AXW 352 - CAL 911 - aren@rena - HIF 438

 22 al 25 de Octubre de 2010

LA CUESTA DEL VIENTO

                     Los cuatro que quedamos pasamos sin dramas la subida del arenal y quedamos frente a nuestro gran desafío: nos estacionamos en una explanada a 4300 msnm a pensar la estrategia para encarar la Cuesta del Viento mientras el ídem nos azotaba del mismo modo que en el intento anterior: menos mal que en Octubre no había viento….

                    La verdad que desde “abajo” no parecía tan difícil pero no nos olvidábamos que la vez pasada no habíamos pasado de la mitad, salvo Tobhías que nos había “humillado” con la Super Chero ex_Mug subiéndola regulando. La pendiente no intimida pero el piso es flojo y está lleno de piedras filosas y grandes, apoyadas sobre arena.


La foto no muestra lo complicada que es la Cuesta del Viento, señalada por Coraje


Allá vamos...

                    Los primeros decidimos encarar por la zona de menos pendiente y más larga ya que era lo que la lógica indicaba. Hugo primero y yo después, llegamos un poco más arriba que la vez pasada pero ambos quedamos mitad camino de nuevo. Incapampa encaró muy rápido por la zona de más pendiente y más corta y acertó. Se fue hasta arriba casi sin problemas y desde nuestra perspectiva lo perdimos de vista.   Coraje con la Patruya, más poderosa pero más lenta, también encaró la zona de menos pendiente y subió unos 50 metros más que nosotros. Si bien la situación no era la ideal, ya teníamos “escalones” para poder malacatearnos entre sí.

                    El asunto fue que el viento era infernal y que no lo íbamos a resolver con un par de tiradas de malacate como nos imaginábamos: nuestra estimación del desnivel de 50 metros de subida brava en realidad eran más de 250 metros de desarrollo. Otro remedio no había y empezamos a subir en trencito, Hugo se enganchaba a la Patruya, que lentamente se las ingeniaba para seguir subiendo por sus propios medios y yo me anclaba a Hugo, subiendo a velocidad de malacate. Todo era lento y tortuoso: desenrollar cable, subiendo y bajando a casi 4500 msnm era realmente cansador. Por suerte a varios nos afectó poco la altura.


La trepada era tortuosa hasta para hacerla a pie



Peleamos metro a metro desde el principio

 
El pedregal era muy importante como verán


Trabajo,


trabajo y


y más trabajo, a 4450 msnm


Lentamente seguíamos subiendo

                    Finalmente la Patruya, metro a metro, siguió subiendo hasta que alcanzó el escalón salvador de los 4500 msnm y entonces con un par de eslingas adicionales y malacates enfrentados se consigue izar también a Hugo y su Toyota con la ayuda de Incapampa, que ahora con el respaldo de la Patryua pudo descender un poco para ayudarnos.

 

Último esfuerzo con la ayuda de Incapampa.

                    El mismo método con más eslingas,  lo usamos conmigo, aunque ahora, el uso intensivo previo de los malacates se comió las baterías y empezamos a tener ese problema extra. En mi caso en la cuarta tirada no tenía más batería, lo que me obligó a mantener acelerado el motor para recargarla.

                    Faltaba solamente yo, separado por dos cables de malacates extendidos y seis eslingas, siempre en el medio del viento huracanado. Hasta ahí había sido paciente y me había aferrado al uso de malacate únicamente.  Al malacate y a un esfuerzo extraordinario de subir y bajar a pie para extender el cable  y a desconectar eslingas y grilletes, cosa que a 4500 msnm es una tarea titánica. Sorprendentemente salvo a veces para tomar un poco de aliento, ni rastros del apunamiento.

                    Las eslingas con grilletes y todo se volaban como la cola de un barrilete y había que ponerle piedras encima cuando no las usabas: era increíble la fuerza del viento. Costaba mucho hablar entre nosotros por radio fuera de las chatas por ruido del viento. Parece una tortura pero para los que nos gusta esto, es genial.

                    Mi copiloto Marcelo estaba un poco afectado por el mal de altura pero se puso a cargo el manejo del malacate y de la chata mientras yo me ocupaba del trabajo más pesado afuera de la chata.

                    Y entonces tal vez  cometimos el error de querer apurar las cosas: cuando los malacates empezaron a flaquear por descarga de las baterías (A mí desde abajo se me desconectaba hasta el GPS por falta de alimentación y a Incapampa desde arriba se le cortaba el Vigía), en lugar de esperar, tomar unos mates y recargarlas, empecé a querer ayudar con la tracción. Y finalmente yo también llegué arriba con el último tramo usando una primera baja a fondo de 6000 RPM.

                    Bueno, cuando ya había pasado lo peor y la laguna estaba a escasos 7 km en línea recta y con algunas cuestas intermedias pero no tan jodidas como la que terminábamos de subir, nos pusimos a acomodar el manojo de eslingas y a tomar aire (como si no hubiéramos tomado un poco). Y ahí sobrevino lo inesperado: pongo en marcha para seguir y descubro que el pedal de embrague se había ido a fondo y que los cambios entraban y salían normalmente pero la chata no se movía, como si el disco de embrague se hubiera evaporado de golpe.  No se imaginan mi bronca !!!  Había pasado el obstáculo mayor ¿ y ahora ?

                    Mi preocupación era que no iba a poder llegar al Cuerno y eso que el problema en serio iba a ser bajar de ahí arriba sin tracción para volver a la civilización: Guandacol estaba a 90 km y 3000 metros más abajo, gran parte de ellos off-road. Lindo lugar para romper la chata…

 
Aquí estaba en el momento de máxima satisfacción: habíamos vencido la Cuesta del Viento  !!!


y acá en el momento de máxima bronca, cuando me doy cuenta que había sido una victoria a lo Pirro...


Esto lo vi muchos días después al desarmar el embrague: tanto el disco como la placa se destruyeron.

 
No quedó otro remedio que quedarnos a esperar que el resto del grupo pudiera coronar el esfuerzo


Un par de horas en silencio esperando, las aprovechamos para disfrutar igual de estos paisajes inigualables

                    Como no había lugar en las tres chatas que quedaban, que ya se habían completado con los Arriola, con todo el dolor del mundo, con  Marcelo nos quedamos a esperar a que el grupo consiguiera el objetivo y a escucharlos por VHF. Alguna remota esperanza que al enfriarse volviese a la vida me quedaba….

                    Ver alejarse las tres chatas por los filos a más de 4700 metros fue un gran sufrimiento sólo amortiguado por saber que el grupo podía seguir y que lo lograría. Intenté ajustar el cable del embrague y alguna que otra cosa desesperada pero el problema no lo pude resolver, así que no quedó otro remedio que esperar adentro de la chata zamarreada por el viento que soplaba más y más. Solos en el medio de la nada disfrutando del paisaje y masticando bronca, bauticé el lugar como “Kaput Clutch”


Hasta acá llegué, a 4513 msnm, con la laguna casi al alcance de la mano (Kaput Clutch).

                    Otra consecuencia de mi situación fue que el grupo tuvo que abortar el potencial regreso por la Quebrada de las Varas, ya que deberían venir a rescatarme por el mismo camino.  Casi una hora después, escuchamos con dificultad que el objetivo se había cumplido cuando Tonga nos anuncia que éramos Cornudos !!!.

                    Pese a no poder haber estado allí, nos pusimos muy contentos por el logro. Por otra parte, el hecho que no se hayan sumergido a buscar los lingotes de oro, al menos dejó la posibilidad de tener una excusa muy fuerte para volver...


Con alegría vimos como los compañeros de "cordada" volvían con el éxito en sus alforjas


Pude al menos ver fotos no satelitales de la Laguna del Cuerno. A la derecha la planta que le cede el nombre.

 
El grupo en la laguna del Cuerno. Cómo siento no haber podido llegar... !!!


Le robé una foto a Néstor para homenajear a los motoqueros, que también llegaron el día anterior

 

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