DIA 8: Sábado 28 de Enero de 2006 –   VADEANDO EL RIO ELECTRICO  PARA LLEGAR A SIBERIA

                Nos despertamos con la confirmación que efectivamente no había llovido durante la noche, así que el río Eléctrico no sería problema. Mientras desayunábamos dentro de la antecarpa, alguien afuera golpeó sus manos. Era la dueña de la estancia que venía aconsejarnos que abandonáramos rápido el campamento si es que no queríamos quedarnos unos días varados allí.

Que pasa? - pregunté
Unos de los puesteros apenas pudo cruzar a caballo el río Eléctrico esta mañana temprano. Mi esposo va intentar cruzar con su camioneta porque tenemos que ir si o si al pueblo. Les recomiendo que desarmen todo lo más rápido que puedan e intenten salir con nosotros.  -
me respondió
Tan grave es? - r
epregunté
Lo que pasa es que corren el riesgo que la situación se agrave y no es la primera vez que alguno de los puentes cede. Una vez estuvimos como 15 días aislados. Vialidad Provincial no se apura mucho en estos casos. -
sentenció

                Ante las protestas de mi mujer, que anoche me había alertado (Te dije que cruzáramos el vado ayer !!!  brujería ?), desarmamos todo en un instante y no sé todavía como metimos todo en el trailer y en la camioneta.

                Raudamente nos dirigimos al vado: efectivamente había subido unos 20 centímetros el nivel, pero lo preocupante era la correntada que era notoriamente más fuerte que la del día anterior. El cruce podría ser dificultoso.

                Me acerqué a conversar con un lugareño que contemplaba el río y me explicó que el puente lo habían hecho en seco y que después habían desviado el río. Todas las veces que crecía su caudal, el río volvía a su viejo cauce, que ahora era el vado. 

                Me tuve que comer (para los que no me conocen, soy ingeniero) la conclusión: Estos ingenieros son unos animales ! - 

                Llegó la camioneta de la Ricanor, que resultó ser una vieja F-100 simple tracción con pantaneras. Decidimos que irían ellos primero, ya que cualquier cosa, yo los sacaba con el malacate y viceversa si ellos pasaban, yo tenía de donde agarrarme. Así el trailer no era problema extra y hasta servía de lastre.

                Se mandó la F-100 por donde parecía más fácil, pero había una canaleta y se quedó sin tracción en el medio del vado, así que de acuerdo a lo planeado, usamos mi malacate para traerla de nuevo.

                 El nuevo intento fue precedido por un relevamiento a pie que parecía indicar fondo plano con unos 50 ó 60 cm de agua  unos metros aguas arriba del primero. Ahora, lentamente y con bastante suspenso pasó. Era mi turno.

                Encaré despacio, con el motor bastante acelerado, por el mismo lugar y si bien el nivel de agua no era preocupante (mitad de puerta), la correntada se hacía sentir y parecía que nos desplazaba aguas abajo con trailer y todo. Sin embargo, pasamos sin contratiempos y como pasa siempre en estos casos, sin fotos que lo atestigüen. 

                Todos respiramos aliviados. Recién eran las 9:30 am

                El camino estaba peor que ayer y avanzábamos muy lentamente. Aunque lloviznaba, nos detuvimos para hacer la caminata del "Chorrillo del Salto", una hermosa cascada que está bastante cerca del camino y que demanda unos 45 minutos ida y vuelta.

                Llegamos a El Chaltén un poco antes de mediodía, con tiempo horrible. Para compensar las peripecias del día, nos regalamos un almuerzo en un bonito restaurant con una excelente atención personal: "Escaramujo". Caro, pero recomendable.

                Como el clima continuaba malo y la chances de ver las emblemáticas montañas Chalten y Torre eran nulas, decidimos seguir viaje hacia el norte buscando mejores condiciones. Después de un asomo a Bahía Túnel, 

   

                Desandamos la ruta 23 hasta retomar la Ruta 40 con destino a Tres Lagos, un páramo de parada obligatoria para cargar combustible. Según mis cálculos, la próxima estación de servicio la encontraríamos después de 750 km, así que era hora de llenar los bidones extra para apuntarle al Parque Perito Moreno. No iríamos a Gregores como había planeado.

                Continuamos por la Ruta 40 hacia el norte sin saber hasta donde llegaríamos esa noche. Antes de caer la tarde estábamos en Siberia. Bueno, en realidad pasamos frente a la estancia La Siberia y decidimos acampar ahí: había reparo al fuerte viento y tal vez, temprano en la mañana siguiente, podríamos intentar ir a pescar al Lago Cardiel, no muy lejos de allí. 

                Armamos la carpa y mientras las mujeres se ocupaban de la cena, con Pablito nos fuimos a intentar la captura de una confluencia cercana, la 49°S 71°W, cuyo descubridor fue precisamente Julian Rossi, nuestro futuro acompañante.

                Porque se llama La Siberia este lugar? El puestero no lo sabía, pero supongo que debe ser porque este sitio está en las antípodas de la Siberia rusa. Para algo sirve ser cazador de confluencias.

                Al regreso, el puestero nos indicó como llegar hasta el lago para pescar, recomendándonos que fuéramos bien temprano apenas salía el sol. Nos acostamos arrullados por el incesante viento patagónico.

Mas fotos en el Album de Ruta 40 Central.

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