Viernes 13 de Agosto de 2010
DIA 1: ENLACE DE IDA, CON INGREDIENTES (III - Punta de los Llanos a Guandacol)
Seguimos por la RP 38 y vimos algunos apeaderos perdidos en el monte pero no nos detuvimos. La próxima parada fue PUNTA DE LOS LLANOS, donde el edificio se encuentra razonablemente bien de salud edilicia y bajo la custodia de la comuna. Al menos esto es lo que nos contó un poblador que se acercó a ver que hacía un par de locos sacando fotos a lo loco por ahí.
Fuente: Nomenclatura de Estaciones de la República Argentina - E. Udaondo (MOP)
La curiosidad fue la presencia de árboles de palo borracho de tamaño descomunal, especialmente uno de ellos, algo para mi inusual en un clima tan seco como es el de los llanos riojanos. Alguien se ocupó de regarlos prolijamente en el pasado.
Próxima parada era PATQUÍA. Por la hora concluimos que todavía faltaba bastante para que Tobhías nos alcance, así que seguimos de largo hacia la confluencia 30°S 67°O, que nos esperaba a unos 700 metros a la derecha de la ruta a Chilecito, en el medio del monte. Tratamos de encontrar por donde entrar con la chata pero fue infructuoso por alambrados y tranqueras con candado, así que finalmente dejamos la chata en la banquina y nos metimos a pie en el monte por una especie de cortafuego.
Con un poco de esfuerzo, ya que el cortafuego duró muy poco, conseguimos llegar al imaginario cruce de coordenadas, donde encontramos vestigios de una marca dejada por los anteriores visitantes, la cual reforzamos con algunos palos más, alimentando el ritual confluenciero.
Rolo ya no era virgen en la cuestión de las confluencias y en mi caso alcancé la número 100 de mi cosecha; justo casualmente esta confluencia fue la primera que visitó Federico Kirbus, el mentor de este viaje.
Volvimos a PATQUÍA sin noticias de Tobhías, así que para matar el tiempo fuimos a completar la estación que nos faltaba de este ramal, la cual está utilizada por una FM local, la 98.7, lo cual le permite seguir viva con otra actividad diferente.
Fuente: Nomenclatura de Estaciones de la República Argentina - E. Udaondo (MOP)
Así, después de dar una vuelta por el pueblo, nos fuimos a la estación de servicio a esperar a nuestro compañero demorado y allí mensajeamos al resto con nuestra posición. Al rato recibimos respuestas de Tobhías y de los rosarinos que estaban muy cerca y de ese modo, a eso de las 15:00, sin proponérnoslo ya estábamos juntas todas las chatas de la expedición.
Allí muchos de nosotros pudimos ponerles caras a los nicks de los foros de Internet y empezamos a transitar juntos cuatro inolvidables días de aventuras riojanas.
Dado que era temprano, hicimos el primer acuerdo unánime y decidimos ir por la Cuesta de Miranda que la mayoría no conocía. La mítica RN 40 tenía que formar parte del viaje.
Y lo bien que hicimos: el mal tiempo de los días anteriores nos la había dejado espolvoreada con blancos copos de nieve, lo que le daba un toque adicional de distinción a su belleza habitual. La nieve que encontramos a más de 3000 metros no nos auguraba nada bueno para nuestros propósitos cordillera adentro, pero la decisión ya estaba tomada. Las fotos no necesitan epígrafe...
Y así llegamos a Villa Unión donde nos hicimos de los últimos pertrechos para la expedición, especialmente los ingredientes para el pollo al disco del sábado a la noche.
Los últimos cuarenta kilómetros hasta GUANDACOL fueron al atardecer, donde después de cargar combustible, nos alojamos en la Hostería San Bernardo en las afueras del pueblo, un excelente lugar tranquilo para hacer el campamento base. Allí estaban ya instalados los motoqueros quienes estaban preparando sus infernales corceles para encarar con nuestro apoyo, la aventura del Cuerno.
Cenamos unos exquisitos ñoquis con pollo mientras diagramamos las actividades del día siguiente: saldríamos hacia Las Cuevas, al Puesto de Yuri y de allí a los Barreales de Umango y quizás a la mina “Incógnita” a través de nuestros tracks teóricos, volviendo por la quebrada de La Champa al Puesto de Yuri, donde pasaríamos la noche para aclimatarnos a la altura.
Quedamos en salir temprano, pero por el cansancio de todos no parecía muy creíble.