ARAUJO - CARHUÉ
VÍA BUENOS AIRES MIDLAND RAILWAY:
Haciendo realidad un sueño1 y 2 de Mayo de 2014
Día 2 > Carhué
Dormimos como chanchos y a las 9, no muy temprano, luego de los mates, ya estábamos listos para seguir y completar el segundo y último día del loco viaje.
La idea original para este día era recorrer un poco de Carhué, de ahí a Villa Epecuén, gastar dos o tres horas allí y hacer el enlace vía FCO hasta Salliqueló, luego subir por el CGBA comenzando en Victorino de la Plaza y subiendo hasta donde se pudiera, porque sabía que el día no alcanzaría para llegar hasta Patricios, punta de rieles de este ramal.
De la estación de Carhué nos fuimos directamente al Cementerio en ruinas, el cual era compartido entre Carhué y Villa Epecuén, y estuvo, al igual que V.Epecuén, bajo el agua unos cuantos años. Hay cientos de historias bastante lúgubres sobre este cementerio, como por ejemplo que la gente, cuando se inundó el cementerio tuvo que ocuparse por su cuenta de rescatar a sus muertos, pudiendo sacarlos casi todos; algunos contrataban buzos, los cuales rompían los techos de los mausoleos para poder rescatar los cajones de la inundación, otros los sacaron como pudieron y todos los llevaron a otros cementerios de la zona. Sombría historia.
Actualmente lo que quedó del cementerio está afuera del agua y se puede recorrer, muchas de las tumbas aún albergan a sus moradores, pero la mayoría están en ruinas y vacías. Por supuesto que allá fuimos.
Villa Epecuén
De Villa Epecuén hay miles de historias escritas, incluso en Lo del Pampa, así que no voy a ser redundante, ya todos saben que en 1985 el terraplén que protegía el pueblo se rompió y en pocos días el pueblo entero quedó bajo agua, y así se mantuvo alrededor de 20 años, y que cuando el agua se retiró dejó al descubierto las ruinas de lo que fue un pujante centro turístico... Sólo agregaré que aquel sueño mío de venir hasta Carhué siguiendo el FCM incluía la visita a Villa Epecuén, y por suerte pude hacerlo realidad.
Como dije antes, la idea era estar dos, tres horas, como mucho, en este lugar, pero la realidad es que para recorrerlo de manera mínimamente aceptable hay que estar al menos medio día, y más o menos eso es lo que hicimos, ¿quién sabe cuándo volveremos, o si el agua vuelve a crecer…?
Llegamos a la estación Lago Epecuén del FCO, actualmente museo, como a las 10 de la mañana, y cuando volvimos a pasar, a la vuelta, rumbo a Salliqueló, ya eran como las 14:00. Así que nos tomamos 4 horas para recorrer estas maravillosas, misteriosas y muy tristes ruinas. No voy a comentar demasiado, los dejo con las imágenes, porque no hay mucho más que agregar.
Enlace Villa Epecuén > Salliqueló
Eran más de las 2 de la tarde cuando dejamos atrás Villa Epecuén y sus misterios, y encaramos la GV para el lado de Salliqueló, siguiendo las vías del abandonado ramal del FCO.
A esta altura ya sabíamos que no podríamos completar el recorrido y que habría que recortarlo, así que nos relajamos y seguimos a velocidad normal, total la parte más importante del viaje ya había pasado.
Salliqueló > Victorino de la Plaza
Dimos unas vueltas por el pueblo en plena siesta, buscando algún lugar para comer, pero estaba casi todo cerrado, así que rumbeamos ahora decididamente hacia el norte, buscando la punta de rieles del ramal Patricios/Victorino del CGBA.
Continuamos por caminos arenosos y solitarios, hasta que llegamos a Victorino, donde recorrimos la Capilla, el Club y la estación, todo abandonado, aunque en el caso del Club estaba con el pasto cortado y las ventanas tapadas con plásticos, se nota que lo están cuidando.
En frente y en diagonal al club, donde terminaría el cuadro de la estación y donde está la punta de rieles, me sorprendió mucho encontrar los dos nomencladores de la estación bien restaurados, junto a ellos un mástil y el césped bastante cuidado. Más me sorprendió porque cuando el Pampa pasó por acá sólo encontró uno de los nomencladores, y en el piso, pero ahora estaban bien restaurados. Felicitaciones a los responsables!
El área de la estación parece haber sido desmalezado hace poco, por lo que vimos, pero igualmente el edificio está muy saqueado y abandonado. Mucho silencio y soledad por estos pagos, tomamos algunas fotos y seguimos hacia el norte.
Garré > Fin de la aventura para nosotros!
Cuando llegamos a Garré, partido de Guaminí, eran cerca de las 5 de la tarde de ese viernes y acá hubo que tomar una decisión, porque a este largo día sólo le quedaban menos de dos horas de luz, y recién estábamos en Garré…
La cosa es que decidimos ser conservadores y emprendimos la vuelta por asfalto, por la R33 y luego, desde Trenque Lauquen, la R5. La razón más determinante fue que a partir de Garré nos volvíamos a meter, según mis cálculos, en zona “pantano friendly”, y la verdad que no tenía ni un poco de ganas de enfrentar vadeos semi-nocturnos, con lo cual pensé que “soldado que huye sirve para otra batalla” y huimos, nomás, con la promesa de volver pronto a completar este ramal del CGBA. Nos conseguimos unas vituallas para el viaje y rumbeamos para casa, felices por todo lo que logramos hacer y conocer en menos de dos días.
Epílogo
Bueno, si el amable internauta llegó a leer hasta acá, espero, de todo corazón, que no se haya aburrido mucho, porque es mi primer relato y traté de hacerlo entretenido, aunque no sé si me salió…
Le agradezco a mis compañeros de viaje que se bancaron mi hinchabolismo para cumplir horarios, que sé que soy rompebolas, y por haberme cedido muchas de las fotos que vieron, porque mi cámara, además de ser pedorra, se queda siempre sin batería antes de llegar a destino…
Pero sobre todas las cosas te agradezco a vos Pampa, por haberme publicado esto en Lo del Pampa!
Hasta la próxima…!
DAVID HEIDEL