ruta se metía de nuevo en el macizo de Somuncurá, me preguntaron si no había otra alternativa…
Y así fue que nos fuimos despidiendo de las mesetas patagónicas, un largo raid de más de 1000 km por donde pocos andan y pocos disfrutan como nosotros.
Cona Niyeu dowtown - FOTOS: Darío GRANATO
Cerro Ventana - FOTO: Darío GRANATO
Colorido barrio del poblado de Arroyo Ventana - FOTO: Darío GRANATO
Downtown de Arroyo Ventana un mediodía de sábado - FOTOS: Darío GRANATO (x2) y Sergio ZEREGA (x4)
Parque automotor de Arroyo Ventana: no podían falta un R12 y un Falcón - FOTOS: Sergio ZEREGA
El soporte de la rueda de auxilio que ya no estaba y el amarre de emergencia que nos regaló Somuncurá - FOTOS: Darío GRANATO
Mientras revisábamos el estado de la rueda de auxilio en el techo, un vecino se acercó a charlar en su p
atio y nos invitó a ver (no a comer) la delicia que estaba cocinando - FOTOS: Darío GRANATO (x2) y Sergio ZEREGA (x2)
Paisajes de los pintorescos Corral Chico y Lonco Vaca - FOTOS: Claudio CUANCIAROSSA y Darío GRANATOAntes de llegar a Aguada Cecilio un “piquete” nos detuvo: una carrera de safari patagónico obligó a la policía a cortar el tránsito por un rato y aprovechamos para ver pasar las motos y areneros mientras nos empezamos a despedir.
Se desprendió Guillermo de la caravana para volverse solo a El Bolsón mientras que los demás le apuntamos al norte: Pablo, Matías y Julio enfilarían directo a Bahía Blanca, Claudio y Daniel pensaban quedarse en Rio Colorado y Darío y yo andaríamos hasta donde razonablemente pudiéramos llegar sin riesgo de cansancio. Terminamos en Coronel Pringles, asegurando que el domingo al mediodía, al menos yo llegaba para almorzar con la familia, que finalmente son quienes me facilitan disfrutar de estos placeres de conocer remotos lugares en compañía del mejor grupo de amigos.
Carrera de Safari patagónico en Aguada Cecilio - FOTOS: Darío GRANATO
Parada a dormir en La Tacuarita, en Coronel Pringles - FOTOS: Darío GRANATO
Dos amigos muy contentos después de una semana y 4108 km bien aprovechados - FOTOS: Sergio ZEREGA
El recorrido 3D por Canquel y Somuncurá según ReliveComo no hay dos sin tres, habrá otro Canquel en el futuro y seguramente también Somuncurá nos volverá a dar un nuevo mordisquito.
Hasta la próxima.
Pampa
Julio 2021