SIEMPRE LA CULPA LA TIENE QUERALT
RECORRIENDO HUELLAS ABANDONADAS EN LA SIERRA DE GUAYAGUAS Y PAMPA DE LAS SALINAS
8 al 12 de Julio de 2015
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SÁBADO 10: ADRENALINA EN PAMPA DE LAS SALINAS
CHEPES - SANTA CRUZ - PAMPA DE LAS SALINAS - PUNTO TRIIFINIO - TORRE IGM - CORRAL DE ISAAC - QUINES - LA TOMA
Pese a despertarnos y desayunar temprano no pudimos salir enseguida; solamente lo lograron los motoqueros que se nos adelantaron ya que todos tuvimos que pasar por la gomería con mayores y menores problemas. La más barata la saqué yo con un simple pinchazo pero tanto Elsa como Tobhías tuvieron hacer varias reparaciones porque amanecieron en llanta.
Nacho, desconsolado, decidió volverse solo a Buenos Aires porque seguir sin auxilios era temerario.
Como no podía ser de otro modo, con David, fanáticos como somos de los ferrocarriles, nos fuimos a retratar la estación ferroviaria de CHEPES mientras los demás reparaban. La estación está bastante bien mantenida y hasta parece que de vez en cuando pasan trenes. De paso mientras hacíamos el aguante curioseamos algunas cosas más en esta ciudad.
Como las reparaciones de Elsa se seguían demorando aprovechamos para corrernos hacia el este y visitar otra estación más: SANTA CRUZ, la cual está dentro de un predio privado pero donde no tuvimos inconvenientes para ingresar.
Finalmente salimos rumbo a la Pampa de las Salinas con el objetivo primario de descorrer el velo de un par de llamativas lagunas permanentes en su extremo noreste, sin saber si el suelo flojo nos dejaría llegar.
Primero anduvimos bastante por viejos y polvorientos caminos transitables hilvanado pequeños caseríos hasta que accedimos a la costa norte de la salina, donde una huella marcada invitaba a adentrarse sin mucho riesgo. Así anduvimos por varios kilómetros sobre el inmaculado manto de sal hasta que nos pusimos a mínima distancia de las lagunas hacia donde no había huella alguna. Ahora era a suerte y verdad, con adrenalina a full.
Le apuntamos derecho al objetivo y durante varios tramos la bajada de cambios para no entramparse fue feroz pero extremadamente divertida.
Cada vez faltaba menos pero las lagunas no aparecían, hasta que ocultas por una suave elevación encontramos uno de los ansiados ojos de agua gigantes de aguas transparentes resguardado por playas de barro cenagoso. Concluimos que era el lugar ideal para cocinar y degustar los famosos huevos fritos con panceta que me caracterizan, además de tomarnos unas frías cervezas y por supuesto lo llevamos a la práctica. O acaso no nos gustan las actividades extremas?
El lugar era sensacional y tan bueno era que casi algunos se quedan a vivir, primero Tobhias y luego Elsa, enterraron sus mastodontes hasta los ejes en las arenas movedizas y costó mucho sacarlos. El suelo al saltar sobre él se movía como un colchón de agua…
Cuando se liberaron, ya engolosinados con desafiar a la salina, en vez de retroceder elegimos ir al encuentro de la huella que la cruza de este a oeste, saliendo de Bajo Corral de Isaac y que habíamos recorrido casi diez años atrás en Bandidos Rurales. No estaba muy alejada pero en terreno desconocido; sin embargo la logramos alcanzar sin inconvenientes.
Ya era media tarde y lo lógico, de acuerdo a lo planeado era empezar a volver a casa pero…
Pero al llegar a la huella, Elsa y Eduardo salen disparados hacia el oeste sin avisar. Era fácil imaginar adonde iban: a ocho kilómetros en el medio de la salina y alejado de la única huella más menos firme se encuentra el trifinio San Juan-San Luis- La Rioja. Por supuesto nos sumamos ya que cualquier excusa es buena para hacer fluir la adrenalina.
Nos acercamos lo más posible por la huella consolidada y los dos últimos kilómetros fueron a salina traviesa. Felizmente el piso estaba duro y llegamos sin dificultades. Marcamos en el suelo los límites y no sacamos las fotos respectivas.
Lo que se consigue fácil te impulsa a extender los límites y entonces saltó la propuesta: Y ya que estamos, ¿porqué no nos llegamos a la torre del IGM al otro lado de la salina?
Nadie dudó y salimos disparados en línea recta, obviando la huella consolidada, a cubrir los enigmáticos 8 kilómetros salina traviesa. En particular yo piqué en punta en quinta a fondo por la inmensa planicie blanca y no hubo inconvenientes hasta que faltaron sólo 2000 metros a la torre. Allí noté pérdida de velocidad y por el espejo retrovisor empezaron a quedar marcadas mis huellas en la sal.
Bajé a cuarta, siempre a fondo, pero el efecto persistía. Puse tercera, también a fondo (sonaba muy lindo la Pampa 02), mientras le avisábamos a los mastodontes de Elsa y Tobhías que vengan con extremo cuidado. Una encajada allí y nos quedábamos a vivir y pedíamos la ciudadanía puntana.
A 1500 metros tengo que bajar a segunda, siempre a fondo, mientras mentalmente pensaba cuantos cables de malacate y eslingas harían falta para engancharme a la torre del IGM
A 1000 metros jugué la última ficha: puse primera con el motor a más de 7000 RPM y comencé a rezar…
No sé si fueron los ruegos o la fuerza de la primera de baja, la cuestión que alcancé a llegar a tierra firme con la torre del IGM a la vista. Elsa y Tobhías venían un poco más atrás cortando los mismos clavos que yo, pero al final, también zafaron.
Llegamos a la torre y ahora sí dimos por terminada la travesía (¿?). Sacamos fotos, algunos se treparon a la estructura y decidimos volver, ahora si sobre la huella consolidada, para no correr riesgos.
Bueno, pero la huella consolidada resultó que tenía al principio sectores bastante blandos, no tanto como los anteriores, pero suficientes como para atraparte en un descuido. Luego se puso más dura y permitió alcanzar casi 120 km/h sobre la sábana blanca, una sensación absoluta de libertad.
Dejamos la Pampa de las Salinas y nos metimos por los polvorientos caminos rumbo a Quines y pese a tener opciones más cortas, la emprendimos el mismo camino que habíamos hecho aquella banda de 20 motos, 10 ATV y 15 chatas en Bandidos Rurales. Por supuesto todo se alargó (el camino estaba hecho percha) y llegamos de noche a Quines, donde los ferroviarios apenas pudimos sacar alguna escueta foto de la estación terminal del ramal que venía de Milagro.
Como no era muy tarde, después de cargar combustible y tomarnos un cafecito, decidimos seguir hasta La Toma, así nos quedaba menos largo el enlace del domingo.
Además de alojarnos en un humilde hotel (creo que el único de La Toma), fuimos a cenar a una parrilla todos juntos, festejando el éxito de la expedición y antes de ir a dormir, con David, no pudimos con el genio y fuimos a fotear la estación ferroviaria. Un sábado a la noche todos de joda y nosotros sacando fotos de una estación fuera de servicio...
Prometo que la próxima vez que pase de día les muestro mejores fotos de esta hermosa estación, hoy utilizada como sede de la Sociedad Agrícola de Quines
Estas fotos están un poco mejor que las anteriores pero también prometo mejorarlas cuando pase nuevamente por aquí. Consideren que era casi medianoche de sábado...
DOMINGO 11: TRANQUILO REGRESO A CASA
LA TOMA - VILLA MERCEDES - LABOULAYE - RUFINO - CORONEL ROSETTI - JUNÍN - CHACABlUCO - LUJAN - SAN MIGUEL - FLORENCIO VARELA
Habíamos quedado en salir cada uno por su lado para estar confortables. Con David acordamos salir bien temprano y lo hicimos: a las cinco de la mañana ya estábamos en viaje.Pensábamos hacer algunas incursiones más por estaciones pero al final solo nos desviamos fugazmente para conocer
CORONEL ROSETTI.
El resto fue un tranquilo viaje que desembocó en San Miguel a eso de las dos de la tarde en la casa de David y a eso de las 15:30 estaba ya en casa.
El recorrido del díaUn fuerte olor a aceite me hizo investigar los bajos y ahí descubrí que había doblado el puente de la caja y entonces al trabajar el cardan fuera de posición había tirado algo de aceite por el retén. Nada serio para una travesía jodida como fue ésta. Como siempre, algo hay que reparar, es el precio justo de estos viajes.
El puente de la caja, antes y después de la reparaciónAgradezco a todos la gratísima compañía y especialmente a David, a quien conocía únicamente por Facebook y con eso solamente engranamos un excelente equipo y la pasamos muy bien.
No me voy a hacer responsable de los que David lo que haga con su chata de ahora en más, valga como un formal deslinde responsabilidades, sobre todo con su esposa.
Hasta la próxima
Pampa
Setiembre 2015