TRES VOLCANES EN MINIATURA
17 al 20 de Junio de 2011
4) ASCENSO A EL ESCORIAL
Como no podía ser de otra manera, el amanecer nos tenía deparado un espectáculo que, no por repetido, no te deja de sorprender cada vez. Vean, si no...
Siendo el más veterano de la expedición, fui el que se levantó más temprano; a las 7:30 estaba arriba. Tenía que preparar los clásicos huevos fritos con panceta que había prometido, así que me aboque a encender el fuego y disponer todo lo necesario. Había que festejar de algún modo el Día del Padre….
Lentamente se fueron levantando todos y mientras desayunábamos “frugalmente”, fuimos desarmando el campamento y acomodando las chatas. Tardamos bastante ya que el día anterior había sido muy largo y todos estábamos cansados. Recién a las 10:30 nos pusimos en marcha.
Pasamos por El Puesto ya que uno de los puesteros, Grabiel nos dijo que quería acompañarnos al Escorial (Amarillo según le dicen ellos) y se sumó como copiloto de Pablo. Le encargamos a don Felipe que nos prepare un cordero para llevarnos al regreso, como una manera de colaborar comprándole algo. Sería bueno armar una solidaria para traerles algunas cosas que necesitan. Les dejo algunas cosas interesantes que vimos allí.
Cerca del Escorial, esta gente tiene otro pequeño puesto con una aguada, Los Charitos, así que hasta allí hay una huella bien marcada que resultó muy entretenida para manejar.
A partir de allí, a unos dos km del volcán comenzó el offroad, al principio liviano con suelo arenoso esquivando alpatacos y luego bastante más desparejo y pedregoso. La JIII estándar avanzó hasta donde pudo y su tripulación se pasó a las otras chatas para no arriesgarla sin necesidad.
Le fuimos buscando la vuelta y nos arrimamos a la base del volcán, donde la trepada se ponía más jodida. Ya se podía llegar fácilmente a pie, pero alguna chata tenía que coronar un volcán por lo que la Pampa 02 se sacrificó y siguió avanzando por entre las piedras subiendo por un cañadón que llevaba a la cima. Además de las piedras, el problema adicional eran los alpatacos y los tronquitos de jarilla muy afilados que obligaban a maniobras muy precisas, siguiendo las indicaciones de Rolo y Pablo que me guiaban.
Cuando faltaba poco para coronar el Escorial, un descuido y una jarilla tajeó el lateral de una cubierta delantera obligando a repararla provisionalmente con parches rápidos y el matafuego.
Finalmente, después de la reparación pudimos llegar a la cima, estacionando al costado de la infaltable mesita de los muchachos del IGM. Según Don Felipe González, ninguna chata había llegado hasta la cima. Sea cierto o no, nos llevamos la satisfacción de lograr el objetivo.
El Bonus Track fue que siendo el Día del Padre, la altura del Escorial nos permitió tener señal de celular para comunicarnos con nuestras familias. La razón era que teníamos visual con la zona del Auca Mahuida en Neuquén, donde la actividad petrolera desarrolló importante infraestructura celular.
Como recuerdo, en la mesita del IGM, dejamos una bandera argentina y un banderín de Racing. Si sale campeón vuelvo a buscarlo…
Desandamos el camino, recuperamos la JII y ya sobre la huella, paramos a comernos una bruta picada. Aproveché la detención para poner el auxilio porque los parches rápidos comenzaron a perder un poco ya que no son lo mejor para los tajos laterales.
Volvimos al puesto, donde pasamos a buscar el cordero que le habíamos encargado a Don González. Nos despedimos de nuestros amigos prometiendo volver apenas podamos. Da gusto encontrar gente tan hospitalaria en estos lugares.