DIA 12: Martes 31 de Enero de 2006 –   CORTANDO LEÑA A ORILLAS DEL RIO MAYER

                Y el sol en la cara nos despertó, tal lo planeado. Montiel y el otro Sergio ya habían prendido el fuego y el mate estaba circulando. El lugar, ahora de día, era increíble: un bosque cerrado de antiguas lengas, muchas de ellas caídas de mucho tiempo atrás como muestra de lo duro del clima en otras épocas del año, un césped como de una cancha de golf, montañas nevadas nos rodeaban y a lo lejos, el desconocido río Mayer.  

 

                Leña había para cargar una flota de camiones, así que los Lada empezaron a seleccionar y a hacer montones para después subirlos al camión.  

                Nosotros nos fuimos al Mayer a intentar sacar alguna trucha y aportar para el almuerzo, lo que resultó infructuoso. Este río es de un caudal enorme y desagua al Pacífico y según me contaron, a veces lo vadean un poco más al norte, conectando con Villa O´Higgins en Chile, el lugar más al sur que alcanza la famosa Carretera Austral. No lo veo muy fácil. En el camino encontramos una tacita colgada de un árbol, vaya a saber cuantos años atrás.....

                Volvimos cerca de medio día y mientras se asaba algo de la carne de anoche, nos pusimos a ayudar con la leña, primero jugando a tumbar y arrastrar troncos con el malacate y después, en serio, a apilar prolijamente la leña sobre el camión, que pobrecito no le pensaban perdonar pese a estar convaleciente de la rotura de ayer.  

                Lo que trabajaron Eduardo, Sergio y Montiel con la motosierra y el hacha era increíble cuando se veía la montaña de leña que había sobre el camión, al caer la tarde.  

            Mientras tanto volvimos a recorrer el área y nos fuimos con la Vitara hasta la orilla del Mayer, para bautizar las ruedas delanteras con sus aguas, para lo cual tuvimos que ir abriendo camino corriendo troncos y trepando cuestas por las que sin duda nadie había pasado antes. Los chicos y las mujeres se entretuvieron construyendo un refugio de troncos que luego Sergio utilizaría para dormir. La próxima vez que viniésemos aquí, tendríamos un confortable refugio construido.

                Como el viaje se había extendido más de lo planeado, la cena se preveía escuálida, pero Eduardo tenia un as en la manga: en un descuido se había corrido hasta la estancia Entre Ríos y un cordero recién sacrificado, estaba esperándonos para que lo asemos. Íbamos a tener que hacer el sacrificio de otro exquisito asado nocturno.

                Nos quedamos hasta tarde charlando animadamente después de la cena y otra vez Eduardo nos sorprendió con una mateada atípica: bombilla metálica normal, mate construido con un ananá ahuecado y cebado con.... champagne !!!!!!. . Esto sí que es vida y no Buenos Aires.

            Después de un día intenso, nos fuimos a dormir. Mañana tendríamos un largo día de enlaces.

            Mas fotos en el Album de Rio Mayer