EXPEDICIÓN AGUA POCA: LA CUARTA CONFLUENCIOTERAPIA

 

DIA 2: CONQUISTANDO VOLCANES EN LA PAMPA (ó “¿No tenés otra excusa más creíble para rajarte de casa?”

 

Nos observa el espíritu del Agua Poca - Gato a caballo - Un grato cortafuego inesperado - Una de las pocas confluencias logradas sobre la chata - Inolvidable ascenso al volcán Agua Poca - Acodados en el bar Agua Poca - Visitamos a los González en El Puesto - Hacia el norte por el nuevo cortafuego - Un video revelador - Santa Isabel Saturday Night

 

                A la mañana temprano nos levantamos para desayunar y levantar campamento para disfrutar otro día intenso. Si bien no lo notamos en el momento, las fotos que tomamos nos revelaron al regreso que éramos observados por una nube muy extraña, posiblemente algún espíritu de volcán Agua Poca, curioso de un par de locos visitando sus dominios. La nube parecía un personaje del Señor de los Anillos.

 

La nube, convertida en algún personaje fantasmagórico del Señor de los Anillos, nos observaba

 

Postales del campamento en el manantial Agua Poca

 

Realmente el manantial tenia Agua Poca, pero algo tenía

                No fue el único que nos observaba, ya que también se arrimaron los puesteros del supuestamente deshabitado Puesto Agua Poca, un poco molestos porque no le habíamos avisado de nuestro improvisado campamento. Sin embargo, al explicarle que habíamos llegado muy tarde y que al no ver luces, suponíamos que continuaba deshabitado como dos años atrás y al vernos que no éramos cazadores (al menos convencionales) entablamos una muy amable charla, como ocurre casi siempre. Ahí nos enteramos que habían vuelto al puesto un año atrás, cosa que nosotros no sabíamos y que tenían alguna disputa con sus vecinos del Puesto El Puesto.

 

                Les regalamos la habitual botellita de vino y al guardarla bajo el recado nos sorprendió que un gato estaba acurrucado sobre el mismo: si !!!!!!, un gato “montado” sobre el caballo con la habitual tranquilidad y suficiencia gatuna. El puestero nos dijo que estaba acostumbrado y que siempre lo sacaban a pasear así. Increíble.

 

El gato jinete que monta caballos......

                Levantado el campamento, salimos en busca de la 37°S 68°O con la idea de usar los tracks de la aproximación infructuosa de 2005. Cruzamos el manantial por entre las piedras y nos alineamos sobre el track, que nos arrimaría a 3.2 kilómetros y allí veríamos.

 

Recorridos a la 37°S 68°O y al volcán Agua Poca

 

Simpática salida del manantial por entre las piedras basálticas que afloran

 

Caminante no hay caminos, se hace camino al andar

                Esta vez, con más tiempo intentaríamos avanzar con los vehículos un poco más y luego terminar nuestro trabajo a pie. Sin embargo, los Dioses (ó el Espíritu del Agua Poca tal vez) estaban con nosotros y a mitad camino apareció un ancho y claro cortafuegos que le apuntaba a la confluencia que no existía en el pasado y que tampoco se veía aún en el Earth Google.

 

 Un alto en el camino para observar a lo lejos el objetivo más preciado del viaje

               Lo seguimos y en forma vertiginosa la distancia se achicó a 1600 metros. Acto seguido evaluamos continuar a campo traviesa y decidimos hacerlo, ya que si bien se veían una sucesión de lomadas pedregosas, la vegetación no era muy agresiva.


Nos largamos a campo traviesa, con un poco de rock and roll basáltico


Abriendo camino a la 37°S 68°O entre piedra y arena

 
Un zorrino salió curioso a ver qué cuernos hacíamos por ahí

                Los entretenidos 1600 metros se pasaron rápidamente en forma divertida (hasta encontramos un pequeño zorrino, que salió a ver quienes estaban haciendo bulla por ahí) y conseguimos los ceros en el GPS sin bajarnos de los vehículos, cosa bastante extraña, ya que en 75 confluencias visitadas, creo que es la tercera vez que lo logramos. La segunda del viaje era un hecho.

 
El GPS con todos los ceros en los minutos y segundos y una vista del lugar de la intersección del paralelo 37°S y el meridiano 68°O

 
Las chatas y nosotros sobre la confluencia

                Ahora nos quedaba el objetivo principal del viaje, la ascensión del volcán Agua Poca y allá fuimos. Desandamos el camino conocido hasta el manantial donde acampamos para ganar tiempo en lugar de investigar otras opciones y allí empalmamos con nuestros tracks de las anteriores expediciones de aproximación.

 

                El inicio de la borrosa picada sísmica que siempre usamos apareció materializado por el famoso caño amarillo al lado de la huella: el tercer intento iba a ser el vencido. La picada sísmica estaba muy tenue, apenas visible debido a nuestros anteriores aislados pisoteos: de no haberla recorrido los años anteriores ya no existiría.


Apuntándole al objetivo

 
Buscando la huella borrosa


El hermoso y único volcán Agua Poca



El  Agua Poca cada vez más cerca

                Pero con la ayuda del GPS la recorrimos bastante rápidamente hasta llegar a los pies del volcán Agua Poca, donde se volvió más complicada y entonces decidimos seguir a pie hasta la cima. Llegar con las chatas al cráter era complicado pero no imposible, sin embargo desistimos ya que no tenía sentido perder tiempo si no acamparíamos en su interior como era nuestra intención si la confluencia del día anterior no nos hubiese demorado.


El Agua Poca ante nosotros, al alcance de la mano


Así seguía el "camino" al camping del cráter

 
Comentarios de un sufrido hincha de Racing, convencido que subiendo al Agua Poca, lleva su equipo a la cima......



La aproximación a la base


 
Empezamos transpirar


Un alto en el camino, tomar aire, que fuera de los pulmones sobraba

                El trekking hacia la cima del Agua Poca es relativamente fácil excepto por nuestro pobre estado físico, hecha la excepción de Matías que nos hacía pesar su juventud.


Qué lejos que habían quedado las chatas !!!!!!

 

                Lentamente ascendimos y salvando la distancia, cuando alcanzamos la cumbre nos sentimos algo así como Sir Edmund Hillary en el Everest, claro está que con un orden magnitud menos (832 metros contra los 8600 metros del primo del Himalaya son bastante parecidos, apenas un cero de diferencia......)


Ubicación exacta del mostrador del bar "Agua Poca", con dos felices parroquianos acodados



La Academia llegó a la cima !!!!!

 
Videos en la cima del volcán


La inmensidad de la meseta basáltica desde la cima, con las chatas allá lejos



Sobre el lado sureste del labio del cráter, gran cantidad de cuevas donde seguramente se guarecen animales

Resistente vegetación que encontramos en la altura del volcán

                Bromas aparte, la sensación de estar ahí arriba es muy interesante ya que si bien es una elevación de apenas 300 metros sobre el terreno circundante, lo es sobre una inmensa meseta plana sin solución de continuidad, lo que la hace parecer mucho más alta de lo que es.


La inmensidad de la meseta (si miran bien verán vestigios de una sísmica)


Una transmisión directa desde el borde del cráter

                    Obviamente no fuimos los primeros en escalarlo, ya que arriba encontramos un punto fijo del IGM con su típica estructura (cómo no iban a usar ese perfecto punto de referencia para medir?) y una pequeña gruta con una imagen de la Difunta Correa.


El punto fijo del IGM debajo de la torreta y la Difunta Correa con su botellita de agua infaltable

                No obstante, nadie nos iba a quitar la sensación de ser parte del pequeño puñado de humanos que estuvieron ahí arriba. Nos animamos a dejar una pequeña bandera argentina flameando como recuerdo de nuestro paso por allí. Fue realmente muy emocionante.

Dejamos la bandera como recuerdo de nuestro paso por ese lugar y el grupo de conquistadores posando para la foto


Ahí quedó la bandera de recuerdo, a merced del clima riguroso

                El volcán Agua Poca tiene su cráter de unos 200 mts de diámetro, bastante profundo pero con un acceso desde el este que estimamos posible con vehículos, siguiendo la ahora tortuosa picada sísmica. Es un excelente lugar de acampe, muy protegido al que seguramente volveremos en otra oportunidad; después de todo, acampar en un cráter no se consigue a diario.

 
El interior del cráter: lugar de un futuro campamento

 
 

                Desde arriba se aprecia la Payunia en toda su magnitud y también dos volcanes próximos del mismo tipo, el Escorial y el Nido, que ya los pusimos en la lista de futuros viajes, cuando acampemos en el cráter.


Volcán El Escorial (La Pampa)

 
Volcán El Nido (Mendoza)


Volcan Payún Matru (Mendoza)

                Si a alguien de interesa la geología de estas extrañas formaciones, Gustavo Bertotto, nos cuenta en su página web "Volcanes extinguidos en Oeste Pampeano", sus experiencias cuando lo mandaron desde la facultad a hacer un trabajo de campo al respecto.

 

                Descendimos contentísimos con nuestro logro y ya en las chatas hicimos un frugal (¿?) almuerzo con tortilla española, salamines, queso, vinito, etc., entre otras delicadezas. Había que recuperar energías y nada mejor que hacerlo con deporte de "alto riesgo" (por el colesterol, vio?)

 

                 Desandamos el camino y no tardamos en pasar por el Puesto homónimo, donde el hijo de don Felipe González, con la amabilidad de siempre nos invitó a matear en su rancho.


El cartel del simpático puesto del mismo nombre y nosotros posando con el hijo de don Felipe Gonzalez

 

                Al contarle de nuestro ascenso al volcán,  nos habló de  Walter Bertotto y sus peripecias cuando se alojó con ellos por más de un mes, con una carpa, para hacer los estudios que mencioné antes. Nos ofreció su aguada cerca del Escorial para que acampemos cuando vengamos a intentar su cumbre, cuando se entero de nuestros futuros planes. Esta vez, dado lo avanzado de la hora, no pudimos compartir los exquisitos chivos que nos prepara pero otra vez será.

 

                Lo dejamos y pusimos rumbo a Santa Isabel, hacia donde iríamos a través del cortafuego que nos arrimó a la confluencia anterior y que según González, nos podía llevar hasta La Humada.

 

                Al principio la huella era buena y transitada pero a medida que avanzamos se hizo cada vez más incipiente, en muchos tramos arenosa y despareja hasta casi desaparecer bordeando un alambrado. En algunos tramos se puso bastante pareja y nos animamos a darle un poco de ritmo: el video registra qué pasó cuando un pocito inadvertido fue tomado a 80 km/hora, mientras Sebastian, mi copiloto, filmaba....


Podría no haber sido tan divertido...

                Antes de la ruta 14, un puesto apareció con otra huella más clara hacia el oeste y la tomamos suponiendo que era el acceso natural desde la misma. Si bien lo era, el piso arenoso se puso muy pesado y requirió bastante alegría y marchas bajas para no encajarse.

 
Postal del camino, cerca de un puesto

                Al principio la huella era buena y transitada pero a medida que avanzamos se hizo cada vez más incipiente, en muchos tramos arenosa y despareja hasta casi desaparecer bordeando un alambrado. Antes de la ruta 14, un puesto apareció con otra huella más clara hacia el oeste y la tomamos suponiendo que era el acceso natural desde la misma. Si bien lo era, el piso arenoso se puso muy pesado y requirió bastante alegría y marchas bajas para no encajarse.

 
A toda marcha en 2° de baja, a fondo

                Al cabo de un rato la ruta 14 apareció y sin dificultad nos arrimamos a la RN 151 y de allí marchamos raudamente a Santa Isabel. En el camino, el embrague de la Vitara, dejó de funcionar pero igual llegamos sin inconvenientes y nos alojamos en uno de los pocos hotelitos de Santa Isabel, donde en forma precaria, estirando el cable del embrague lo pude aparentemente recomponer.


Ruta Provincial 14: un enorme cortafuego

 

Santa Isabel, desde el piso de la RN 143


 

El Hotel de Santa Isabel

Cenamos y a dormir, ya que mañana tendríamos un hito impostergable que cumplir y luego un largo camino a casa.

 << Anterior