MÁS ALLÁ DE LA RN40
CAMINOS, HUELLAS OLVIDADAS Y TRAZAS INEXISTENTES EN EL OESTE PATAGÓNICO
11 al 20 de octubre de 2013
PRÓLOGO
Como es habitual, al menos cada dos años recibimos el llamado de nuestra querida y lejana Patagonia para que la vayamos a visitar. Nos extraña…
Despojados casi completamente del tema confluencias, especie en vías de extinción ya que fueron prácticamente” exterminadas” con las expediciones de 2008 y 2011 cuando "arrasamos" los paralelos 47 a 50, ahora el objetivo era adentrarnos en territorios desconocidos, esos “agujeros en el mapa” que tanto nos atraen.
Originalmente teníamos pensada una misión uniendo el lago Posadas con la Estancia La Oriental en Santa Cruz, pero las averiguaciones respecto a las nevadas aun presentes nos hicieron desistir. Por esta vez, claro.
Los planes entonces se concentraron en explorar el oeste del lago Cardiel, en los confines de la Meseta de la Muerte, por donde se proyectó pero nunca se materializó el trazado de la RN40 entre Tucu Tucu y la Estancia La Federica, en el lago San Martín. Llegaríamos lo más directo posible a Gobernador Gregores por la costa atlántica y desde allí nos adentraríamos en el área, donde por lo menos había unos cuantos desafíos ó destinos incógnitos: la confluencia 49°S 72°O en el Alto Río Tar (¿se creyeron que no iba a haber una confluencia en el viaje?), el lago Cardiel Chico o Cabral, el río del Medio ó Arenisca, el río Lavas, etc…
La geografía atrás del CardielLa zona es complicada porque no hay información y porque las fotos satelitales no son de la mejor calidad; el tema principal es encontrar como subir a la meseta y ese era la dificultad a vencer. Creíamos que dos o tres días serían suficientes para acometerla.
Para el largo regreso, le echamos un ojo a la zona del lago Guitarra, en la Pampa del Asador, como una especie de plan B de modo de llegar a Lago Posadas por alguna vía inédita.
Desconocido lago GuitarraComo colofón el retorno lo haríamos utilizando todos los caminos, huellas o lo que sea al oeste de la RN40 de modo de recorrer, entre otros parajes, la RP41 desde Lago Posadas a Los Antiguos, bordear el lago Buenos para conocer el páramo desconocido de Ingeniero Pallavicini, luego contornear la frontera desde allí para llegar a Valle Huemules, luego Lago Blanco, Ricardo Rojas, Alto Río Senguer, Aldea Apeleg, Alto Río Pico, Río Pico, Corcovado, etc…
Valle Huemules - Ing PallaviciniTodo esto en modestos nueve días, es decir desde un viernes hasta el domingo de la semana siguiente. Apenas unos 6500 km de pura Patagonia.
Como siempre lograr armar un grupo dispuesto a recorrer tantos kilómetros en tan poco tiempo es bastante difícil, pero como la masa crítica ya estaba, el viaje igual estaba decidido: Pablo Anastasio, Eduardo Cinícola, Adrian Lentini y yo no íbamos a faltar así que, de última, hasta con dos chatas arrancábamos.
Después de infinitas idas y vueltas, signadas por algunos problemas personales de participantes que ya se habían decidido a participar, finalmente quedamos cuatro chatas y ocho personas, con amplia mayoría bahiense:
· Pablo Anastasio y Eduardo Cinícola en la Costurera II (de estreno)
· Christian Germain y Marcelo Banco en la Flecha de Plata
· Miguel Lindner y Mauricio Persiani en el Torito Rojo
· Sergio Zerega y Adrián Lentini en Pampa 02
Una lástima que a último momento perdimos a dos copilotos de lujo: el inefable Chugo D´Onofrio (El dueño de "El Tractor", otro legendario R12 sucesor del de Cinícola) y a mi querido amigo Guillermo Loza, lo que imposibilitó que Eduardo Cinícola participase con la Cherokee I, que al final se quedó calentita en Bahía Blanca, velando las armas…
VIERNES 11 Y SÁBADO 12
BUENOS AIRES - BAHÍA BLANCA - CHOELE CHOEL - VALCHETA - ING. JACOBACCI - EL MAITÉN - EL BOLSÓN
El viernes 11 de Octubre, por vías separadas y en chatas separadas, salimos Eduardo y yo desde Buenos Aires con el objetivo de agruparnos a la mañana temprano del sábado en Bahía Blanca y partir todos juntos: Eduardo salió temprano y paró a dormir en Bahía Blanca; Adrián y yo, después de laburar todo el día salimos a la noche, durmiendo un par de horas en la chata, en Coronel Pringles.
A las 8:30 del sábado estábamos todos en marcha pero un problema irresuelto previamente cobró dimensión: por tratarse del inicio de un fin de semana largo, la primera noche, la del sábado, se nos estaba complicando conseguir alojamiento en la costa chubutense: ni Puerto Madryn, ni Trelew, ni Camarones, ni Rawson, ni Dolavon, ni Bahía Bustamante, ni Comodoro Rivadavia tenían alojamiento disponible y menos para ocho de un saque. La única opción era dormir en las chatas y/o armar campamento sobre la RN03 pero después de un larguísimo enlace no era lo mejor…
Guillermo Loza nos salvó y nos enredó el viaje a la vez: nos ofreció alojarnos en su casa, pero …
en El Bolsón!!!La idea era atractiva pero trastocaba todo lo planeado ya que como mínimo invertía completamente el orden del viaje. Pero como somos expertos de la improvisación y en el arte de lo impensado, la idea nos pareció excelente, más aún cuando además nos ofreció recibirnos con un asado: ¡Al diablo con los planes originales!!!
De golpe cambiamos el rumbo y salimos disparados desde Bahía Blanca a El Bolsón, para lo cual el camino más corto era seguir la mítica Línea Sur. Es así como hilvanamos Río Colorado y Choele Choel por la RN22, luego torcimos hacia el sur por la RP04 hacia Valcheta, después la RN23 hasta Ingeniero Jacobacci y de allí la RP06, vía Ñorquinco y El Maitén hasta El Bolsón. Incluyó unos 300 km de ripio bastante bueno y una copiosa lluvia entre Río Chico y Ñorquinco que nos hizo transpirar (y patinar en en el barro) un poco, sobre todo a los que ya teníamos 1500 kilómetros de manejo encima...
El premio no se hizo esperar: a las 21:00, casi puntualmente de acuerdo a lo calculado, estábamos en El Bolsón, donde Guillermo con su esposa Elcira tenían todo dispuesto como para disfrutar de una noche inolvidable en El Paraíso. Un terrible asado regado con buen vino, una sobremesa con buenos amigos y unas confortables camitas para recuperar energías.
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DOMINGO 13
EL BOLSÓN - CHOLILA - PN LOS ALERCES - TREVELIN - CORCOVADO - RÍO PICO - ALTO RÍO PICO - PASO RÍO FRÍAS - ALDEA APELEG - ALTO RÍO SENGUER
A la mañana, los que no lo conocían se terminaron de sorprender con El Paraíso, ya que de día es aún mucho más lindo. Elcira y Guillermo tuvieron la amabilidad adicional de levantarse temprano para preparar el desayuno y compartirlo con nosotros. Unos genios, a los que les agradecemos enormemente el apoyo que nos dieron. Unos capos los Loza!!!
A las 9:00 del domingo ya estábamos en camino sin saber muy bien por donde íbamos a hacer el enlace a Gobernador Gregores. Empezamos a deliberar por VHF y pese al riesgo de perder precioso tiempo que podría faltarnos al final se decidió en forma unánime esquivar todo lo posible el asfalto e intentar hacer el recorrido inverso que teníamos planeado para el regreso original y un poco más...
Somos amantes de la RN40 pero antes de su asfaltado, así que ahora íbamos a “inventar” una RN40 alternativa, sin asfalto, para llegar hasta Gobernador Gregores. El único problema era que íbamos a empezar por consumir la reserva de tiempo de antemano.
Empezamos por algo sencillo, que fue meternos por Cholila y recorrer el PN Los Alerces como para ir olvidando el asfalto disfrutando del paisaje. Se sucedieron así el lago Rivadavia, el lago Verde, el río Arrayanes y el lago Futalaufquen por un hermoso camino de ripio hasta llegar a la Intendencia del PN Los Alerces donde al tratar de meternos en una primera XX atrás de la misma fracasamos enseguida: no se puede andar inventando caminos en estos lugares donde hay mucho turismo y tanto control.
Seguimos hacia Trevelin pasando al costado de la laguna Terraplén y luego bordeando el río Percy, trazado completamente pavimentado. Un garrón…
Desde Trevelin tomamos la RP17 hacia Corcovado, la cual es de ripio pero en perfecto estado. Hasta aquí no creo que teníamos mucha diferencia de tiempo respecto a ir por el asfalto. Nos empezamos a dar cuenta que los ríos y arroyos tenían más agua de lo previsto
Más allá de Corcovado (donde fui gastado hasta el infinito por perderme dentro del pueblo) y después de cruzar el río homónimo, el camino se vuelve más interesante y menos transitado transformándose en la RP44, trepando hasta los 1200 msnm por un empinado zigzag muy pintoresco. Recuerdo lo duro que fue cuando en 2002 lo encaré con mi viejo Valiant II remolcando un trailer cargado a tope. Ahora hacerlo con las chatas es un juego de niños.
El fiel Valiant II en algún lugar de la RP44, en 2002Unos carteles informan que este camino no se mantiene en invierno lo que hace suponer que se debe cortar por nieve. En la parte más alta encontramos aún algunos manchones pero al costado de la huella sin ser un problema. Luego de trepar al punto más alto, la ruta comienza a descender inmediatamente hacia el inmenso y ventoso lago General Vintter, donde nace el río Corcovado, previo paso por los accesos a los desconocidos lagos de pescadores como el Guacho y el Bertha.
Pasamos al costado del lago Vintter y luego nos adentramos en una zona de bosques curiosamente secos antes de ingresar a Río Pico, donde reaprovisionamos de combustible y aprovechamos para fotografiar el viejo bar “Los Muchachos” que admirablemente aún sigue en pie. En este lugar se filmó hace unos años la película argentina “El viento se llevó lo que”, que nunca vi. pero que los pobladores de Río Pico recuerdan permanentemente con cariño. Vaya acontecimiento que debe haber sido veinte o treinta años atrás un set de filmación por aquí.
Hasta acá caminos más o menos transitables con un vehículo común, recorridos únicamente para demostrarnos que la vieja RN40 puede reinventarse manteniendo su espíritu aventurero mientras a su traza original se la come el asfalto.
El próximo tramo ya no era tan claro: cuando en la estación de servicio contamos de nuestra intención de llegar a Aldea Apeleg por la RP64 desde Alto Río Pico, el comentario fue que seguramente nadie la había recorrido desde el otoño pasado y que no nos iba a ser fácil porque seguro que los arroyos que había que vadear iban a estar completamente desbordados. Eso fue motivo más que suficiente para ratificar por dónde íbamos a seguir.
Rápido enlace a Alto Río Pico por la RP19 completamente poceada y allí doblamos a la derecha por la RP64 (le queda grande la calificación como apreciarán) cuya originalidad es que en los mapas parece adentrarse temporalmente en Chile.
Lentamente va ascendiendo y empezaron a aparecer los vadeos. Primero grandes charcos y luego cauces desbordados que por momentos nos hacían atravesar más de 200 metros de zonas anegadas, como vadeando a lo largo. El piso era firme y el nivel del agua nunca pasó de los 50 cm, ni siquiera en el arroyo Shaman, el más importante, hasta que llegamos al puesto abandonado de Gendarmería Arroyo Arenoso, en las inmediaciones del Hito VI-31.
Aquí la frontera discurre sobre la divisoria de aguas; como la zona es alta pero bastante plana, ocurre que los diferentes mapas muestran la frontera en diferentes lugares, a tal punto que en los del ACA, la RP64 entra y sale de Chile varios kilómetros. Los hitos fronterizos, que deben estar bien ubicados si alguien pícaramente no los corrió (cosa perfectamente posible porque encontrar gendarmes en la zona es más difícil que conseguir dólares a precio oficial) muestran que la RP64 está siempre del lado argentino; sin embargo el alambrado que parece oficiar de frontera está como doscientos metros al oeste del hito, dentro del territorio chileno.
Por supuesto nos arrimamos con las chatas y nos sacamos la foto en el hito, ”invadiendo” brevemente a los vecinos, donde medimos vientos de 50 km/h con ráfagas de 70 km/h, en un ambiente típicamente patagónico. Estuvimos a punto de acampar en el puesto abandonado pero la escasez de tiempo nos aconsejó seguir un poco más.
Los vados siguieron sucediéndose así como profundos huellones que nos hicieron transpirar un rato hasta llegar al desvío del paso habilitado como "Río Frías", que estando a sólo 4 kilómetros merecía visitarse. Nuevamente encontramos el hito y accedimos a él pero ahora la posición del alambrado, donde estaba toda la cartelería fronteriza a ambos lados era inversa: el hito en Chile y el límite en Argentina.
Desandamos el camino y retomamos la RP64, ahora ya en buen estado, con rumbo a Aldea Apeleg, la cual está enclavada en un hermoso valle regado por el arroyo homónimo que sin duda provee de buenas pasturas para ganado. A llegar a la aldea, la cual era más grande que lo que imaginábamos, volvimos a comprobar la ausencia de gendarmes ya que el Puesto Río Frías no está abandonado pero si desierto. No se quien controla el tráfico fronterizo: por suerte del otro lado debe haber Carabineros que impiden que esto sea un colador.
Ya atardeciendo, para ganar algo de tiempo decidimos continuar hasta Alto Río Senguer, donde tal vez no sería difícil conseguir comida y alojamiento, para lo cual tomamos la vieja traza de la RN40.
Con las últimas luces del día llegamos a Alto Río Senguer, habiendo cumplido el objetivo de prácticamente no pisar el asfalto en nuestro derrotero hacia el sur.
Primero nos fuimos a reponer combustible y allí tuve la genial idea de preguntar si sabían si se podía rodear el lago Fontana, un viejo anhelo que no había considerado para este viaje, pero que guardo en mis retinas desde cuando todavía no sabía lo que era una 4x4. La respuesta fue que seguramente no era posible por el deshielo de la últimas nevadas y las lluvias recientes ya que el río Senguer traía mucha agua. escuchar eso y generarnos la inquietud fue instantáneo.
Conseguimos de casualidad alojarnos en una de las dos hosterías gracias a que un contingente que tenía reserva se atrasó y le ocupamos el sitio. Durante la cena nos enteramos que llegaron, pero cómo se solucionó, no nos enteramos.
Dado que todo nos había salido redondo hoy, para el día de mañana, envalentonados decidimos alterar los planes e intentar el rodeo: “total en medio día lo liquidamos, si son apenas unos 150 km, más de la mitad de ruta transitable”. El vadeo del río Unión (desagüe del lago La Plata en el lago Fontana) y unos 30 km de huella maderera en desuso no nos iban a llevar mucho tiempo…