EXPEDICIÓN DESAGUADERO
18 al 20 de Abril de 2008
Cortando camino por el monte salimos a la ruta XX630 según Viajeros y nos dirigimos a El Retamo, donde preguntaríamos por la posibilidad vista en el IGM de vadear ahora el río San Juan (afluente del Desaguadero) para no ir a hasta Encon. Allí, cerveza de por medio en un boliche de campo, nos informaron que efectivamente hubo un vado, pero que si seguía existiendo era dentro de campos privados y que no nos dejarían pasar.
No nos quedó otro remedio que seguir a Encón para repostar combustible y luego a San Francisco del Monte de Oro a dormir, un largo enlace de 50 km de tierra y algo más de 200 km de asfalto. Nos quedaba alguna ganita de ir al PN Sierra de Las Quijadas para al día siguiente entrando por La Tranca, pero el corto tiempo disponible hizo que desistiéramos y no cambiáramos el plan de arrimarnos a Buenos Aires a través de las Sierras de San Luis.
A las 22:30 llegamos a la Hostería El Remanso, donde nos alojamos y cenamos como la gente. El único problema fue que conseguimos una sola habitación para seis que entre ruidos y olores no fue el lugar más saludable…
Domingo por la mañana a las 7:00 empezó el lento movimiento de despertarse. Entre desayuno, reparaciones, carga de combustible y demás recién salimos después de las 9:00 rumbo a La Carolina.
Visitamos la primera escuela que fundó Sarmiento en 1826 y de ahí encaramos la famosa Cuesta Larga que te sube al Cerro El Mago y te permite cruzar la Pampa de Las Invernadas.
La Cuesta Larga es una hermosa trepada pero con el “inconveniente” que han hormigonado en forma despareja casi todas las cerradas curvas y entonces no se puede andar con la doble tracción sin diferencial central. Hay que subirla en simple para no romper la caja. Para los que no conocíamos San Luis nos empezaban a deslumbrar los paisajes.
Al llegar a La Carolina, lo primero que hicimos fue ir a trepar al Cerro Tomolasta, el “Vigia de San Luis”, de 2020 mts de altura y al cual se accede por un lindo camino de cornisa desde el mismo pueblo a 1600 mts. Empinado pero seguro es un interesante paseo para poner la doble tracción; la vista desde allí es espectacular ya que se domina toda la serranía.
A la bajada del Tomolasta nos detuvimos en la zona donde sobreviven, para el turismo, algunos vestigios del pasado minero alrededor del arroyo de color amarillo donde los pirquineros perseguían sus sueños de hacerse ricos buscando las preciadas pepitas.
De allí la idea era volver a San Luis capital, donde estaba la chata de Néstor para cargar las motos y volvernos a Bs As. Lo haríamos por caminos y huellas serranas de acuerdo a lo planeado en los tracks iniciales, como para disfrutar las últimas horas de la salida.
Néstor seguía interrogando a jinetes, caballos y todo ser vivo de la zona que se le cruzaba.
Otra víctima de los interrogatorios de Queralt
Paisajes serranos, montañas y vadeosPor un tramo tomamos el asfalto desde La Carolina a San Luis capital pasando cerca de las cuevas de Intihuasi. En una tranquera que tenía un cartel que decía “Por Santo Domingo” entramos a una huella con destino a La Toma y más adelante encontramos otra ignota que se dirigía en dirección a San Luis, pero después de unos kilómetros se truncó. Al volver, en la bifurcación lo perdimos a Néstor y no nos quedó otro remedio que esperarlo, lo que aprovechamos para repostar los estómagos con otra picada. Al final, después de esperar un buen rato, tiramos la moneda y supusimos que había seguido el camino a La Toma, lo cual fue correcto.
Nos encontramos cerca del cruce a Saladillo, donde para ganar tiempo decidimos dividirnos, yendo los bípedos a buscar la chata a San Luis y las chatas seguir para La Toma y volver a Buenos Aires.
La ruta 7, una hermosa autopista, tiene una curiosidad: tiene columnas de alumbrado gay !!!
Conclusión: un viaje compacto y sorprendente a lugares poco explorados en compañía de los amigos de dos ruedas, que vale la pena repetir. Néstor, un capo guiando por el desierto, Cacho un personaje. Mug un ídolo, Hugo un tipazo. Gracias por haberme invitado a este viaje y compartir estos días con ustedes.
Párrafo aparte para mi flamante copiloto Adrián Lentini, con quien pese a no haber salido antes con él, nos complementamos de maravillas como si lo hubiéramos hecho siempre y le agradezco haberme acompañado a esta aventura.
Como siempre, quedaron cosas en el tintero para el inventario de las cosas sin hacer, así que no queda otro remedio que cerrar con CONTINUARÁ (Cinco años después confirmo que efectivamente continuó)
Hasta la próxima !!!!!
Pampa
Agosto 2013