LA MESETA DE LA MUERTE, NUEVO INTENTO
25 de Octubre al 02 de Noviembre de 2014
PRÓLOGO
El año pasado, en 2013, nos habíamos quedado con la sangre en el ojo. Habíamos merodeado por los límites de la Meseta de la Muerte pero la falta de tiempo (al menos eso creímos) nos había dejado con las ganas de saciar la curiosidad de lo que hay allí arriba. El caudaloso y pedregoso río del Medio ó Arenisca, más una inmediata trepada infernal con barro y nieve fueron los obstáculos insalvables en esa oportunidad.
Nos habíamos jurado volver pertrechados de infinidad de tracks y de mucho más tiempo para dedicarle a esa batalla. Durante los primeros meses de 2014 desarrollamos una febril actividad escudriñando la zona con Google Earth y SASplanet, planeando cómo acometerla por diferentes vías de modo de tener varios planes alternativos por si acaso.
Era importante que los eventuales participantes supieran exactamente el tipo de travesía que haríamos para evitar desazones posteriores, por lo que no encontré mejor modo que transcribir en la invitación general un párrafo del libro de Clemente Onelli, “Trepando los Andes”, donde se refiere con una crudeza brutal a la zona que íbamos a transitar:
“Allá arriba la vista abarca inmensidades. Altos campos de basalto desnudo sobre los cuales el vendaval incesante del Oeste pasa sin levantar un grano de polvo: por doquier la desolación infinita del desierto de piedra, rasgado a veces por pavorosos y oscuros cañones, por donde se labraron camino en tiempos lejanos torrentes furiosos, hoy desaparecidos; es la región que bien podría llamarse la Meseta de la Muerte y que recuerda las visiones siniestras del violento naturalista evangélico, el fatídico de Patmos. Es el más grande olvido del Creador en el globo; es una página en blanco de la creación, única en el mundo y sobre la cual pesa eterna la maldición del desierto inútil.”
Así, con esta optimista visión, se lanzó el desafío que finalmente aglutinó 5 chatas y 9 desquiciados dispuestos a abrir la puerta de esa zona, solamente hollada por algún que otro lugareño a caballo y de la cual no hay muchos más antecedentes que los nombres de algún accidente geográfico que figuran escuetamente en viejos mapas del IGM y por supuesto, las fotos satelitales de Google Earth y Nokia Here.
La fecha del viaje se fijó desde el 25 de octubre al 2 de noviembre de 2014 y los participantes, que esta vez conformamos un equipo 100% Toyota, fuimos:
· Pablo Anastasio y el que escribe, el Pampa, en Hilux
· Ignacio Tirri (Nacho) y Eduardo Cinícola, en SW4 AT
· Daniel Massoyan (DaniJIII) y Jorge Garcia (George), en SW4
· Guillermo Loza y Julio Sastre, en Hilux AT
· Elsa Ons, en Hilux
Siempre fijamos objetivos en nuestros viajes, y en este caso el ascenso a la Meseta de la Muerte, desembocaría en tres claramente definidos:
• Balcón del Arenisca: bautizado recientemente por el paisaje que se aprecia en Google Earth; es el punto más alto de la meseta de la Muerte, al NO de la misma)
• Estancia Llaneza: aparece en todos los mapas pero nunca la pudimos encontrar en el Google Earth y hasta dudamos de su existencia. Si existe, seguro está abandonada.
• Lago Cardiel Chico o Lago Cabral: es el lago más grande de la meseta y no hay registro alguno de haber accedido con vehículos. A través del río Lavas, termina desaguando en el lago Cardiel.
A diferencia de otros viajes al sur, tendríamos pocos hoteles y muchos campamentos ya que en las cercanías de la zona no hay absolutamente nada. El clima esperado sería duro y hostil, con fuertes vientos y temperaturas bajo cero, pero nada nos amilanaría.
Solo tuvimos que esperar el día para zarpar y cubrir los largos enlaces
SÁBADO 25 DE OCTUBRE:
DÍA DE ABURRIDOS PERO NECESARIOS ENLACES
FLORENCIO VARELA - SALADILLO - AZUL - OLAVARRIA - CORONEL PRINGLES - BAHÍA BLANCA - RIO COLORADO - GENERAL CONESA - SAN ANTONIO OESTE - PUERTO MADRYN - TRELEW - DIQUE FLORENTINO AMEGHINO
Debido a que todos salimos desde lugares diferentes y a diferentes horas, el primer día lo utilizamos para ir armando la caravana. La idea era llegar rápido al teatro de operaciones sin perder mucho tiempo pero igualmente decidimos “ir calentando motores” recorriendo el interior de Chubut, de modo de hacer un poco más entretenido el largo enlace.
Acordamos encontrarnos por la noche en el Dique Florentino Ameghino, donde teníamos asegurado alojamiento y comida en un lugar agradable, con posibilidad de cómodo campamento si no conseguíamos lugar para todos en las cabañas.
Yo viajé el viernes por la tarde con Pampa 01 desde Buenos Aires hasta Bahía Blanca, ya que la viejita se resiste a dejar la actividad y aunque sea me acompaña en algún enlace, donde me esperaba Pablo Anastasio en su casa y de allí arrancamos el sábado temprano.
A ritmo tranquilo pasamos por Río Colorado, General Conesa, San Antonio Oeste y Sierra Grande; nos llamó la atención que los cauces secos que bajan de la meseta de Somuncurá y cruzan la RN03 tenían agua, cosa que nunca había visto en mi vida.
Dado que veníamos muy bien, entramos a Puerto Madryn a saludar a algunos amigos y de paso ver como evoluciona el barrio donde compré un terreno. De allí hasta el Dique Ameghino fue un trámite. Guillermo Loza y Julio Sastre, que salieron desde El Bolsón, habían llegado un rato antes y nos esperaban ansiosos, mate de por medio.
Las dos SW4 de Nacho y DaniJIII salieron también el viernes y esa misma noche durmieron en Viedma. Al pasar por Sierra Grande, no tuvieron mejor idea (corrijo, Eduardo no tuvo la mejor idea) que asomarse a Somuncurá pensando que podrían llegar al Dique Ameghino por caminos internos, sin contar que las últimas lluvias han dejado grandes inundaciones y caminos destrozados en el interior de Río Negro y Chubut.
Nos llamó atención que anocheciendo en Ameghino no teníamos noticias de ellos, cuando sonó mi teléfono con una llamada de un número satelital donde nos informaban que todavía estaban en Cona Niyeu y que llegarían muy tarde o en la madrugada ya que debían desandar mucho camino.
Así las cosas, nos fuimos a cenar y luego a dormir, sabiendo que llegarían muy tarde, si es que llegaban hoy mismo.
Elsa se había adelantado y ya estaba en la zona de Comodoro recorriendo las estaciones del extinto y misterioso Ferrocarril de Comodoro Rivadavia a Sarmiento y se nos uniría en Las Heras.