El domingo 14 nos juntamos cuatro chatas del Suzukiclub4x4 con sed de aventura para tratar de recorrer un buen tramo de las vías abandonadas del viejo ferrocarril de trocha angosta de la Compañía General Buenos Aires, desde su cruce con el Ferrocarril Roca Ringuelet - Brandsen (también abandonado) hasta donde pudiéramos. Ojo: este ramal no es del viejo Ferrocarril Provincial Buenos Aires, pese a ser de trocha angosta. ese será objeto de otra aventura próxima. Las lluvias de los últimos días presagiaban complicaciones si en algún tramo debíamos abandonar el terraplén.
A las 9:00 hs nos encontramos en el Destacamento Policial del Paraje El Peligro, donde avisamos de nuestra incursión, Danyel14 con su babosa dorada, Bruno con su Jeep, Gustavo y Fede con su Samu y quien escribe, Pampa junto a su hijo Pablito y el inefable Coco Logioco en la Vitarita blanca. Contamos además con el especial aporte de Mario que se encargaría de registrar en video todas las peripecias.
Dejamos la Ruta 2 después del cruce a Gómez, aprovechando la trocha ancha del Ferrocarril Roca que algunos vecinos usan como acceso a sus campos, para dar comienzo al recorrido desde el puente sobre nivel entre los ramales.
La idea original era subir al terraplén ahí mismo y empezar a recorrer el ramal. Subir al terraplén no iba a ser fácil puesto que la pendiente es 45° y estaba muy resbalosa por las lluvias. Intentamos trepar andando por varios lugares y no llegábamos arriba con chances, aunque Bruno con el Jeep arrimó bastante.
Nos encolumnamos los cuatro sobre el terraplén y empezamos a recorrerlo. Este tramo no tiene vías ya que se las han robado hace unos años junto con los durmientes. Como la vegetación creció mucho, no podíamos prever los inevitables pozos debido a la falta de durmientes. No obstante los saltos, el tramo era muy entretenido ya que avanzábamos por terreno "casi" virgen con yuyales tal altos como las chatas.
Un alambrado "ilegal" sobre el terraplén estaba caído en uno de sus laterales y lo esquivamos sin problemas. Más adelante la segunda dificultad grande: una alcantarilla con un árbol en el medio y con mucha agua a los costados, nos puso a pensar. Decidimos quitar el árbol para ver si podíamos armar un puente provisorio. Así que saqué la motosierra y en equipo despejamos la estructura metálica que no tenía vías y un sólo durmiente central. Probamos con las planchas pero no daban las dimensiones así que no nos quedó otro remedio que tirarnos por el costado: el pantano no era tan grave pero lo dificil era volver a subir al terraplén sin envión.
Panorama desde el puente
Yo me largué primero y si bien pasé la alcantarilla no conseguí subirla, ya que siempre patinaba al llegar arriba.
Los demás tuvieron la misma dificultad para subir pero finalmente subieron después de innumerables intentos, excepto Bruno, que subió de una. Nos volvimos a juntar donde yo los esperaba y el Mini Expreso Suzuki siguió su avance imparable, aunque la vegetación trataba de impedirlo.
I
Unos kilómetros más adelante encontramos un cartel ferroviario de una especie de apeadero. "Primavera" leímos y ahí Coco nos contó la historia del mismo:
Un hecho muy curioso es "fundar" una estación donde ya no hay vías, pero ellos se dieron el gusto. El expreso Suzuki pasó por allí e hizo una parada fotográfica.
Coco estaba muy emocionado porque no creía que su pequeña obra pudiera estar ahí debido a la natural depredación que sufre todo lo que no se usa.
El Expreso Suzuki en el apeadero Primavera
Puente sobre el arroyo Abascay
No lucía muy sencillo de cruzarlo ya que vadearlo parecía posible ya que tenía mucha agua y había que cortar alambrados. El puente estaba completo pero no quedaba otro remedio que transitar sobre los durmientes "a los saltos" ya que tampoco teníamos suficiente cantidad de planchas. Obviamente elegimos la única posible, así que con mucho cuidado empecé a cruzar "a los saltos" subiendo y bajando de los durmientes; para colmo la distancia entre ejes de las Vitaras 5 puertas hacia que siempre las ruedas estuvieran todas arriba o todas entre los durmientes. Lo bueno es que la trocha daba justo para que las vías queden adentro. Así a puro embrague y freno fui pasando hasta que casi sobre el final me quedé atascado y ahí lo poco que tiraba mi malacate me sacó adelante.
Después fue el turno de Bruno, que tenía el problema que su trocha era muy angosta y no cabía entre las vías. Pero le puso el pecho a la dificultad y con una rueda sobre un riel y la otra sobre los durmientes con un poquito de inclinación también pasó.
En su turno, Fede nos sorprendió porque lo pasó al galope corto: la trocha calzaba justo y además al distancia entre ejes, a diferencia de la Vitara, hacía que alternativamente un eje cayera entre durmientes y el otro no. Pasó perfecto y casi no nos dio tiempo para las fotos.
Al final paso Dany con los mismos problemas que yo, pero al tener el malacate optó por avanzar directamente con él, que resultó una muy buena opción.
El obstáculo más difícil lo acabábamos de pasar y estamos seguros que nunca antes pasaron chatas por ahí !!!!!
Ya empezábamos a tener hambre y la estación Buchanan donde pensábamos comer estaba todavía lejos. Le metimos un poco de ritmo y avanzamos bastante rápido por un buen trecho por abajo del terraplén. Un hermoso cruce por un cerrado montecito de álamos que trataba de "comerse" el hueco por donde pasaban las vías estuvo divertido hasta que llegamos al camino vecinal que pasa por el costado del autódromo de La Plata.
La arboleda que rodea a la estación Buchanan ya estaba a la vista cuando una alcantarilla como la primera que sorteamos nos complicó la vida y tuvimos que bajar al pantano lateral. Costo bastante pasar y a mí me tuvo que ayudar Bruno con su Jeep; con esfuerzo todos atravesamos el pequeño pero resbaloso arroyito y quedamos a tiro de Buchanan.
El último kilómetro lo hicimos por una calle lateral a las vías ya que el tiempo nos empezaba apremiar y ahí tuvimos un "bonus track": dos ciervos que seguramente se habían escapado del campo contiguo se quedaron mirándonos tan sorprendidos como nosotros.
Finalmente, llegamos a la Estación Buchanan donde paramos a devorarnos las viandas a las 15:30 despues de no haber probado bocado durante todo el día. Algunos se pusieron a descansar.