SECRETOS DE LA REMOTA MESETA DEL CANQUEL

Domingo 14 de Agosto de 2016

<< LA CASA DE PIEDRA

EL TRÉBOL DE CRÁTERES DE IMPACTO Y  NARNIA

ESTANCIA NOCHE EN TRES MANANTIALES - CUESTA DE BADOSKI EN SUBIDA - LAGUNA LEÓN - EL TRÉBOL DE CRÁTERES DE IMPACTO - ESTANCIA LA JUANITA (NARNIA) - A CRUZAR DE NUEVO LA MESETA DE CANQUEL, AHORA NEVADA - PUESTO MACUCO - ESTANCIA LA CASCADA - EL SOMBRERO - RP25 - LAS PLUMAS - VILLA DIQUE AMEGHINO           

 Amaneció nublado pero había parado de llover y no había nevado. Ahora los planes eran desandar el camino hasta Puesto Barragán y desde allí intentar un borroso enlace a la huella que corría por el este de la meseta del Canquel para arrimarnos a los cráteres de impacto y después de visitarlos, bajar por la estancia La Juanita y salir hacia El Sombrero. Desayunamos, cargamos los bártulos, nos despedimos e nuestros amables anfitriones y salimos al ruedo nuevamente.

                Las dudas de Badosky se disiparon rápidamente porque pese al barrito, la subimos con facilidad; además ahora con la perspectiva desde abajo pudimos apreciar el monumental trabajo de quien la trazó. Una vez arriba desandamos la huella de ayer hasta poco después del desvío a Puesto Barragán y viramos hacia el este por una huella muy poco usada, mientras que el cielo se puso negro y empezaron a caer copos de nieve.

                La huella pasaba cerca de la laguna León por lo que no pudimos sustraernos a desviarnos para conocerla, cosa no muy fácil al transitar a campo traviesa. Cruzamos un alambrado con mucho cuidado (el límite entre La Cascada y Tres Manantiales) y pudimos asomarnos cuando la nevada empezó a arreciar a otro pozo de origen no meteorítico con una gran laguna en su interior y un precario puesto con corrales.  Al sur de la laguna León hay otra sin nombre, más grande y quisimos ir, pero lo difícil del terreno y la nevada aconsejaron no seguir, puesto que pintaba que todo se cubriría de blanco rápidamente dificultando apreciar las filosas piedras del terreno.


Desayuno en Tres Manantiales - FOTOS: Sergio ZEREGA y Claudio GUANACIARROSA



Tres Manantiales una nublada mañana de invierno - FOTOS: Sergio ZEREGA


El galpón "camping" y los preparativos de la salida - FOTOS: Sergio ZEREGA y Eduardo CINICOLA


Hermosa postal de Tres Manantiales hacia el sur, hacia la inmensa laguna Colorada - FOTO: Hugo BERRY RHYS


Cuesta de Badosky - FOTOS: Sergio ZEREGA y Hugo BERRY RHYS


Cuesta de Badosky - FOTOS: David HEIDEL y Hugo BERRY RHYS


La temida Cuesta de Badosky en subida y embarrada no fue problema - FOTOS: Sergio ZEREGA y Dario GRANATO


La cuesta de Badoski en subida


Arriba, en la meseta, el clima no daba muy buenas señales - FOTOS: Sergio ZEREGA y Hugo BERRY RHYS


La tortuosa aproximación a la laguna León empezó con lluvia - FOTOS: Sergio ZEREGA


Seguida de unos inofensivos copos de nieve - FOTOS: Darío GRANATO y Hugo BERRY RHYS


Un alambrado rebatible nos entretuvo un rato - FOTOS: Darío GRANATO


El profundo cráter que aloja la laguna León mostró sus indicios - FOTOS: Sergio ZEREGA y David HEIDEL


Y finalmente la laguna León se reveló frente a nuestros ojos - FOTOS: Darío GRANATO y David HEIDEL


Con ustedes la laguna León en toda su extensión - FOTO: Sergio ZEREGA


Nosotros contemplando y posando en la laguna León, bajo una leve nevisca - FOTOS: Darío GRANATO


La laguna León contemplándonos a nosotros y nuestras chatas... - FOTOS: Claudio GUANACIARROSA


Como en todo lugar con agua, algún vestigio de actividad humana aparece. Todo indica que se trata de corrales
 para animales según la atenta observación de Claudio - FOTOS: Sergio ZEREGA y David HEIDEL


A juzgar por la conformación geológica, claramente este pozo deviene de actividad volcánica - FOTOS: Darío GRANATO y Sergio ZEREGA


Como si quisiera cobrarnos la entrada, la salida de la laguna nos despidió
con la nevisca convirtiéndose en una suave nevada - FOTOS: David HEIDEL


Y la suave nevada se convirtió en cerrada nevada - FOTOS: Eduardo CINICOLA y David HEIDEL

                Volvimos a la huella, que todavía se veía y que por suerte teníamos bien relevada en el GPS por si acaso. La nevada se ponía más intensa lo que hacía interesante la experiencia de navegar un track teórico sin poder siquiera vislumbrar muchos detalles en el terreno. En dos días habíamos tenido todos los climas y la experiencia de la meseta completamente nevada era muy atractiva y desafiante. ¿Quien lo habría imaginado?

                La huella de bypass oeste-este la pudimos seguir bastante bien y llegamos a la “colectora” este también cubierta de nieve pero más visible que la que dejábamos. la nevada todavía no había llegado fuerte ahí.

                Subimos hacia el norte hasta la latitud de los tres cráteres de impacto y de allí, en plena nevada nos dirigimos directamente hacia ellos a campo traviesa, no íbamos a aflojar en ese momento. La nieve de algunos centímetros de espesor, de algún modo nos aplanó el camino y lentamente fuimos acercándonos a nuestro segundo objetivo del viaje: el trébol de cráteres de impacto.


Imagen satelital de los tres cráteres: Sur, Norte y Oeste

                Le apuntamos al centro del trébol y pronto vimos el primero de los cráteres y nos pareció que era posible bajar a su interior por lo que intentamos meternos dentro de él por donde habíamos pergeñado en las pantallas. Encabezados por Elsa (Cuándo no?) empezamos a descender pero el cañadón que elegimos, que de lejos parecía con poca pendiente, ofrecía unas inclinaciones laterales importantes para el suelo cubierto de nieve, lo que nos obligaba a andar con mucho cuidado para no ponernos una chata de gorra.

                Muy cerca del fondo, las inclinaciones se pusieron imposibles y la única oportunidad era tirarse de punta pero sin saber si había regreso. Por supuesto que antes que lo comentáramos por radio y mientras hacíamos los preparativos para izarla a fuerza de malacate, Elsa cruzó el punto de no retorno y rápidamente aterrizó en el fondo del cráter. Los demás creímos mejor pegar la vuelta y buscar por donde sacar a Elsa si no podía salir por sus propios medios; una cosa fue decirlo y otra hacerlo, pero con mucho cuidado pudimos salir de la trampa, mientras Elsa recorría el fondo del cráter buscando por donde salir, ya que por donde había entrado no era posible volver.  Todos pensábamos que ojala no se encaje en el medio del cráter ya que se iba a quedar a vivir ahí…

                Desde arriba, pudimos ver que si bien la pendiente de la batea del cráter era más fuerte que la del cañadón anterior, no tenía riesgo de inclinaciones laterales y felizmente no se veían grandes piedras: el aerolito había dejado todo bastante plano, sólo faltaba saber si el suelo era consistente para trepar. Le informamos a Elsa de la novedad, aceleró a fondo y milagrosamente salió indemne del cráter a nuestro encuentro.

                Con la nevada a full, seguimos recorriendo la trilogía de cráteres circulando por la zona central del trébol de  modo que siempre teníamos dos a la vista a ambos lados de las chatas. El menos profundo fue el que Elsa “visitó”, los otros dos eran bastante más hondos y sus accesos mucho más escarpados; ambos tienen una laguna en su interior pero la cerrada nevada no nos dejaba apreciar muy bien el paisaje, aunque le daba un toque especial a la expedición.


La meseta se iba vistiendo de blanco, ocultando sus ya borrosas huellas bajo la nieve - FOTO: Darío GRANATO



Bajo la nevada, abrir y cerrar tranqueras poco usadas se volvió complicado y requirió mucha gente experta :)
FOTOS: Eduardo CINICOLA, David HEIDEL, Darío GRANATO y Sergio ZEREGA


Alambrado nevado en la meseta de Canquel - FOTO: Darío GRANATO


Por momentos la cerrazón se hacía muy pronunciada y parecía de noche, a mediodía... - FOTOS: David HEIDEL y Hugo BERRY RHYS


A la latitud de los impactos de aerolito, tuvimos abandonar la huella que adivinábamos y salir a campo traviesa rumbo al objetivo
FOTOS: Darío GRANATO y Hugo BERRY RHYS


Al volver hacia el oeste, cruzando un alambrado, reingresamos a la estancia La Cascada - FOTOS: David HEIDEL y Hugo BERRY RHYS


El panorama de la meseta había cambiado completamente respecto al día de ayer - FOTOS: Hugo BERRY RHYS y Eduardo CINICOLA


La nieve seguía cayendo sin cesar - FOTOS: David HEIDEL


Se largó linda la nevada...


El acceso imaginado al cráter de más al sur apareció y nos tentó a meternos dentro de él - FOTOS: Darío GRANATO y David HEIDEL


Parecía sencillo pero las inclinaciones laterales y la nieve la complicaron - FOTOS: David HEIDEL y Darío GRANATO


Elsa quedó en situación comprometida y no podía regresar por sí sola - FOTOS: Eduardo CINICOLA


Nos aprestamos a sacarla para atrás con los malacates, pero... - FOTOS: Sergio ZEREGA y Claudio GUANCIARROSA


Fiel a su estilo, cuando nos quisimos acordar, Elsa y Eduardo se escaparon hacia abajo, sin saber si había retorno
FOTOS: David HEIDEL y Claudio GUANCIARROSA


Bajando al cráter sur


Y así ocurrió que en vez del buscar restos de meteoritos, íbamos a  dejar restos de Toyota en un cráter...
FOTOS: Claudio GUANCIARROSA y Hugo BERRY RHYS


Cráter Sur del trébol de Canquel visto desde el este, con restos de Toyota incluidos en su interior - FOTO: Sergio ZEREGA


El mismo cráter pero visto desde su interior, gracias a la audacia de Elsa - FOTO: Elsa ONS



Mientras tanto, los demás luchábamos para salir por donde entramos - FOTOS: Darío GRANATO y Hugo BERRY RHYS


La nevada nos regalaba su inmaculado arte blanco- FOTOS:  Hugo BERRY RHYS



Luego de la exploración del cráter Sur, salimos a buscar el cráter Norte,
circulando por "istmo" que los separa - FOTOS: Sergio ZEREGA y Elsa ONS


A nuestra derecha, una cavidad más profunda y escarpada que la anterior con una laguna en su interior, el cráter Norte del trébol de Canquel
FOTOS: Claudio GUANCIARROSA y Darío GRANATO


El cráter Norte en toda su extensión. Notar sus bordes redondeados, típicos de cráter de impacto - FOTO: Darío GRANATO


Otras vistas del cráter Norte y su particular laguna con islita y todo - FOTOS: David HEIDEL y Hugo BERRY RHYS



Continuamos por el centro del trébol hacia el oeste, con cada vez más nieve,
buscando el tercer cráter - FOTOS: Sergio ZEREGA y David HEIDEL


Según el GPS ya habíamos llegado pero mucho no se veía... - FOTOS: Claudio GUANCIARROSA y Sergio ZEREGA


Las chatas frente al, por ahora, cráter invisible (Está linda la Pampa 02!)- FOTOS: Hugo BERRY RHYS y Sergio ZEREGA


La nevada cedió un poco y comenzó a revelarnos el cráter oeste - FOTOS: Darpio GRANATO y Claudio GUANCIARROSA


Finalmente el el cráter Oestese mostró completamente, también con lagunita en
su interior, de la trilogía, éste el más profundo y escarpado - FOTO: David HEIDEL


Un par de vistas más del cráter Oeste - FOTOS: Hugo BERRY RHYS

                Salimos de los tres cráteres por el norte, renegando bastante con el terreno, que se había vuelto muy rocoso y barroso a la vez. Cuando hallamos la “colectora” este de Canquel, buscamos la bajada a la estancia La Juanita, sin saber la sorpresa con la que nos encontraríamos ahí abajo.

                La bajada estaba muy bien trazada pero con nieve congelada es bastante peligrosa y nos obligó a espaciarnos bastante para evitar algún golpecito. No obstante estuvimos a punto de tener que pasar por el chapista…

                La sorpresa es que La Juanita resultó un oasis con una increíble vegetación y toda nevada, al decir de Diego, recordaba a Narnia y así quedó bautizada.

                Casi todos la atravesamos con rumbo a El Sombrero sin cruzar a nadie, lo que nos resultó llamativo por la importancia de las instalaciones; sin embargo los últimos ubicaron al único puestero que estaba en la estancia y que después de reponerse de la sorpresa de nuestra llegada nos informó que no tenía problemas en dejarnos pasar pero que lamentablemente él no tenía llaves de la tranquera por donde debíamos salir. El dueño se había ido por un par de días para evitar la nevada y no le había dejado las llaves, ya que de todos modos no tenía cómo salir. Nos ofreció esperar al día siguiente para avisarle al dueño y autorizarnos a pisar el alambrado pero no lo podía hacer por su cuenta porque peligraba su laburo.

                No nos convenció esperar porque de todos modos la alternativa no era segura y nos hacía perder más de un día si no lográbamos el permiso: había que volver a la meseta que por segunda vez nos hizo volver sobre nuestros pasos. Sin proponérnoslo, volveríamos a visitar a nuestro amigo Buty en La Cascada. Parecía mentira que para salir de la meseta de Canquel deberíamos recular todo lo que habíamos recorrido cuando casi estábamos afuera. La duda era si la subida congelada se dejaría repechar, pero si así fuera volveríamos a La Juanita por el plan B.

                NOTA: Al momento de escribir ésta crónica, casi tres años después, tuve oportunidad de conocer al dueño de la estancia, que se había enterado de nuestra extraña visita y nunca supo que hacíamos por allí. En nuestro siguiente viaje tuvo la gentileza de facilitarnos la llave de esa tranquera por si necesitábamos pasar :).


Finalizada esta parte de la expedición, con el relevamiento de los tres cráteres de Canquel, empezó la retirada
FOTOS: Eduardo CINICOLA y Hugo BERRY RHYS


Como si los cráteres no perdonarán nuestro atrevimiento, la nevada arreció y se puso
complicado salir hacia la huella, seguramente ahora invisible - FOTOS: David HEIDEL


El espesor de la nieve requirió desinflar un poco las ruedas para poder andar - FOTOS: Darío GRANATO


Vean el espesor de las huellas que íbamos dejando - FOTOS: Sergio ZEREGA



La huella "colectora" este de Canquel por suerte todavía era visible y entonces pusimos proa hacia La Juanita
FOTOS: Darío GRANATO, Claudio GUANCIARROSA, Sergio ZEREGA y Elsa ONS

 
La nevada era copiosa y lo dejaba claro en la acumulación sobre sufrida vegetación - FOTOS: Hugo BERRY RHYS



El paisaje era subyugante y completamente diferente al de ayer, es decir hubiera sido un "aburrido"
paisaje desierto de los que tanto nos gustan - FOTOS: Eduardo CINICOLA y Elsa ONS


Una larga y empinada bajada completamente nevada nos depositó en un sitio de
aspecto completamente inesperado - FOTOS: Darío GRANATO y Sergio ZEREGA


Narnia !


Abrimos una prolija tranquera y... - FOTO: Sergio ZEREGA


nos preguntamos: ¿Cómo aparecimos en NARNIA? - FOTOS: Elsa ONS


Efectivamente no había duda: estábamos en NARNIA pero el GPS nos indicaba Estancia la Juanita. - FOTOS: Sergio ZEREGA y Elsa ONS


El camino a NARNIA nos había dejado sus huellas, la nevada había sido copiosa - FOTOS: Sergio ZEREGA



No podíamos creer lo que encontrábamos a nuestro paso, esto no parecía la meseta patagónica que habíamos venido a visitar
FOTOS: Darío GRANATO (2), Sergio ZEREGA y David HEIDEL


Que habría después del portón? FOTO: Darío GRANATO


Una enorme casa y un parque soñado. Esto no podía ser cierto...  - FOTOS: Sergio ZEREGA




Pasamos el casco de la estancia, desierto hasta ahora y nos encaminamos a salir de este paraíso por el
camino directo a El Sombrero - FOTOS: Hugo BERRY RHYS (2), Clauidio GUANCIARROSA y Eduardo CINICOLA


Pero el encanto se rompió al encontrar al encargado del casco: una tranquera con candado y sin llave se llevó la ilusión de la
salida directa y tuvimos que volver a la meseta del Canquel desandando el camino - FOTO: David HEIDEL y Darío GRANATO


Y así nos fuimos de NARNIA - FOTO: Hugo BERRY RHYS

                Desinflamos las cubiertas por las dudas y la verdad que la subida no ofreció mayores problemas. La nevada había cesado pero el manto blanco era tan uniforme que la huella por donde habíamos venido casi no se veía. Por suerte teníamos el track grabado y nos fue de inestimable ayuda para no errar el camino.

                Si bien no nevaba y estaba nublado, se destacaban unas pesadas nubes negras que venían desde el oeste; no nos preocupamos mucho ya que de última volvíamos a acampar en el resort del Buty…

                Lentamente pero sin dificultades, salvo un leve choque entre Pampa 02 y la TLC de Diego Tognetti debido a que me distraje un segundo sacando fotos y el freno sobre el hielo no fue tal. Frené, pero contra el paragolpes de la TLC sin más consecuencias que un faro roto: lo complicado era registrar la dirección para denunciar al seguro jajajajaja.

                Las gruesas nubes negras  nos alcanzaron y se largó a llover copiosamente casi cuando llegamos a lo del Buty, que como al principio, no nos esperaba ni de casualidad.

                Le contamos de nuestro logro de llegar al Puesto Pepino, que omití decir que ni él lo había visitado, y nos ofreció pasar la noche allí, porque había estado lloviendo todo el día y la salida a la RP25 no iba a ser muy sencilla, sobre todo de noche.

                La oferta era tentadora pero mucho más era agregarle 100 kilómetros de barro nocturno a la travesía, así que imaginarán como continuamos…


La subida de salida, cubierta de nieve, no fue difícil de sortear - FOTOS: David HEIDEL


La tranquera de salida de La Juanita, mientras un guanaco chusmeaba - FOTOS: Darío GRANATO



Al avanzar hacia el oeste, la nevada había sido mucho más intensa - FOTOS: David HEIDEL y Sergio ZEREGA (x2) y Elsa ONS


Surcando este mar de nieve, vamos rumbo a la tormenta en ciernes hacia un llamativo cerro - FOTOS: Sergio ZEREGA y Darío GRANATO


Avanzábamos sin ver la huella de la tarde anterior ahora tapada por la nieve
hacia una tormenta segura - FOTOS: David HEIDEL y Hugo BERRY RHYS


El cielo se ponía cada vez más negro...- FOTOS:  Hugo BERRY RHYS y Dario GRANATO


Al acercarnos a los curiosos cerros de tipo somuncureño, aclaró un poco - FOTOS: Elsa ONS y David HEIDEL


La tormenta se desplazaba al oeste, hacia donde íbamos. ¿Quién se movería más rápido? - FOTOS: Sergio ZEREGA y Hugo BERRY RHYS


Si no es el único, es uno de los pocos arbolitos que no fue barrido por los vientos de Canquel - FOTO: Darío GRANATO


Al torcer hacia el norte, la tormenta nos quedó a babor, parecía que la evitaríamos - FOTOS: Elsa ONS

 
Entre la blancura, asomó el Puesto Macuco - FOTOS: Ernesto ACCAME y Sergio ZEREGA



Puesto Macuco nevado, hoy - FOTOS: Darío GRANATO (x3) y David HEIDEL


Puesto Macuco, ayer - FOTOS: Hugo BERRY RHYS y David HEIDEL

 
La nevada había abarcado toda la meseta, vean con un día de diferencia, el mismo lugar - FOTOS: Sergio ZEREGA y Hugo BERRY RHYS


Como torcíamos al oeste, otra vez nos amenazaba la tormenta perfecta
FOTOS: Hugo BERRY RHYS y Ernesto ACCAME


El primer supuesto cráter de impacto, con un día de diferencia - FOTOS: Darío GRANATO y Eduardo CINICOLA


Al acercarnos a La Cascada, tambien nos aproximamos a la tormenta - FOTOS: Elsa ONS y Ernesto ACCAME


La lluvia comenzó cuando empezamos a ver La Cascada  - FOTOS: David HEIDEL y Darío GRANATO


Efectivamente, al bajar de la meseta, la tormenta estaba descargando su poder sobre la estepa
patagónica en forma de lluvia. La Cascada venía bien de arriba... - FOTO: Hugo BERRY RHYS

                La salida de La Cascada fue muy divertida y con mucha adrenalina. Nos llevó casi seis horas lo que a la ida nos había llevado escasas dos horas. No recuerdo haber manejado tantas horas en el barro y encima de noche; mucho menos andar tantos kilómetros de costado como caballo de desfile con un par de ruedas en la cuneta del camino. Por otro lado, había que estar muy atento porque numerosos cauces cruzaban los caminos y había que tener cuidado con las cortadas que se generaban. En alguna de ellas, pese a haberla visto, me tuvieron que sacar con malacate…

                Cerca de medianoche estábamos en Las Plumas exhaustos y sin alojamiento. Por suerte pudimos comunicarnos con la hostería que habíamos estado a la ida en la Villa Dique Ameghino y el dueño de La Media Luna no dejó escapar alojar más de 10 personas una noche de invierno condenada al establecimiento vacío.

                Antes de las dos de la mañana, siempre lloviendo y con la RN25 destruida, llegamos a la hostería, comimos algo como pudimos y nos dimos un merecido descanso.

                Veníamos de cumplir todas las misiones que nos habíamos propuesto…


El camino desde La Cascada hasta la RN25 fue todo así - FOTO: Ernesto ACCAME


Una grieta en el medio de la ex RP25 nos atrapó bien atrapados - FOTOS: Dario GRANATO y Sergio ZEREGA


De noche y lloviznando costo un buen rato sacarla - FOTOS: Dario GRANATO y Hugo BERRY RHYS


Mientras tanto, algunos aprovecharon para repostar - FOTOS: Hugo BERRY RHYS

Lunes 15 de Agosto de 2016

COMIENZA EL REGRESO CON PARADA EN DOLAVON

VILLA DIQUE AMEGHINO - DOLAVON - TRELEW - SAN ANTONIO OESTE - GENERAL CONESA - RIO COLORADO - LA ADELA

                Amaneció todavía lloviendo lo que nos vino bien para que se aflojaran las toneladas de barro que teníamos encima. Desayunamos y comenzamos el largo pero tranquilo regreso a casa, pero faltaba una sorpresa más.

                En Dolavon, Hugo que conoce muy bien la zona ya que tiene parientes allí, nos sorprendió con una reserva en un excelente restaurant montado en las instalaciones de un viejo molino harinero, lo cual fue un excelente cierre para otro viaje memorable del grupo.

                A partir de allí, sólo quedaron muchos kilómetros de enlace de regreso, con el alma llena de nuevos descubrimientos y de gratos momentos pasados con excelentes amigos. Los que íbamos para Buenos Aires, paramos a dormir en La Adela. Guillermo se volvió solito para El Bolsón.


Las huellas del barro de la noche anterior y del "choque" con la TLC de Diego, donde mis faroles auxiliares fueron... FOTOS: Sergio ZEREGA


Hostería La Media Luna, pasada por agua - FOTO: Sergio ZEREGA


Elsa reparando su "calefón" snorkel y cargando combustible en la estación de
servicio PCH de Ameghino - FOTOS: Claudio GUANCIARROSA y Darío GRANATO


Saliendo, para subir al dique - FOTOS: David HEIDEL y Darío GRANATO


La calma despues de la lluvia había dejado el lago planchadísimo - FOTOS: Darío GRANATO y Sergio ZEREGA
 

La central hidroeléctrica y el río aguas abajo también emanaban tranquilidad - FOTOS: Darío GRANATO y Sergio ZEREGA


Dolavon y alguno de sus históricos edificios, el bar España y la iglesia San Juan Bosco - FOTOS: Darío GRANATO


para despedirnos, decidimos almorzar en el viejo molino harinero, convertido en un excelente restaurante - FOTOS: Sergio ZEREGA


FOTOS: Claudio GUANCIARROSA

FOTOS: Dario GRANATO y Eduardoo CINICOLA

Reliquias impecables del viejo molino harinero, la revolución industrial a full - FOTOS Ernesto ACCAME x2 y Sergio ZEREGA


Restaurante "LA MOLIENDA" - FOTOS: David HEIDEL y Darío GRANATO


Las exquisiteces: fideos tagliatelle con bolognesa - FOTOS: Darío GRANATO y Sergio ZEREGA


Sorrentinos y creo que cordero en estofado con papas - FOTOS: Eduardo CINICOLA y  Darío GRANATO


Almuerzo de camaradería de despedida de la travesía - FOTOS: Eduardo CINICOLA y  Hugo BERRY RHYS

Martes 16 de Agosto de 2016

LARGO REGRESO A CASA

                El grupo se empezó a disgregar y con tranquilidad, el martes por la tarde ya estábamos todos en casa. Cada uno hizo su propio recorrido y aportaron unas fotos más de los lugares que fueron visitando en su retorno, como frutilla del postre. Pablo con Julio y Ernesto se fueron derecho a Bahía Blanca, Dario y yo hicimos lo propio directo a Buenos Aires, Claudio y Daniel se desviaron por la ruta de la costa rionegrina, la RP1 y Elsa, Eduardo, Hugo y David hicieron un paseo por Estomba, el dique paso de las Piedras y Saldungaray.

                Algo más: si toman la RN03 vayan con paciencia, en una curva con amplia visibilidad, decidimos pasar un trencito de camiones que nos traía a la rastra a 60 km/h desde hacía como 50 kilómetros desde Azul. El resultado: nos cominos una multa de tres lucas por pasar en curva…

                Hasta la próxima aventura!!!


El hermoso complejo de cabañas en La Adela y Dario y yo, contentos por el viaje - FOTOS: Darío GRANATO y Sergio ZEREGA


Un alto en el camino, en Médanos para emparchar una cubierta  - FOTOS: Darío GRANATO



Claudio y Daniel se dieron una vuelta por la RP1, la ruta de la costa rionegrina - FOTOS: Claudio GUANCIARROSA


Caminos rurales rumbo a ESTOMBA - FOTOS: Eduardo CINICOLA y David HEIDEL



Dique Paso de las Piedras - FOTOS: David HEIDEL



Maravillosos paisajes de la Sierra de la Ventana en los alrededores de Saldungaray - FOTOS: Hugo BERRY RHYS x3 y David HEIDEL


Acceso a Saldungaray y de paso datos de alojamiento por si alguien necesita - FOTOS: David HEIDEL y Hugo BERRY RHYS


El famoso portal del cementerio de Saldungaray, obra del Arquitecto Salamone - FOTOS: David HEIDEL


El increíble Cristo de hormigón - FOTOS: Eduardo CINICOLA y David HEIDEL


El río Sauce Grande al pasar por Saldungaray - FOTO: David HEIDEL

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