CUANDO PAMPA 01 PERDIÓ EL INVICTO

17 y 18 de Diciembre de 2011

CHOS MALAL

                Llegamos a Chos Malal, más páramo que nunca: al igual que en Árbol Solo, la escuela es la única actividad y ahora es inexistente por el receso de verano. Ni un solo humano por aquí.

                Aprovechamos para recorrer a pie las extrañas afloraciones de roca granítica de color rosado que dominan la zona. A diferencia de otras visitas no vemos ni una sola gota de agua, como si el manantial no existiese. Lugares duros para vivir si los hay.


Esto es todo lo humano que hay en Chos Malal, más algunas casas dispersas en los alrededores


Extraños afloramientos de granito rosado


Que dúo de expedicionarios !!!!

PIEDRAS COLORADAS

                Guiados por un viejo track que teníamos relevado de viajes anteriores, seguimos hacia el sur internándonos más en la zona granítica, denominada Piedras Coloradas, la cual nos proporcionó unas tomas fotográficas excelentes. Obviamente no es Talampaya, pero es algo que vale la pena conocer por el entorno donde está enclavado.


Acceso al Puesto Piedras Coloradas. Por qué será?


Las piedras coloradas no tardaron en llegar


La huella atraviesa la curiosa formación granítica e invita a curiosear


La señora Pampa se deja tentar por posar en las piedras


Pampa y la mítica Pampa 01, vieja conocida de la zona, también



Mas postales de las piedras coloradas y sus habitantes

                    Seguimos hasta el puesto del mismo nombre, donde se nos cortó el camino, pero tozudos seguimos el viejo track: avanzamos unos cuantos kilómetros hasta que un joven y tenso alambrado nos cerró el paso. Es obvio, que se va acabando el tiempo para conocer palmo a palmo la zona, ya que cinco años atrás acá no había alambrados y ahora florecen, cortando las huellas, sin tranqueras. Y ahora?


En el puesto, la vieja huella desapareció y un cartel decía camino cerrado, pero igual seguimos, de gusto...

CUEVA DE HALADA

                Volvimos sobre nuestros pasos, ahora sin rumbo ya que confiados del viejo track no habíamos siquiera mirado otra opción. Había que ir hacia el sur, escapando hacia el este esquivando alambrados. La primera bifurcación hacia el este la tomamos y empezamos a vagar por el desierto entre jarillas, alpatacos y salitrales, por sobre tenues huellas desconocidas. Habíamos hecho ya 450 km desde Santa Rosa y tuvimos que repostar combustible desde los bidones.

                Pasamos algunos humildes puestos y en uno de ellos preguntamos por dónde podíamos ir a lo de Felipe González y además de confirmarnos que íbamos bien, nos enteramos que la noche anterior había fallecido alguien de la familia y que posiblemente no hubiera nadie…

                Qué macana!!! Veníamos a darle una alegría y resulta que caíamos en el peor momento...   Igual seguimos, alguien se debe haber quedado cuidando para saber algo más.

                Un largo rodeo hasta llegar a un conocido  cortafuego que habíamos recorrido en 2008 cuando lo estaban abriendo y llegamos a nuestro Puesto El Puesto. Efectivamente estaba casi desierto. Sólo había un paisano joven, Juan, que nos confirmó la noticia: una nuera de Don Felipe había fallecido a las dos de la mañana y todos estaban en Puelén en el velatorio. Nos dijo que Don Felipe vendría por la noche o por la mañana para vernos y nos ofreció la casa para alojarnos, lo que declinamos amablemente. Tal vez tuviera noticias por teléfono, más tarde, pero no lo podía asegurar.

                Que hacemos? - Nos preguntamos. Se me ocurrió que si nos trepábamos al Escorial como la vez pasada podíamos hablar por celular con Don Felipe para acordar la entrega del grupo electrógeno ya que quedarnos a esperarlo podía comprometer el tiempo de nuestro regreso a casa e ir a Puelén podía hacer que nos cruzáramos por caminos diferentes. Fue una buena idea, pero también, sin querer, el principio del fin del invicto de la Pampa 01.

                Como era temprano, primero pasamos obligatoriamente por la Cueva de Halada, dónde increíblemente pudimos convencer a Marisa y a Adriana que se metan adentro. Esto también pudo haber sido el desencadenante de la infinita sucesión de hechos bochornosos que terminaron con el invicto de la Pampa 01.


Entrando a la Cueva de Halada


Ya la teníamos adentro....


Pablo investigando por enésima vez el interior


Algunas de las muchas fotos, difíciles de sacar por la oscuridad y la impericia de los fotógrafos. Acá se necesita al Tano Baldi !!!

VOLCÁN EL ESCORIAL

                Seguimos hacia el Escorial, primero por la huella que pasa por el puesto Los Charitos y luego a campo traviesa, con sumo cuidado porque en realidad ésta no era una salida offroad, por eso la Pampa 01.  A 1900 metros de la base del volcán, Pablo pinchó una goma. La reparamos con los parches rápidos y mientras Pablo la inflaba con un compresor chino, Marisa, Adriana y yo nos fuimos caminando hasta el cerro. Hacia calor pero estaba muy lindo para hacer ejercicio.


El Nido y el Agua Poca, nuestras cumbres conquistadas en el pasado, nos controlaban


Caminata hasta el Escorial

                Al cabo de un buen rato de caminata abrumados por el silencio y el calor, alcanzamos la cima y al igual que la vez pasada, desde arriba la torreta del IGM se podía conseguir señal, así que hablamos con Felipe, le dimos nuestras condolencias y acordamos que le dejábamos mañana por la mañana el equipo en Puelén. Increíblemente, Felipe Gonzalez se quería deshacer en disculpas por no habernos estado esperando con el cordero que había prometido: estos paisanos…

                Aprovechamos a llamar a casa, reportando que todo estaba OK, hasta ahora. verificamos que la bandera argentina y el banderín de racing que dejamos hace unos meses estaban casi intactos.


Otra vez en la cima del Escorial. Hicimos cumbres dos veces en menos de seis meses !!!


Atardecer en cerro. A lo lejos, la torments

                Mientras tanto, se nos unió Pablo y en el caluroso pero increíblemente apacible atardecer del desierto disfrutamos de caminar los dos kilómetros de regreso a las chatas, total ya teníamos todo resuelto. Por el camino se nos ocurrió que no sería mala idea acampar ahí mismo donde estaban las chatas si encontrábamos algo de lugar limpio de piedras, ya que era una oportunidad única de disfrutar de la soledad tremenda del desierto, bien en el medio de la nada.

                A pocos metros de donde estaban estacionados los vehículos, encontramos un claro sin muchas piedras que permitía armar el campamento y enseguida nos movimos hacia allí. La temperatura todavía estaba alta pero se venía apaciguando al caer el sol y unas nubes negras desde el oeste nos llamaron la atención en el monótono paisaje.


Negras nubes en el horizonte, sobre la Payunia



Increíble atardecer en el desierto

                            Armamos las carpas, juntamos un poco de leña, preparamos el fogón y con las latitas de jardinera y atún preparamos el reemplazo de los chivos de Don Felipe. Por suerte teníamos bastante con que regar la opípara comida…

                Se fue haciendo de noche y las nubes negras empezaron a estar más cerca, aunque ni se nos ocurrió que podría llover. Pero bueno, justo que estábamos cenando se largaron unas gruesas gotas que se evaporaban apenas hacían contacto con algo. Por suerte el chaparrón no duró nada y seguimos con nuestra velada, mientras en el horizonte se comenzó a ver una espectacular tormenta de rayos. Aunque estaban muy lejos, retiramos antenas de los VHF por las dudas. Un espectáculo alucinante en un lugar único y éramos los únicos espectadores.

                Nos quedamos hasta tarde conversando y brindando por el cercano fin de año y mientras tanto, todo se despejó y un fuerte viento del oeste bajó bastante la temperatura. Nos fuimos a dormir cerca de medianoche.


Campamento


El fogón con la pava para el mate

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DOMINGO TEMPRANO

Buen día !!!!!



Imágenes del campamento a los pies de El Escorial


El Nido mirando las tonterías que hace el Pampa

                La claridad nos despertó temprano, creo a las 7:30 estábamos todos arriba, disfrutando de un rico desayuno en el desierto. Increíble el lugar donde habíamos acampado, con vista a los tres pequeños volcanes pampeanos y con la Payunia de telón de fondo. El día pintaba genial…

LA ODISEA

                Juntamos todos los bártulos y a eso de las 9:00 arrancamos. Bueno arrancamos y paramos a los 10 metros:

Sergio, tené cuidado con esa piedra – me dice Adriana

Si, ya la ví. La paso a caballito, a lo sumo toca el travesaño, ya que si la esquivo piso los alpatacos – replico con suficiencia, mientras acomodo para que pase lejos del diferencial delantero.

                Era UNA (1) sola piedra enterrada en la arena. Paso despacito y siento el leve roce que había anunciado y con aire triunfal, pienso: Listo!

                Avancé un poco y siento que algo me traba el avance y que las ruedas patinan.

¿Qué pasa? – Me pregunto

La piedra que te dije – me responde Adriana con cara de “te lo había dicho”

No pasa nada, apenas la rocé – intento justificarme

                Acelero un poco, avanzo un poco más de ruido y Pablo, que se había bajado a ver, me dice:

Pará, que tenés un piedrón contra el chasis.

No puede ser, había UNA sola piedra y la esquivé – respondo

Me parece que no la esquivaste mucho – retruca

                En definitiva, un poco para atrás, un poco para adelante, zafé de la varadura y seguimos, aparentemente sin problemas. Adriana comenzó a recordarme que me había avisado y que no le había dado bola. Total, no pasó nada – pensaba para mis adentros, ya se le va a pasar...

                Salimos del breve tramo offroad, seguimos por las huellas internas del campo y sin pasar por El Puesto, salimos al cortafuego de la RP16 por el oeste del Agua Poca, sin dificultades aparentes. Sin embargo, un poco antes había parado a mirar porque notaba un ruidito extraño. Ahí vi lo que había pasado: el cardan estaba bastante abollado, al igual que el piso a su alrededor; evidentemente la ÚNICA piedra, al rozarla, se había girado, cual iceberg rocoso en un mar de arena y cual aleta de tiburón se había calzado entre el cardan y el piso de la chata. No parecía mucho daño pero….

                Mi habitual, “No pasa nada” no le sonó muy convincente a mi esposa y encima tenía razón.

                Al circular por el cortafuego, un ancho tajo en el desierto que invitaba a subir un poco la velocidad, el extraño ruido pasó a ser una vibración de cierta importancia, pero me pareció que no era para preocuparse demasiado. En todo caso, al llegar a Puelén, sacaba el cardan, le daba unos golpes, lo enderezaba un poco y listo.

                Hacer ese trabajito en el camino era muy incómodo, estaba todo lleno de polvo y hacía un tremendo calor. Sin embargo, hubiera sido mucho mejor: a los pocos kilómetros la vibración se aceleró y antes que pudiera detenerme, siento unos ruidos infernales y me quedo sin tracción y sin el habitual buen humor de Adriana. También me quedo sin cardan, que lo veo tirado en el camino por el espejo. Y sin freno de mano.

                Me bajo a ver los daños y veo que es todavía peor: el tanque de nafta goteaba… Le aviso a Pablo, que venía bastante más atrás que si ve algunos pedazos los junte. Que cagada !!!!!!!!!!!!!!!!

                Otra vez, un viaje poniéndonos a prueba para resolver problemas mecánicos y mantener la calma pese a todo. Después del mal rato y malhumor inicial, reseteamos y nos pusimos a laburar. La buena onda nos iba a ayudar más que la mala onda, así que rápidamente desarmamos todo lo que podía molestar (restos de cardan, cables de freno, alguna que otra chapita), tapamos la pérdida del tanque de nafta, que por suerte era muy poca, acomodamos los pedazos en la chata de Pablo, puse la doble tracción aunque obviamente salimos en tracción simple pero delantera.

                Al pasar por La Salinilla, pese a que el ánimo no era el más adecuado para apreciar el paisaje, apreciamos la diferencia de colores entre verano e invierno. Se ve que algo llovió...


La Salinilla, en julio y ahora en diciembre


Está seca, pero el verde predomina ahora. En 2005 la vimos inundada.

                Todo se acomodó y pareció que con esfuerzo y dolor, zafábamos de quedar varados allí. Lo único particular, novedoso, era que cada tanto aparecía un tironeo que no parecía tener nada que ver con las roturas. Eran esporádicos, así que les presté atención para ver si podía descifrar el origen, pero andábamos de todos modos. Después de algunos desvíos frustrados para acortar camino (cada vez hay más tranqueras cerradas), logramos salir a la RP151 a 20 kilómetros de Puelén. Los tironeos comenzaron a hacerse más frecuentes sobre el asfalto.

                Parecía una falla eléctrica o de combustible, sin origen mecánico. Se habrá aplastado algún caño de combustible? – pensé. Paré a revisar y nada, estaba todo impecable, excepto el pequeño goteo, que se incrementaba con el motor parado. Un misterio ?.

                Llegamos a Puelén, ubicamos a los González, les dejamos el grupo electrógeno y nuestras condolencias y seguimos. Prometimos volver, como siempre.

                Camino a la YPF de 25 de Mayo los tirones seguían; cargamos combustible y continuamos el regreso ahora por la Ruta del Desierto. El tema de conversación por VHF eran los tironeos, que en la monotonía de la ruta eran muy molestos. Por ahí se nos ocurrió que el problema podía algún desperfecto en los cubos mágicos.

                Paramos, los desarmamos y salvo un leve ajuste de unos tornillos internos, no encontramos nada irregular. Seguimos sin que nada cambie hasta que por ahí apreció el motivo:

                Claro!!! Al no tener la referencia del giro de las rueda traseras, el palier delantero conducido por el motor y la rueda libre, alteran levemente su posición relativa y entonces conectan y desconectan el acople de los cubos mágicos, que justamente funcionan así.

                Había que bloquear los cubos, pero ¿cómo? Volvimos  a desmontarlos pero ahora nos metimos con los internos. Nunca antes los había desarmado hasta ese punto hecho y menos en la ruta, pero con esos tironeos igual no íbamos llegar sin romper algo. Qué más daba?

                Un minucioso estudio y descubrimos que armando una pieza al revés quedaban bloqueados. Probamos y efectivamente era así aunque un leve ruidito al probar el giro nos hizo volver a desarmarlos: concluimos en sacar todo lo que nos parecía sobrar y entonces el acople de los palieres y las ruedas quedó sólido y parecía perfecto. Habíamos podido bloquearlos!!!

                Salimos de nuevo a la ruta y …  perfecto!!!!  Todo parecía haber vuelto a la normalidad. Pasamos La Reforma y Chacharramendi a casi 90 km/h de promedio y ya estábamos sacando cuentas a qué hora llegaríamos a Buenos Aires pese a las dificultades.

Unos 30 kilómetros antes de  General Acha, un auto en la banquina me hace señas y paro. Nobleza obliga, viniendo con problemas no le vas a negar una mano a otro. Me preguntó por un auto que se había quedado y que él venía a remolcar. Le dijimos que no habíamos visto nada y seguimos.

                Bueno, quisimos seguir: al subir a la ruta y rearrancar un ruido infernal proveniente de la reductora, como si la cadena se hubiera estirado o algún eslabón se hubiera roto. Quise seguir pero era destrozar la caja. GAME OVER: los benditos tironeos del pasado habían dañado algo en la transfer y ahora sí se nos acabaron la fichas de autoayuda. Pelamos una eslinga y Pablo en principio me llevaría hasta General Acha a remolque: ahí veríamos que hacer.

CAÍDA DEL INVICTO

                A eso de las 17:00 llegamos a General Acha. Las opciones eran pedir una grúa y volvernos con ella a Buenos Aires o que Pablo nos lleve a Bahía Blanca a remolque, dejar la chata ahí y regresar en bondi. La segunda no era viable porque no llegaríamos a tiempo para tomarlo el bus y al día al día siguiente los dos debíamos presentarnos a trabajar indefectiblemente, pese a que económicamente era lo mejor

                Llamé a la aseguradora y con sorpresa me dijeron que había grúa en la zona y que en una hora me podían auxiliar; el problema era el costo: el seguro me cubría 300 km (ida y vuelta) y yo debía pagar 400 km más (ida y vuelta son 800 km por pagar).  Con todo el dolor del bolsillo, le doy el OK.

                Liberamos a Pablo y a Marisa, que nos hicieron el aguante como lo que son, unos excelentes amigos, nos quedamos esperando en la Shell de Acha y cuando llegó la grúa, como si no hubiera sido poco quien vino?  AUXILIOS PAMPA por supuesto....

 
Quien podía venir a ayudarme: AUXILIOS PAMPA


Histórico momento: por primera vez en su vida, Pampa 01 no vuelve a casa por sus propios medios

                Para terminar, a las 6:00 del lunes estábamos en la puerta de casa, listos para ir a trabajar. El chiste me costó de movida 800 km x 3 $/km=2400 $ que menos mal que los pagué al llegar porque después no me pude sentar por un buen rato. Dios sabrá cuanto me costará poner todo en orden...

                El invicto de la Pampa 01 de casi 250 000 km y casi diez años de travesías cayó. Nunca había sido remolcada hasta ahora. Evidentemente para conservar un invicto, nada mejor que retirarse a tiempo...

                                                                                                                        Hasta la próxima

 

Pampa
Febrero 2012






 

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