DIA 7: Viernes 27 de Enero de 2006 –   DE LAGO A ROCA A LAGUNA DEL DESIERTO  

                Salimos temprano del Camping del Lago Roca  hacia Calafate, de nuevo por el camino viejo. Tenía la esperanza que la lluvia lo hubiese arruinado un poco, pero estaba seco igual que anteayer.

                En Calafate cargamos combustible y compramos algo de fiambre  para comer unos sandwiches en el viaje y empezamos a recorrer la mítica Ruta 40, al principio acompañados por los mismos paisajes que debe haber visto el Perito Moreno cuando descubrió el lago Argentino.

   

                En este tramo sur, hasta Tres Lagos, la ruta se está transformando, ya que el asfalto la está cubriendo y lo peor, la está rectificando.  Es cierto que uno no se puede oponer al progreso y al aprovechamiento turístico, pero sin duda la sensación de recorrerla no es la misma. En el pasado atravesar  un valle implicaba un enroscado descenso y un posterior ascenso similar donde para salvar un kilómetro en linea recta había que recorrer tres o cuatro "viendo" la patente trasera de uno mismo en las cerradas curvas: hoy un enorme terraplén hace más corto el trayecto pero esconde la magia de aquellos caracoles.

                Al  río Santa Cruz se lo cruzaba en una precaria balsa donde uno tenía una real dimensión de la magnitud del río. Hoy un puente de hormigón hace que pase casi desapercibido.  Ojala el progreso no vaya mucho más allá del El Chalten, que es hasta donde está contratada la pavimentación, que estimo se terminará el año próximo.

                En un momento la ruta se pone al lado del río La Leona y allí registramos una confluencia, la 50°S 72°W, segunda de la serie.

                En el cruce con la ruta provincial 23, nos desviamos hacia El Chalten por la margen norte del lago Viedma. Un viento frontal muy fuerte hace que la mayor parte del tramo lo haga en tercera a fondo apenas a 70 u 80 km/h pese a ser asfalto.  A lo lejos vemos el glaciar Viedma. El asfalto llega hoy hasta el puente del Rio de Las Vueltas.

                Entrando en la cordillera, la nubosidad no nos deja ver la silueta del Chalten y del Torre, como es normal aquí. Pasamos por el poblado de El Chaltén, dónde pensábamos acampar, pero no nos convencen los camping urbanos. Decidimos seguir hacia Lago del Desierto.  Hasta aquí el recorrido en el mapa.

                El camino estaba muy malo, ya que había llovido mucho los días previos y tenía un poco de barro y muchos pozos. 

                Al acercarnos al río de Las Vueltas tuvimos una medida de la magnitud de  esas lluvias: su cauce era enorme y el caudal impresionante; todos los arroyitos que cruzamos estaban desbordados. Estaba nublado pero como no llovía, seguimos.

                Al legar al río Eléctrico, la cosa se complicó. Cruzamos un robusto puente y a continuación un vado de unos 50 metros con bastante  correntada me hizo dudar: con la familia y con el trailer no podía hacer cosas raras y estábamos solos. 

       

                 Mientras estaba maniobrando para dar la vuelta y con todo el dolor del alma abortaba la ida a Lago del Desierto, aparece un Ford 350 que se larga a pasar. Le pedí al chofer que me esperase del otro lado por si rectificaba la decisión después de ver como venía la mano en su cruce.

                Como el agua no le pasó del paragolpe y no parecía haber canaletas profundas, me largué a cruzar y efectivamente no tuvimos problemas. Seguimos. 

                El camino se ponía cada vez peor pero a su vez más pintoresco y con la vegetación más exuberante. Casi esta construido sobre un pequeño terraplén sobre el cauce del río de Las Vueltas y casi el agua fluye por encima de él. Un par de cuestas bravas en una zona que el río presenta unas cascadas y el Lago del Desierto aparece, muy lejos de Buenos Aires ...

       

                Valía la pena hacer el esfuerzo para conocerlo. El paisaje es mágico. Una pasarela movediza nos permite cruzar el río y adentrarnos en un bosque encantado. La excursión en lancha debe estar muy buena pero llegamos fuera de horario.

                 Si bien había lugar para acampar, como teníamos idea de intentar pescar y esta area del río esta vedada, recordamos que a la ida habíamos visto que la estancia Ricanor ofrecía lugar de acampe en la zona del río donde si se podía pescar. 

                Desandamos el camino lentamente y encontramos el lugar que rememora el incidente con los Carabineros chilenos que fue el origen del conflicto por la soberanía de años atrás, que felizmente culminó bien para la Argentina.  Si alguien ha recorrido la Carretera Austral chilena, este lugar es muy similar por el tipo de vegetación, podrían haberse confundido .......

                Cayendo la tarde armamos el campamento en Ricanor. Estábamos nosotros solos, así que el camping era con baño privado. Un guanaquito muy manso se asomaba en la carpa mientras nos acomodábamos.

                Como había una fina llovizna, ante la insistencia de mi esposa y de mi hija, pregunté si había algún riesgo que el río Eléctrico que habíamos vadeado creciera aún más, dificultando el cruce y el cuidador me dijo que no. Cenamos no me acuerdo qué y nos acostamos. Durante la noche dejó de lloviznar, así que dormimos tranquilos.

Mas fotos en el Album de El Chalten y Laguna del Desierto.

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