CUANDO VOLVIÓ EL TREN
Después del relevamiento que habíamos hecho días atrás, donde pudimos ver que recorrer buena parte del ramal de trocha angosta clausurado desde 1990 entre Etcheverry y Buchanan era viable, nos pusimos manos a la obra para concretar ese anhelo de hacer "regresar" al tren.
Claro está que no sería un tren clásico como los de carga que recorrían ese ramal, pero si tendría las características básicas: el Expreso Suzuki, compuesto por camionetas 4x4 de amigos que compartimos la pasión por las travesías off road.
La convocatoria previa ya pintaba bien y el día señalado, el 10 de noviembre, 20 camionetas se dieron cita en el km. 56,5 de la ruta nacional 2, para recorrer los casi doce km. de vías abandonadas y sortear en pintoresca fila india los obstáculos que se fueran interponiendo: puentes incompletos, espesa vegetación, vadeos con mucha agua, etc.
Entramos por un camino vecinal hasta encontrar las vías, mejor dicho el terraplén, ya que las vías y los durmientes en los primeros kilómetros de este tramo ya no están. Los primeros 500 metros se nota que están siendo usados para acceder a algunas propiedades linderas, pero luego, el terraplén comienza a elevarse para cruzar por encima de otro ramal abandonado y la vegetación espesa empieza a adueñarse del camino. Empezamos a topar maleza, hasta que el grosor de los arbolitos requirió el uso de motosierra y machete. A medida que avanzábamos, parecía que estábamos en la selva misionera y no en un terraplén en plena llanura bonaerense: claro, la altura del mismo no siquiera permite que los animales lo suban y la plantas están a sus anchas.
Casi un kilómetro de trabajo duro y la vegetación cada vez más cerrada nos convenció que hasta el puente ferroviario debíamos ir por abajo, así que nos tiramos por un "tobogán" y bordeando el terraplén llegamos hasta las vías del Roca; allí intentaríamos volver a subir, sabiendo que una vez Pampa ya había pasado por la selva terraplenesca.
La subida al terraplén, que se nos había negado en el relevamiento previo por el barro, ahora fue posible para todo el que se animó. Si bien la pendiente es fuerte, el piso seco colaboró para poder lograrlo y de ese modo el Expreso Suzuki se alineó sobre la traza ferroviaria y ahora comenzó el lento y dificultoso descenso por el terraplén hacia el norte. hay que destacar la "jineteada" con la que nos deleitó Tobhías, quien a su vez fue el primero en subir .
Si bien Pampa ya había pasado días atrás, la vegetación seguía cerrada y algunos los asustaban los eventuales rayones, así que lentamente, donde se podía, uno a uno volvieron a bajar por las laderas para volver a hacer la fila en el cruce con el acceso a Gómez.
A partir de allí, el terraplen es bajo y tiene naturaleza exuberante por un largo trecho; al atravesar una precaria tranquerita aparece una alcantarilla, que sin los durmientes y los rieles se hace imposible de pasar y hay que bajarse de la traza y meterse en una zona lateral inundada con un poco de barro que se fue poniendo complicada de pasar a medida que se sumaban chatas.
Alguno tuvo que ser ayudado pero todos pasaron y así llegamos al Apeadero Primavera, donde empiezan las vías nuevamente.
El próximo obstáculo iba a ser el Arroyo Abascay, el cual teníamos planeado cruzar "saltando" entre los durmientes como habíamos experimentado en el relevamiento; sin embargo algunas chatas con rodado pequeño (menos de 215) no iban a poder hacerlo ya que se quedaban colgadas sobre las vías. Como no pasar implicaba desarmar por unos kilómetros el Expreso Suzuki, exploramos la posibilidad de vadear el Abascay unos cientos de metros hacia el oeste, que parecía menos profundo. Abrimos un alambrado (y por supuesto lo volvimos a cerrar) para arrimarnos a la zona de vadeo y Alejo68 lo hizo sin problemas. Tan fácil lo hizo que a dos de nosotros nos engañó y tratamos de vadearlo en una zona un "poquito" más difícil: así nos fue, dos chatas varadas en el medio del arroyo con el agua a la mitad de la puerta e inundadas adentro, por supuesto. Todos ayudaron a sacarnos, mientras con mayor o menor dificultad, fueron pasando todos. Los sumergidos, nos "escurrimos" un poco y seguimos el derrotero a Buchanan, volviendo a "cabalgar" sobre los durmientes. Dos cerrados bosquecitos de álamos plateados fueron atravesados por nuestro "tren" como si fueran túneles y tuvimos abrir y cerrar unas cuantas tranqueras antes de llegar finalmente después de casi tres horas y media a la estación Buchanan, donde Gustavo montero nos estaba esperando con una picada espectacular montada sobre el andén de la centenaria estación.
Allí estacionamos prolijamente en fila las veinte chatas al lado de la vías porque ahora vendría el momento emotivo para nuestro amigo Coco, quien sería sorprendido por el Expreso Suzuki en "su" estación al llegar con su increíble Zorra Pampa.
Le avisamos por radio que podía venir (sólo sabía que le esperaba una sorpresa, pero no sabía que era) y así hizo su ingreso a la estación "proveniente de Estación Villa Numancia, la Zorra Pampa a cargo del maquinista Alberto Ruben Logiocco" como venía anunciando alegremente por radio. Grande fue su sorpresa al encontrar tantos vehículos y tanta gente en la vieja estación, habitualmente sólo visitada por él mismo, algún ocasional amigo que él invitan y algún que otro vagabundo.
No obstante eso fue sólo el comienzo. El aplauso que recibió a su llegada y la entrega de un diploma recordatorio por parte del Suzuki Club 4x4 por su abnegado trabajo por preservar este pedazo de historia ferroviaria lo hizo emocionar, casi hasta las lágrimas. Ni que hablar cuando le entregamos los 10 valiosos litros de herbicida para facilitarle el trabajo de mantenimiento de las vías para poder circular sobre ellas.
Después de todo esto, sólo quedo tiempo para entrarle a la picada (estábamos hambrientos) y comentar la linda y novedosa experiencia que habíamos vivido en esta primer travesía ferroviaria del Expreso Suzuki.
La desconcentración fue tranquila y quedó sobrevolando la intención de volver a juntarnos aquí.
La mayoría se volvió directamente a la ruta 2 y algunos intentamos seguir por las vías unos kilómetros más hasta la ruta 53, pero después de un vadeo exitoso, a no más de 50 metros de la salida, tuvimos que desistir por "alto nivel de agua" en otro vado. Ya había sido bastante por el día.
CONTINUARÁ