LA MESETA DE LA MUERTE, LA TERCERA FUE LA VENCIDA

20 al 29 de marzo de 2015

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MARTES 24 DE MARZO DE 2015:

NO NOS PUDIMOS ASOMAR AL BALCÓN DEL ARENISCA

 CAMPAMENTO 02  EN LA MESETA DE LA MUERTE - INTENTO DE LLEGAR AL BALCÓN DEL ARENISCA - INTERLAGUNAS DE LA MESETA - CAMPAMENTO 03  A LA VERA DE UNA LAGUNA

                Despertamos temprano para disponer del mayor tiempo posible para ir hacia el objetivo: al fin y al cabo en cinco  ó seis horas deberíamos lograrlo. Los registros de temperatura durante la noche, sin viento, apenas bajaron hasta 0°C por lo que todos pasamos una noche agradable en las carpas.

                Retomamos el camino con entusiasmo: estábamos a a apenas 18 km del objetivo, algo menos del 1% de lo que ya habíamos conducido para llegar hasta aquí. Dejamos el cauce del arroyo Mogotales y la cosa mucho no cambió respecto a la tarde anterior aunque como lentamente íbamos subiendo el paisaje se volvía más atractivo ya que aparecían las lagunas que alimentaban los arroyos y las montañas nevadas de la cordillera se ponían más cercanas y le daban un toque más salvaje al entorno.  Lentamente fueron desapareciendo los mogotales y unos campos de piedras de tamaños transitables nos auguraban un aumento de ritmo y la posibilidad de avanzar al objetivo.

                Nos dispersamos un poco ya que en un momento los que veníamos adelante nos desviamos del track teórico para subir a un cerro y poder otear el horizonte. Los rosarinos tomaron la delantera y se alejaron un par de kilómetros. Hablando por radio todo parecía estar OK....


Campamento 02 en el medio de la nada, desperezándose, sin viento, ni frío - CRÉDITO: Sergio Zerega y Mauricio Bessolo

 
¿Cuanto vale un desayuno en este lugar increíble? Ni con VISA se pagaba - CRÉDITO: Mauricio Bessolo


Apenas nos faltaban 18 km en subida para lograr el objetivo "Balcón del Arenisca". Allá fuimos según Google Earth !!!!


 El Balcón del Arenisca es la montañita bien a la derecha. Así se veía en vivo la imagen anterior del Google Earth - CRÉDITO: Sergio Zerega


Los mogotales que tanto nos molestaron el día anterior seguían firmes frenando nuestro avance - CRÉDITO: Mauricio Bessolo


Al aproximarnos a unas lagunas tuvimos el placer cambiar momentáneamente mogotales por piedras - CRÉDITO: Luis Fornasier

 
No duró mucho, pero algo era algo - CRÉDITO: Guillermo Loza y  Sergio Zerega


Unas lagunas aparecieron para matizar con los mogotales  - CRÉDITO: Luis Fornasier


Increíblemente, una de ellas estaba llena de flamencos rosados - CRÉDITO: Guillermo Loza


Otra laguna más, que nos iba a sorprender mucho al acercarnos  - CRÉDITO: Guillermo Loza


La especial calma de sus aguas y la perspectiva de la cordillera nos reservaban algo maravilloso - CRÉDITO: Elsa Ons


Hombre mirando al este - CRÉDITO: Sergio Zerega y Mauricio Bessolo


Al acercarnos la laguna se convirtió en un caleidoscopio gigante - CRÉDITO: Luis Fornasier y Elsa Ons


Y el caleidoscopio empezó a producir...  - CRÉDITO: Elsa ONS


Sobran las palabras - CRÉDITO: Sergio Zerega


Unas lomadas rocosas sin mogotales nos tentaron a subirlas para husmear qué venía más adelante - CRÉDITO: Guillermo Loza


El piso era tentador pero iba mostrando un rasgo preocupante al dejar nuestras huellas marcadas - CRÉDITO: Sergio Zerega y Guillermo Loza


Al llegar arriba, el suelo se endureció y se pobló de grandes piedras. No se podía seguir fácilmente - CRÉDITO: Guillermo Loza y Elsa Ons


Los rosarinos, perdidos en la inmensidad patagónica, se adelantaron un poco a buen ritmo - CRÉDITO: Guillermo Loza


Al bajar para seguir los pasos de Hugo y el Tape, de nuevo el piso nos avisó que tenía sorpresas para los intrusos - CRÉDITO: Guillermo Loza

                Sin embargo la meseta nos estaba tendiendo una trampa silenciosa: el “liso” piso de piedras en realidad flotaba sobre una gruesa capa de barro que no se veía a simple vista y que mientras se mantenía cierto ritmo solamente se dejaba una sospechosa marca sobre la superficie. El entusiasmo de avanzar no nos permitió medir el riesgo.

                Y ocurrió lo inesperado: cuando los rosarinos pararon a esperarnos se enterraron hasta los zócalos. Lo mismo le pasó a Guillermo unos kilómetros más atrás y tuvimos que recurrir a los malacates para tratar de poner a las chatas sobre algún sector más firme: un “deja vu” de lo que nos había pasado cuando anduvimos cazando la confluencia del río Tar.

                La cuestión que ante ese panorama los rosarinos a 12 km del objetivo nos anunciaron que había que desistir y reagruparnos para regresar, ninguna de las tareas nada fácil.

                Desistir es algo complicado cuando tenés tanto entusiasmo por llegar pero lo aceptamos, al final era un digno empate con la meseta. Reagruparnos fue bastante complejo porque los que veníamos más atrás nos habíamos encerrado en un sector sin salida que no nos permitía arrimarnos a los rosarinos sin riesgo de encajarnos feo.


Cuando llegamos abajo se me ocurrió cortar camino y la meseta mostró definitivamente sus garras... - CRÉDITO: Guillermo Loza y Julio Sastre


No había forma de sacarla si no fuera por el malacate de Elsa  - CRÉDITO: Guillermo Loza


Terminé de zafar yo y Guillermo cayó en la trampa también pese a estar avisado - CRÉDITO: Sergio Zerega y Guillermo Loza


Kilómetros más adelante, Hugo fue presa del mismo problema - CRÉDITO: Mauricio Bessolo y Luis Fornasier


Elocuente reacción de Hugo: No puede ser!!! - CRÉDITO: Mauricio Bessolo


Punto más próximo al Balcón del Arenisca (10 km) hasta donde llegó la avanzada rosarina de expedición - CRÉDITO: Mauricio Bessolo

                La cuestión es que decidimos no volver por el mismo lugar, ya que implicaba por lo menos un día de tediosa repetición de sufrimiento y sin saber muy bien lo que encontraríamos acordamos tratar de juntarnos sobre el borde norte de la meseta próximo al río Areniscas  (ó del Medio) y tratar de salir por el norte de la estancia Río del Medio donde dos años atrás habíamos visto un posible vadeo. Adrenalina pura ya que en el medio se veían algunas montañitas y en las satelitales una serie de lagunas a rodear antes de alcanzar el hipotético vadeo.

                Lentamente fuimos retrocediendo buscando por donde subir al filo norte, para lo cual primero debíamos bajar al fondo de un arroyo de piso incierto. A poco de andar empezamos a tener contacto visual los dos grupos ya que los rosarinos habían encontrado como bajar y subir del arroyo y nos miraban de arriba. Nosotros junto con Elsa y Guillermo veníamos retrocediendo por un pedregal buscando la bajada al arroyo hasta que apareció un tobogán que nos puso en su cauce. Allí perdimos casi dos horas ya que Guillermo tuvo la mala suerte de tocar un talón con una piedra y estropeó una cubierta (y era el único con un solo auxilio, lo que le puso más adrenalina a lo que quedaba). La incómoda posición donde ocurrió nos dio mucho trabajo pero al final con el globo inflable y un malacate conseguimos hacer el recambio.

                Poco después nos juntamos todos sobre el filo a unos 10 km del vadeo que nos sacaría de la meseta, una vez que pudiésemos bajar de allá arriba.

                A poco de andar se nos cruzaron tres lagunas muy grandes apenas separadas por unos istmos de piedra que a lo lejos no se veían muy amigables y de no poder cruzarlos nos obligaban a largos kilómetros de rodeos. Acá empezaron a tener importancia las caminatas de Mauricio y Luis TLC que nos iban guiando a distancia para encarar por los mejores lugares y así los istmos, a la postre fondos de las tres lagunas unidas, nos dejaron pasar.


Recorrido realizado hasta el campamento 03


Los rosarinos ya se las habían ingeniado para subir a margen superior del arroyo mientras
Guillermo, Elsa y yo buscábamos afanosamente como cruzarlo - CRÉDITO: Sergio Zerega


Una impensada "rampa de supermercado" nos dio espacio para por lo menos bajar al arroyito - CRÉDITO: Sergio Zerega


Con esfuerzo superamos el arroyo y los guías desde arriba nos llevaron a su encuentro - CRÉDITO: Elsa Ons


Y así cruzamos el arroyo y subimos a la margen opuesta - CRÉDITO: Elsa Ons


El rumbo directo al vado del Arenisca nos interpuso una gigantesca y bellísima laguna - CRÉDITO: Sergio Zerega

 
Rodearla era una opción muy larga pero un milagroso istmo (?) nos sugirió
una buena posibilidad. Vamos entonces! - CRÉDITO: Guillermo Loza y  Sergio Zerega


Llegar al istmo no era tarea fácil, pero con paciencia, todo se puede... - CRÉDITO: Guillermo Loza y  Elsa Ons


Cruzamos el istmo y seguimos avanzando hacia el este - CRÉDITO: Guillermo Loza y  Sergio Zerega

                Todavía estábamos a 1300 msnm y debíamos bajar a los 900 msnm del río por lo que se venían brutas bajadas que no tardaron en llegar. Y las brutas bajadas llegaron, casi todas sin retorno, pero en todas tomamos la decisión de avanzar contra viento y marea pese a lo quebrado del terreno, a los mallines  y a las enormes piedras. El recorrido se había vuelto extremadamente técnico, lejos del aburrimiento y stress mental del día anterior.

                Después de una muy difícil bajada, a cuatro kilómetros del vadeo, decidimos acampar a la orilla de otra laguna para encarar descansados lo que faltaba. Los que venían al final de la caravana tuvieron que hacer un descenso nocturno con una fuerte pendiente por un pedregal infernal y llegaron felices abajo: ya estábamos a solo 1100 msnm y las fotos satelitales no nos auguraban nada muy complejo, salvo el vadeo. No hay fotos de la bajada y del campamento nocturno porque llegamos muy cansado.

                Otra noche espectacular en el Campamento 03 en el medio de la nada aunque en mi caso, cuando me desperté por razones fisiológicas a las cuatro de la mañana, no pude dormir más pensando en que haríamos si el vadeo se nos tornaba imposible, lo cual era una posibilidad real atento a las experiencias de los dos viajes anteriores.

                ¿Cómo haríamos a desandar todo lo que habíamos hecho? ¿Y si el clima cambiaba? Esto se ponía cada vez mejor.


Las bajadas se comenzaron a suceder una tras otra. Había que alcanzar el nivel del río - CRÉDITO: Elsa Ons y  Sergio Zerega

 
Piedras?  Todas las que queríamos... - CRÉDITO: Sergio Zerega

 
Un amplio valle se abrió ante nosotros. Y parecía lisito !!! - CRÉDITO: Elsa Ons

 
Sin embargo llegar a él tenía sus problemas aunque nada nos iba a detener - CRÉDITO: Guillermo Loza y  Julio Sastre


Elsa bajando por el pedregal, custodiada por la atenta mirada de expertos - CRÉDITO: Guillermo Loza


Un placer transitar estas vastedades con este inusual clima - CRÉDITO: Sergio Zerega

 
De todos modos no te podías descuidar. La meseta se esforzaba para
retenernos con sus mallines y mogotales- CRÉDITO: Guillermo Loza y  Julio Sastre


Al tardecer hallamos esta laguna, propicia para el Campamento 03. Pero había que bajar... - CRÉDITO: Sergio Zerega


Lugar espectacular para pasar la noche; bajar de casi de noche,
 entre las piedras, fue un desafío pero valió la pena! - CRÉDITO: Elsa Ons

LO DEL PAMPA SALIENDO DE LA MESETA   >>