OTRA FERROVIARIA EN BICI
Sábado 1 de mayo de 2010
DE GÓMEZ A BRANDSEN POR EL FC GRAL ROCA Y REGRESO POR EL FC PROVINCIAL (La ida)
Como la semana anterior debido a las pinchaduras de cubiertas nos habíamos quedado con la sangre en el ojo de unir Gómez con Coronel Brandsen en bicicleta por el terraplén abandonado del FCGR, el sábado siguiente 1° de mayo decidimos volver a intentarlo con gel antipinchaduras y más cámaras de repuesto por las dudas. Hay que apurarse, antes que lo rehabiliten... http://www.eldia.com.ar/edis/20080810/laciudad0.htm
Otra vez la Pampa 01 nos trasladó las bicis a la estación Gómez, donde los policías del destacamento gentilmente nos permiten dejar la chata en frente del mismo para nuestra tranquilidad. Me volvió a acompañar mi hijo, que gracias a esta actividad, pude extirparlo de la compu y se llegó en bici otra vez Matías desde Bernal para encarar la travesía.
A las 10 en punto nos encontramos y después de encontrarnos casualmente con Fabián, un conocido radioaficionado (LW1DWD) que vive allí y que ofreció ayudarnos por cualquier cosa, salimos rumbo a la aventura.
El primer tramo hasta donde abandonamos antes lo hicimos rápidamente y entonces comenzamos transitar por pastizales cada vez más altos donde la “huellita de vacas” en algunos sectores apenas se veía.
El contacto con la naturaleza comenzaba a ser íntimo, ya que pastos y cardos nos “acariciaban” cariñosamente dejando sus marcas en nuestras piernas y otras partes. Lentamente los árboles se van apoderando del terraplén, lo que ocurre después de cruzar el primer puente sobre un arroyo bastante importante que luego se pone a la par de las vías por el sur.
Estábamos sobre los fondos del barrio privado que hay sobre la ruta 215 metido en una frondosísima arboleda de eucaliptos añosos, pero parecía en realidad que estábamos en la selva marginal de Punta Lara o algo así: al norte del terraplén un enorme pantano con juncos y plantas acuáticas y del otro lado un profuso bosque que se ve interrumpido solo por el arroyo antedicho, con el piso lleno de amarillentas hojas secas caídas. El propio terraplén con altos pastizales esta casi tapado por la arboleda, lo que le confiere un aspecto tunelesco. Buenísimo hasta acá.
Seguimos con panorama parecido hasta que encontramos un segundo puente con muchos durmientes faltantes y más allá lo que parece ser una laguna bastante grande sobre los fondos del barrio privado.
El puente, como ya habían mostrado algunos colegas motoqueros que anduvieron por acá tiene en su cauce una forma ondulada construida con ladrillos que nunca había visto en otro lado; el arroyito si bien no es muy grande trae bastante agua generando una pequeña cascada antes de volcarse a la laguna. Fue inevitable que alguno probara el peligro de cruzar el ondulado cauce lleno de verdín: Matías no pudo con el genio y pasó. Pablito y yo pasamos haciendo equilibrio sobre los rieles sin durmientes.
Un poco más adelante el lago se abrió del todo y bajamos del terraplén para disfrutarlo y de paso circular por lo que parecía ser un bosque encantado con árboles que crecieron extrañamente de costado. No tan extrañamente a juzgar por el blando piso que nos obligaba a la “low low” (plato chico - pinón grande)en las bicis.
Volvimos a subir al terraplén y más adelante encontramos un tercer puente, casi donde termina el bosque del barrio privado donde la laguna se hace más amplia y tuerce hacia el sur. Aquí encontramos gente pescando del lado del terraplén y seguramente habitantes del country paseando en la otra orilla.
A este puente le faltan aún más durmientes y se hace difícil cruzarlo ya que por abajo es imposible, de un lado está la laguna y del otro hay más de medio metro de agua cubierta de vegetación. Por supuesto pasamos igual haciendo equilibrio sobre rieles.
Llevábamos casi 7 kilómetros de pesado pedaleo pero hasta aquí la recompensa era más que suficiente. Ahora había que ir hasta Brandsen, un poco por la vía y otro poco por caminos vecinales pero faltaba otro tanto.
Seguimos por las vías hasta la RP 53, atravesando un espeso cañaveral y allí elegimos continuar por la traza “nueva” de la RP215 que siempre me había llamado la atención en los mapas, la cual corre al norte de las vías. No valía la pena seguir por las vías ya que el paisaje y los pastizales no lo ameritaban.