ESCAPADA FERROVIARIA A TANDIL
02 y 03 de Julio de 2011
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VÍA AYACUCHO: DE TANDIL A AYACUCHO
Dejamos LA NEGRA y nos internamos por muy pintorescos caminos serranos, mientras nos acercábamos a Tandil. Lindos para conducir ya que están llenos de curvas y subidas y bajadas, aunque lejos de tener dificultades offroad. Los campos generalmente están cultivados y se presentan multicolores ante nosotros.
Ya cerca de Tandil nos subimos fugazmente al asfalto de la RP30, pero un bypass falso que vi en el GPS (digo falso porque era para alargar camino, no para ahorrar) nos reintroduce al ripio, mostrándonos de nuevo unos encantadores paisajes, ahora con más piedra, donde hay algunas estancias enclavadas en lugares increíbles.
Paisajes de los alrededores de TANDIL |
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Volvimos al
asfalto y ahora nos dirigimos derecho a Tandil, donde teníamos una
parada obligatoria en Época de Quesos para llevar algunas cosas
típicas de regalo. Resumo: el lugar está muy bueno, tienen cosas
exquisitas de todo tipo, los precios no son baratos y algunos
empleados (al menos la que nos atendió) parece que tenían
instrucciones de espantar a los clientes. Compramos algo, menos que
lo que estábamos dispuestos y comenzamos el franco regreso, aunque
todavía recorreríamos algún ramal ferroviario más. Época de Quesos |
Cargamos nafta, cruzamos la RN226 y atravesando Tandil Norte, salimos en busca de IRAOLA (#22), una estación del ramal que une Tandil con Maipú, conformando otra vía de escape del troncal Constitución – Mar del Plata, denominada Vía Ayacucho, que al igual que la Vía Ranchos, se encuentra mínimamente mantenida por las dudas de alguna contingencia.
Entretenido camino con muchos zigzags nos conduce a IRAOLA, un pequeño pueblo con algunos habitantes, donde la estación luce muy bien mantenida y habitada por algún lugareño que la dotó de un alambre de púas paralelo a las vías para que los animales no se crucen con el tren. Se ve que de vez en cuando alguno pasa…
Volvimos al camino de enlace más o menos paralelo a las vías y fuimos en busca de un ignoto apeadero KM 360 según el IGM. El GPS me indicaba una pequeña localidad de perímetro triangular, llamada LA CONSTANCIA en el mismo sitio. Y eso encontramos, un pequeño pueblito oculto entRe una cerrada arboleda de álamos, con muchas construcciones abandonadas pero con un comercio, una escuela, un destacamento policial y algunas casas dispersas. El apeadero lo encontramos entre los yuyos, con su andén de chapa canaleta, junto con el nomenclador que resistía estoicamente la gravedad y que con más precisión lo bautizaba como AP KM 359.760 (#23). Unos caballos se arrimaron curiosos a ver que pasaba…
Seguimos rumbo a la anteúltima que nos habíamos propuesto, CANGALLO (#24), la cual encontramos rápidamente ya que no estaba muy lejos de La Constancia.
CANGALLO parecía habitada pero desde afuera no vimos a nadie. Como la tranquera estaba abierta entramos con la chata y estacioné cerca del edificio. Bajé a tomar las fotos habituales, tratando de ver a alguien para pedir permiso porque al acercarme me di cuenta que efectivamente alguien vivía ahí.
Veo venir una mujer mayor con un atado de leña, me acerco a ella y le comento de mis intenciones, a lo que accedió inmediatamente. Adriana se bajo y se puso a conversar con ella mientras yo me dedicaba a fotografiar como es costumbre. Luego se arrimó el marido, que se puso a charlar conmigo de la historia de esta estación y me contó que hacía 30 años que vivían allí, cuando el poblado tenía cierta actividad. Hace tiempo que viven ellos solos, desde que cerró el clásico almacén de enfrente. Sus hijos se distribuyen entre La Constancia y Ayacucho, justamente estaba de visita una de sus hijas, que vive en la última.
Como te vas para tu casa? – le preguntó Adriana
Siempre pasa alguien que va para Ayacucho los domingos, así que es cuestión de esperar – respondió tranquilamente y agregó: Antes me iba en el tren, que si bien no tenía parada, le hacía señas y me levantaban.Por supuesto le ofrecimos llevarla ya que el Expreso Suzuki terminaba en Ayacucho, así que le hicimos un poco de lugar y nos despedimos de los dos únicos habitantes de Cangallo y nos rumbeamos a nuestra estación terminal, AYACUCHO (#25).
AYACUCHO es una ciudad de campo típica, que sólo conocía por la propaganda de la Fiesta del Ternero y por la epopeya de los caballos Gato y Mancha en su periplo desde Buenos Aires a Nueva York en el año 1925.
Dejamos a nuestra pasajera en su casa y fuimos a buscar la estación para dar por terminada nuestra tarea del paseo. Como imaginaba tenía amplias instalaciones y estaba medianamente mantenida con muchos de sus locales asignados a diversos usos municipales. Terminaba de completar una cadena más de 25 estaciones que no conocía, bastante para menos de un fin de semana. A lo Pampa.
Igual había un poco más: al buscar la salida a la ruta 29, encontramos un hermoso monumento bastante reciente en homenaje a Gato y Mancha que por supuesto registré en fotografías.
Como corolario, la RP29 paralela a un ramal clausurado entre Chas y Ayacucho que relevaré en alguna otra oportunidad, nos regaló un atardecer pampeano impresionante, broche de oro de un paseo familiar genial. Antes de las 20:00 ya estábamos de nuevo en casa.
Pampa
Hasta la próxima !!!!!!
Enero 2012
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