NO AL ASFALTO, PERSIGUIENDO TRENES FANTASMA
01 al 03 de Abril de 2010
JUEVES SANTO (Yerbas - Espigas)
A partir de General Alvear el ferrocarril esta desactivado y en algunos sectores, sus vías levantadas: se abren dos ramales, el que se dirige a Olavarría y el que sigue a Huanguelén y Pigüé.
El que sale a Tapalqué tiene sus vías aún y dada la cercanía del camino pasamos por la primera de sus estaciones, YERBAS (#5) , la cual parece habitada y se la ve muy bien cuidada. Como no era el eje del viaje planeado y no vimos gente, sólo le sacamos algunas fotos desde lejos. Su nombre se debe a los pastos y hierbas que crecen en las praderas naturales del país y se encuentra en el partido de Tapalqué.
Nuestro derrotero elegido era por el otro ramal, entre General Alvear y Recalde, donde sólo se yerguen las estaciones y algún que otro vestigio del levantamiento de vías, como ser alguna señal incompleta, mampostería de alcantarillas o cosas por el estilo.
El ramal levantado no daba siquiera señales de presencia para seguirlo y encontrar EMMA (#6), la cual hallamos a puro GPS, por intrincados caminos rurales. Y vaya sorpresa allí: si no fuera porque no están las vías, de lejos parecía una estación a estrenar: nomencladores, pintura impecable, un parque con el pasto cortadito, prolija arboleda… pero no se veía nadie y encima estaba llena de perros no muy amistosos.
Casi nos conformamos con sacarle fotos con el zoom hasta que apareció un vecino que nos dijo que seguro estaba la dueña dentro, que si golpeábamos fuerte las manos seguramente nos permitiría entrar. Llamamos y apareció una mujer que pareció no muy entusiasmada de dejarnos pasar pero solo fue una impresión falsa: no sólo nos dejó pasar sino que nos mostró cada detalle de su casa, como si nos conociera desde siempre.
Y nos sorprendió lo bien restaurada que está esta aislada estación en el medio del campo. Claro está habitada por dueños legales: el nieto de la dueña original de las tierras vendidas a los ingleses para construir el ferrocarril, Emma del Carril de Erdmann, tuvo la fortuna de poderla recuperar comprándola y tenerla en propiedad y allí vive con su esposa, la mujer que nos atendió.
Mientras sacábamos fotos a granel, suena una llamada en el celular de la dueña de casa: era su marido, que se había encajado en el campo con su chata y necesitaba ayuda para salir.
El destino nos había puesto en el lugar indicado, así que como se imaginarán me ofrecí a ir a buscarlo con la Vitara, paladeando chapalear un poco de barro y de paso dar una mano a alguien.
Atravesamos el campo y lo vimos a lo lejos en el borde de una laguna que tapada por los pastos altos había atrapado a la Ranger tenuemente en sus orillas. Un tironcito y salió enseguida.
Los que no salimos enseguida fuimos nosotros ya que no hubo forma de convencerlos a Monina y a Torico, nuevos amigos, que no nos quedáramos a comer con ellos, aunque tampoco fue un esfuerzo muy grande ya que buena comida y mejor compañía no eran para despreciar.
Así que sin planearlo estábamos comiendo una picada y una riquísima pizza en la estación EMMA en compañía de la historia viviente de la misma, lo que nos permitió conocer mucho del pasado de la estación y de la zona. Un lujo.
Pese a las ganas de quedarnos más tiempo, tuvimos que irnos, sin antes agendar los datos de tan buena gente para volver alguna vez a ese encantador lugar.
Como si fuera poco cuando voy a buscar la chata me encuentro cantidad de hongos comestibles que por supuesto recolecté para agregar al pollo al disco planeado para la cena.
A partir de EMMA el camino se monta sobre el terraplén ferroviario y está en perfecto estado, lo que nos permite llegar rápidamente a la próxima, SAN BERNARDO, en el partido de Tapalqué. Este nombre es por el patrono del propietario de las tierras en que se ubicó la estación, Don Bernardo Graciarena.
SAN BERNARDO (#7) debe haber sido un lugar de cierta importancia a juzgar por la imponente construcción de un almacén de ramos generales o algo así, que con las cortinas bajas y sin techo, agoniza junto con la estación.
La estación está habitada y después de haber estado en EMMA ya nada parece cuidado pero en realidad no está tan mal. Tiene los nomencladores y el tanque agua pero todo lo demás se ha convertido en un potrero sin vestigios ferroviarios.
El camino, ahora paralelo a las vías donde todavía podemos apreciar algunos puentes y alcantarillas en pie, nos conduce a la siguiente escala, ESPIGAS (#8), que es un pueblo de cierta importancia en el partido de Olavarría, muy próximo al centro geográfico de la provincia de Buenos Aires (Próxima expedición del Pampa).
El nombre de ESPIGAS fue para recordar las espigas de trigo y maíz que eran y son una importante fuente de riqueza de la región. Esta estación se la ve bastante cuidada aunque no parece habitada. Todos los elementos ferroviarios excepto las vías están: nomenclador, tanque de agua, galpones, alguna señal…
Nos dimos una vueltita por el pueblo destacándose la típica tranquilidad y prolijidad del interior de la provincia. Debe tener unos 1000 habitantes. La vuelta fue cortita: el pueblo es muy pequeño.