DE VOLCANES Y BUITRERAS
UN RECORRIDO EXTRAÑO MERODEANDO EL PARALELO CUARENTA Y DOS
10 al 17 de Octubre de 2015
VIERNES 16 DE OCTUBRE DE 2015
GAN GAN - CAMINO DEL GUANACO - BAJO HONDO - ESTANCIA EL GUANACO - VOLCÁN LA BUITRERA - PAMPA DE TALAGAPA - EL CAÍN - MAQUINCHAO - SAN ANTONIO OESTE - VALCHETA - RIO COLORADO - BAHIA BLANCA - CORONEL PRINGLES - OLAVARRÍA - AZUL - SALADILLO - FLORENCIO VARELA
Nos levantamos temprano ya que el día podía ser muy largo si teníamos problemas con las tranqueras. Para llegar al gigantesco cráter de Bajo Hondo debíamos alejarnos unos 70 kilómetros de Gan Gan hacia el este y si teníamos problemas de candados, deberíamos desandarlo para arrimarnos a La Buitrera por el oeste por la RP67. La salida de la zona sería por El Caín hacia Maquinchao en lugar de ir por la costa como los demás.
Durante la noche había nevado un poquito y los parabrisas estaban totalmente cubiertos por un fino manto de hielo y nieve. El cielo gris bien plomizo auguraba que el mal tiempo continuaría y no nos dejaba ver el borde de la meseta, donde seguramente había nevado bastante.
Estando en Gan Gan era obligatorio saber el origen del extraño nombre del pueblo y la Wikipedia nos tiró la pista de su toponimia: "Gan Gan es un nombre tehuelche, como Gaiman, Gastre y Telsen. Los Gününa küna llamaban Gan Gan a los pastos (juncos) del mallín y del denominado hoy"potrero de Gan Gan". Posteriormente, debido a la influencia del mapudungun (la lengua de los mapuches), surgió una interpretación local por la que Gan se derivaría de Kan que significa carne y el nombre se traduciría como Asado Asado o un gran asado, para todos (Teniendo en cuenta que los carreros y viajeros juntaban y ponían en común la comida)"
Tomamos la RP4 rumbo al este y lentamente fuimos ascendiendo para sortear una lengua de la meseta que se extiende hacia el sur, cerca de los 1200 msnm. La presunción de la nevada nocturna se hizo realidad a esa altura y tuvimos la oportunidad de poder apreciar el paisaje somuncureño cubierto de un fino pero infinito manto blanco. ¿Podríamos llegar a la cumbre de La Buitrera unos 600 metros más arriba? La duda se instaló.
Encontramos la bifurcación que nos llevaría al gigantesco cráter de Bajo Hondo aunque un cartel que indicaba “Propiedad Privada Estancia El Guanaco” nos desanimó un poco, ya que justamente el “Camino del Guanaco” era uno de los que la gente de la hostería nos había marcado como interesantes pero vedados. Sin embargo, no por eso no íbamos a intentarlo…
La huella era una típica de las de Somuncurá: apenas marcada y llena de piedras como para andar a paso de hombre. La cuestión que fuimos avanzando con alguna que otra tranquera sin candado y ya bastante cerca del cráter, nos abrimos de la huella principal y a poco de andar terminamos adentro del mismo casi sin darnos cuenta: claro, es difícil darse cuenta de su carácter de cráter desde el nivel del suelo puesto que tiene unos cuatro o cinco kilómetros de diámetro. Primer objetivo cumplido, estábamos adentro del plato de la foto satelital de más abajo.
Hay diversas teorías acerca de su origen: por impacto de un meteorito o por erupciones volcánicas. Encontré artículos a favor de una u otra teoría muy interesantes que los pueden leer utilizando los links.. De confirmarse que fuera un cráter de impacto sería uno de los más grandes del mundo
EL BAJO HONDO: UNA CALDERA BASALTICA EN EL BORDE SUR DE LA MESETA DE SOMUNCURA
Revista de la Asociación Geológica Argentina Jul-Dic 1986BAJADA DEL DIABLO: UN EXCEPCIONAL CAMPO DE CRATERES PRODUCIDOS POR METEORITOS EN EL CENTRO DE CHUBUT
Rogelio D Acevedo, J Federico Ponce, Jorge Rabassa Centro Austral de Investigaciones Científicas, Conicet Hugo Corbella Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, Conicet Maximiliano RoccaBAJO HONDO, A VERY PUZZLING CRATER IN CHUBUT, PATAGONIA, ARGENTINA
M. C. L. Rocca , Mendoza 2779-16A, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, (1428DKU),maxrocca@hotmail.comMientras tomábamos fotos un paisano a caballo se acercó con cierto recelo para averiguar quiénes eran los extraterrestres que invadían sus dominios. Al principio estuvo parco pero al final se aflojó y se conformó con nuestras repetidas explicaciones que somos argentinos curiosos de conocer nuestro país. Por si acaso no le dijimos de nuestras intenciones de alcanzar la RP67 sin volver a Gan Gan para que no nos niegue el paso, sino que le dijimos que sacaríamos unas fotos desde otras perspectivas...
Cruzamos el cráter en forma diametral y pasamos por el puesto de dónde provenía el paisano, el cual conocíamos por Earth Google. Para nuestro regocijo el camino seguía hacia el oeste y por supuesto continuamos por él con un enorme signo de interrogación. Signo de interrogación que tuvo respuesta cuando unos kilómetros más adelante una tranquera con candado nos detuvo. Game Over?. No todavía, porque una bifurcación hacia el sur nos renovó la esperanza. El rumbo no era el deseado pero al menos todavía no reculábamos.
En un momento la huella torció al oeste y cuando parecía que íbamos bien, se metió en un cañadón y desembocó en un puesto donde el camino terminaba. Game Over de nuevo? No todavía. Con pocas esperanzas fuimos a ver al puestero para ver que se podía hacer. Al preguntarle por llave de la tranquera, nos responde que la tenía él, pero no la ofreció directamente.
Costó una larga y elíptica charla convencerlo pero la historia que inventamos de que nos habíamos equivocado de camino y que llegaríamos muy tarde a Gan Gan si teníamos que volver al final resultó convincente. Don Gonzalo Alegría, el nombre del puestero, aceptó que lo llevásemos para que nos abra el candado y que luego lo devolviésemos al puesto.
Como agradecimiento le dejamos unos cuantos paquetes de lo que no consumimos (fideos, polenta, latas, etc.); curiosamente que nos rechazó de plano la típica botella de vino que usamos en estos casos.
Don Alegría se puso tan contento con el regalo (haciendo honor a su apellido) que fue al galpón y sacó una Hilux nuevita y nos acompañó para que no tengamos que volver a traerlo.
Milagrosamente, o mejor por insistidores sorteamos la tranquera con candado, nos despedimos de Don Gonzalo, quien nos aseguró que no había más candados hasta la RP67.
Curiosa situación la de esta tranquera ya que sin violar nada se puede llegar a ambos lados de ella, lo que implica que si de algún modo la cruzás sin dejar rastros, nadie te puede acusar ya que el acceso es libre a ambos lados. Tal vez tenga que ver nuestro apartamiento de la huella principal para meternos en el cráter.
Pasamos cerca del casco de la estancia “El Guanaco” y efectivamente salimos a la RP67 sin sobresaltos, excepto una breve y densa granizada que nos pegó un pequeño susto.
Ya en la RP67, unos kilómetros al norte apenas pasando una estancia con el casco sobre la ruta, nos desviamos a la derecha por lo que llamamos el “Acceso Sur” al volcán la Buitrera, que prometía un suave ascenso por un sinuoso cañadón con “apenas” 23% de pendiente máxima. Si el suelo ayudaba, no sería difícil.
Hasta llegar a un puesto que estuvo abandonado pero ahora en reconstrucción, recorrimos una huella bien marcada; luego empezó el campo traviesa, buscando el cañadón.
Para evitar un largo rodeo, como las pendientes lo permitían, cruzamos un cerro y desde su cima pudimos disfrutar de una vista imperdible de nuestro cañadón, que desde lejos parecía accesible; sin embargo nos inquietaba el uniforme manto níveo de la parte alta del volcán, ya que las pendientes precitadas en seco eran factibles pero cubiertas de nieve, uhmmm.
Igual por supuesto que seguimos ingresando al cañadón, el cual desde cerca ya no era tan simple. Un pequeño curso de agua lo conviertía en un tramposo mallín por el que había que circular con cuidado para no encajarnos.
Varias veces debimos cruzar el arroyito para ir buscando el camino y acercarnos a la nieve , la cual apareció “de golpe” después de una curva a 90° que nos puso adelante un perfecto tobogán blanco en subida.
Cuando pisamos la alfombra blanca supimos que nuestro límite estaba cerca; estábamos a 1600 msnm en un terreno fangoso, con piedras y cubierto de nieve donde era muy difícil adivinar la trayectoria correcta. Avanzamos lentamente hasta rebasar los 1700 msnm y allí decidimos que seguir era arriesgar demasiado a romper algo y sólo éramos dos chatas. La Buitrera y sus pequeñas lagunas en la cima quedaron ahí nomás, a la espera de otro intento futuro con clima más benigno.
Sacamos las fotos de rigor empantanados en la nieve y descendimos bastante fácilmente siguiendo nuestras huellas de subida. El puesto en reconstrucción estaba con la puerta abierta y nos proporcionó un buen lugar donde cocinar al reparo y disfrutar de nuestro merecido almuerzo, esta vez provisto por Elsa, que nos arrimó las sabrosas bolsas de alimentos termoestabilizados marplatenses “Sabor de Reyes” con los que nos chupamos los dedos.
Sólo quedaba emprender el regreso, el cual haríamos por El Caín. Seguimos por la RP67 hacia el norte, atravesando la insólita y hermosa Pampa de Talagapa mientras nos adentrábamos en el corazón de Somuncurá con sus clásicos cerros truncos. Al cruzar el límite provincial y entrar en Río Negro, el estado de la ruta, ahora RP8, cambió por su falta de mantenimiento y lluvias recientes.
No era para encajarse pero anduvimos unos cuantos tramos patinando en el barro hasta llegar al cruce a El Caín, dónde de nuevo mejoró. No sé por qué siempre pasa que muchos de los caminos interprovinciales están en mal estado , como si fuera una cuestión política…
Llegamos a El Caín, la única población de cierta importancia enclavada en la misma meseta de Somuncurá. El lugar es muy bonito pero debe ser muy duro vivir aquí, alejados de la civilización y con un clima que en gran parte del año es terriblemente inclemente.
No obstante el pueblo está bastante lindo y prolijo y ahora hasta dispone de una hostería para desarrollar el turismo.
Una breve parada para repostar combustible desde los bidones en el medio del pueblo y retomamos el camino rumbo a Maquinchao, ahora con un camino de ripio en excelentes condiciones.
Sin novedades llegamos a Maquinchao donde paramos a cargar combustible y a decidir cómo terminar el viaje. Era viernes al atardecer con todos los objetivos prácticamente cumplidos.
Elsa propuso seguir “non stop” hacia Buenos Aires de modo de llegar temprano el sábado. A todos nos pareció buena idea y así emprendimos el largo regreso a casa, turnándonos cada dos horas para manejar descansados.
De acuerdo a lo planeado el sábado temprano estábamos en casa, felices de otra increíble travesía. Curiosamente, los otros integrantes del grupo, que se habían descolgado para llegar antes todavía estaban de viaje cerca de Bahía Blanca…
Hasta la próxima
Pampa
Mayo 2016