LA MESETA DE LA MUERTE, LA TERCERA FUE LA VENCIDA

20 al 29 de marzo de 2015

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LUNES 23 DE MARZO DE 2015:

EL DÍA QUE CAYÓ LA MESETA DE LA MUERTE

LAGO CARDIEL - ESTANCIA DOS HERMANOS - VADEO DEL RÍO CARDIEL - VADEO DEL RÍO LAVAS - ESTANCIA LA CABAÑA - SUBIDA A LA MESETA DE LA MUERTE - LA MESETA DE LA MUERTE

                Cerca del mediodía llegamos a la estancia La Cabaña, una de las primeras de la zona fundada por el pionero Llaneza, la cual estuvo abandonada mucho tiempo y que ahora está volviendo a ser explotada en forma muy incipiente. Los años anteriores nos habíamos tenido que conformar con verla del otro lado del río del Medio, como mojándonos la oreja. Aprovechamos la sombra de los árboles que crecen gracias al arroyo que baja de la meseta para nuestra parada de almuerzo, el mismo arroyo cuyo cauce, de acuerdo a las fotos satelitales nos permitiría saltar al primer escalón de la meseta, la laguna Z11 y luego finalmente pegar el salto final a la inmensa plataforma de +1000 msnm, objeto de la expedición.


Dejamos la confluencia de los ríos del Medio y Lavas, nacimiento del Cardiel y empezamos a subir - CRÉDITO: Julio Sastre


Hermosos paisajes se revelaban a cada paso - CRÉDITO:  Guillermo Loza y Julio Sastre


La ribera de enfrente del río del Medio mostraba unos derrumbes espectaculares, la fuerza de la naturaleza bravía - CRÉDITO:  Pablo Zerega


Seguimos subiendo rápidamente y los ríos quedan por fin allá abajo - CRÉDITO:  Guillermo Loza


¿Una pirámide de egipcia? No, la pirámide de ingreso a la meseta de la Muerte... - CRÉDITO:  Guillermo Loza y Pablo Zerega


Y finalmente, alcanzamos La Cabaña, un pequeño oasis en el desierto - CRÉDITO:  Sergio Zerega y Elsa Ons


¿Y esos que vienen ahí quienes serán? - CRÉDITO:  Julio Sastre

 

Estacionamos en La Cabaña, dispuestos a curiosear todo y de paso, almorzar - CRÉDITO:  Sergio Zerega


La Cabaña, típica construcción de estas latitudes, resiste bastante bien el duro clima de la zona - CRÉDITO: Elsa Ons


Curiosidades: la despensa semiderruida y un generador eólico que murió en combate - CRÉDITO: Elsa Ons y Julio Sastre


En el interior, la cocina económica está impecable y en uso. Pavas no faltan  - CRÉDITO: Julio Sastre y Sergio Zerega


Sistemas de iluminación y sanitarios patagónicos  - CRÉDITO: Sergio Zerega


Especial dormitorios en la estancia La Cabaña: elija la que más le gusta... - CRÉDITO: Elsa Ons y Julio Sastre

                Después de curiosear la estancia abandonada (creo que ahora podemos decir que conocemos todas las que rodean la meseta de la Muerte, abandonadas o no: La Angelina, Río del Medio, Rincón de los Toros, La Bernarda, 12 de Abril y ahora La Cabaña) empezó la remontada del arroyo, el cual debimos cruzar varias veces para ir esquivando las piedras y los mallines avanzando rápidamente hacia arriba.

                Siguiendo con el inusual clima, casi hacía calor y no había viento, lo que facilitaba mucho las cosas. A 500 metros de la laguna Z11 (hay tantas lagunas que empezamos a numerarlas...) apareció el primer problema serio: una garganta angosta y empinada, como una cascada de piedras, se interpuso y pareció “game over”; sin embargo la excelente lectura del terreno de los copilotos rosarinos permitió encontrar un bypass por un empinado mar pedregoso que con esfuerzo nos permitió superar la garganta y ponernos a tiro de la primera laguna, que por cierto resultó espectacular, sobre todo por la calma chicha que nos regalaba el clima. Hasta daba ganas de pegarse un chapuzón…

                Por mi parte empecé a temer por algún problema mecánico ya que  Pampa 02 parecía fallar en baja pero por las dudas seguí adelante confiando en que se solucionaría solo. La primera es tan corta que aun andando mal la tira sin problemas. No iba a quedarme en la puerta sin pelear...

                El cuenco de la laguna hacia el sur tenía pendientes que, en teoría, permitían subir el último escalón y allí nos dirigimos saltando entre los coirones preanunciando lo que nos esperaba más arriba en la meseta. Lentamente fuimos ascendiendo hasta que nos encajonamos en un rincón que parecía impasable y que requirió que los copilotos se ganen su butaca explorando opciones.

                La falla de Pampa 02 persistía y no quedó otro remedio que abrir el capot e investigar. Por suerte la detecté enseguida: un cable del distribuidor, con las vibraciones y saltos, se había soltado y vaya a saber cuánto hacía que venía en tres cilindros. Lo puse en su lugar y santo remedio. Eso !!!!

                Los esforzados copilotos caminantes trajeron la buena nueva que detrás de un promontorio que lo escondía, había un cauce seco transitable que nos pondría por fin sobre la meseta.

                 Y así fue como por primera vez pusimos nuestras chatas ahí arriba después de tres esforzados intentos, una enorme satisfacción que pese a no haber podido estar con nosotros tiene un gran mérito de Pablo Anastasio, dibujando tracks para lograrlo.


El arroyo que remontamos desde La Cabaña - GOOGLE EARTH


Abrupto perfil de subida desde el vadeo del Lavas hasta el borde de la meseta

 
El cauce del arroyo que debíamos remontar, tapizado de vegas - CRÉDITO: Sergio Zerega


Empinado y traicionero, nos permitía subir de todos modos pero... CRÉDITO: Elsa Ons y Guillermo Loza


Algo nos detuvo: la garganta por donde descendía el arroyo no era como suponíamos
 y era IMPASABLE aunque la foto satelital no decía eso - CRÉDITO: Sergio Zerega

 
La mejor alternativa resultó por acá. Tabién parecía imposible pero... - CRÉDITO:  Guillermo Loza


Con garra y con Pasión(4x4), por supuesto que pudimos sortear el escollo y subir el anteúltimo escalón a Z11 - CRÉDITO: Elsa Ons y Julio Sastre


Y la laguna Z11 nos pagó con creces el esfuerzo de llegar a ella - CRÉDITO: Mauricio Bessolo

 
El especial clima que nos tocó realzaba la belleza salvaje de la desconocida
laguna Z11 seguramente raramente mansa - CRÉDITO: Elsa Ons y Guillermo Loza


Pero faltaba un escalón más, había que salir del cuenco de la Z11 y allá fuimos - CRÉDITO: Sergio Zerega


Subimos a una plataforma intermedia y la meseta estaba ahí nomás... (un decir) - CRÉDITO: Elsa Ons y Sergio Zerega

 
Primero un terrible coironal, cómo prólogo a los temibles mogotales... - CRÉDITO: Elsa Ons


Y después este paredón que parecía infranqueable. ¿Y ahora? - CRÉDITO: Elsa Ons

 
Sin embargo, una grieta salvadora nos permitió alcanzar el ansiado borde de la meseta de la Muerte !!! - CRÉDITO: Sergio Zerega

 
Una vez arriba, no nos cansamos de fotografiar la belleza de la enigmática Z11 - CRÉDITO: Elsa Ons

 
Así como nos regaló la primera foto desde abajo, ahora Mauricio hace lo propio con la Z11 desde arriba


Contentos de haber pisado el top de la meseta de la Muerte por primera vez - CRÉDITO: Elsa Ons

                Lo que no sabíamos era en lo que nos estábamos metiendo: al final llegar había sido relativamente fácil pero…

                Ahora, ante nosotros la enorme planicie que habíamos soñado: a la distancia parecía un billar por lo que supusimos que esa misma tarde nos asomaríamos al remoto Balcón del Arenisca, en su extremo noroeste a 26 kilómetros de donde estábamos ahora y unos 800 metros más arriba. Dos o tres horas de marcha lenta y nos sacaríamos la foto en el punto culminante de la travesía y listo el pollo.

                Reagrupamos y comenzamos a avanzar buscando el cauce del arroyo que  teníamos visto en Google Earth y Nokia Here y que bautizaríamos "Mogotales".

                El billar duró poco y enseguida se convirtió en una tortura que como mucho nos permitía avanzar a 2 ó 3 km/h, no más. Los mogotales que habíamos descubierto el año pasado cerca del lago Cabral como que se habían agigantado y obligaban a una paciencia de monje  budista para manejar.

                Ocurre que aquí al ser muy plano los arroyos se ramifican mucho y seguramente por acción del viento la superficie va tomando formas muy curiosas lejos de la planitud; se forman como cordones irregulares de cualquier forma de 30 a 50 cm de altura sin solución de continuidad. Por suerte no suelen esconder rocas y no son muy duros pero encontrar 100 metros donde rodar a 10 km/h era la felicidad total, lo que ocurría muy de vez en cuando.

                Así a este ritmo, avanzamos unos 12 km durante cuatro horas y media sabiendo que ni de casualidad llegaríamos en lo que quedaba del día al Balcón del Arenisca y, atardeciendo empezamos, a preocuparnos por encontrar un lugar razonablemente adecuado donde armar campamento. Aunque parezca mentira, no había lugar donde poder armar una carpa sobre suelo parejo. Increíble, tan increíble como el clima que seguía excelente. No quiero pensar lo que hubiera sido esto con bajas temperatura y vientos huracanados, como es habitual.

                Finalmente una laguna y unos cauces semi-secos nos proporcionaron un pequeño espacio donde armar las carpas y ahí nos quedamos a 18 km del Balcón. Mañana lo conquistaríamos…

                El clima benigno, sin frío no viento nos permitió cocinar sin problemas y hasta nos dimos el lujo de truquear a la intemperie hasta altas horas de la noche.


Como verán, la meseta de la Muerte es una verdadera meseta, sólo que se olvidaron de pulirle la superficie
 La línea blanca es el track que seguimos a lo largo del arroyo Mogotales durante 4,5 horas por 12 km, subiendo apenas 70 metros


El inicio del recorrido en la meseta fue promisorio, parecía que sería un paseo.. - CRÉDITO: Guillermo Loza y Luis Fornasier


Y por algún tramito nos hizo creer que era cierto. La cercana cordillera nos animaba a avanzar  - CRÉDITO: Guillermo Loza y Julio Sastre

   
Como en toda Santa cruz, los guanacos están por todos lados, aún aquí - CRÉDITO: Julio Sastre


Nos adelantamos con Guillermo y al llegar al Mogotales, algo pasó allá atrás... - CRÉDITO: Julio Sastre


Parece que Elsa está en problemas... - CRÉDITO: Julio Sastre


Pero los rosarinos no tardan en sacarla de la incómoda situación -CRÉDITO: Guillermo Loza

 
El arroyo Mogotales es el principio del fin... - CRÉDITO: Elsa Ons


Aparecieron los temidos mogotales "king size" y por donde uno buscase no había forma de esquivarlos - CRÉDITO: Elsa Ons


El piso se volvió así y no cambió más por los próximo 15 kilómetros. Los amortiguadores, agradecidos - CRÉDITO: Sergio Zerega

 
Los mogotales son terribles para la paciencia de los conductores: tres horas a tres km/h es mortal - CRÉDITO: Sergio Zerega


Pasaba el tiempo y nada cambiaba, sólo de vez en cuando el paisaje nos sorprendía
 como por ejemplo con el Chaltén asomándose tímidamente - CRÉDITO: Sergio Zerega


Pensando en el campamento, lo que no hallábamos era un lugar plano para armar las carpas - CRÉDITO: Sergio Zerega


El arroyo Mogotales reapareció en forma de lagunas y la calma las hacía fascinantes - CRÉDITO: Julio Sastre


Y como las lagunas no estaban a pleno por la época, proporcionaron la ansiada superficie "plana" para el campamento - CRÉDITO: Elsa Ons


Noten la excepcional superficie "plana"  - CRÉDITO: Sergio Zerega y Julio Sastre


Más del improvisado campamento mesetero - CRÉDITO: Sergio Zerega

Buenas noches !!!

LO DEL PAMPA RECORRIENDO LA MESETA   >>