LATITUD 29: UNA LOCURA DE VERANO

8 y 9  de Enero de 2011

CONFLUENCIA 29°S 64°O

Llegamos a la RN09 donde un breve trayecto hacia el sur nos puso a la altura del paralelo 29, frente a un mágico cortafuego con destino confluenciero, tal como el Earth Google nos decía. Estábamos a 3.5 kilómetros en pleno mediodía con un calor infernal, pero los once sacrificados expedicionarios no dudamos en ir todos a capturar la 29°S 64°O que casi ocho años atrás se le negó nada menos que a Eduardo Cinícola.

Alrededor de una hora de caminata, casi toda por el cortafuego costeando un alambrado y el resto atravesando monte algo raleado, nos puso encima de la tercera captura exitosa del viaje. Para la foto, armamos un monolito con ramas y con todos los GPS. El regreso nos llevó el mismo tiempo y decidimos ir hasta “El 49” para ver si conseguíamos nafta para Tonga.

 
Pese al intenso calor del mediodía, nos largamos a recorrer los 3.5 km del cortafuego

 
Con prisa y sin pausa, ya que no había mucho tiempo para perder. Todavía teníamos otra más después de la 2964

 
No nos iba a parar un alambrado, ya estábamos cerca !!!!

 
Así nos tenía el calor del mediodía....


Al arrimar a la confluencia, el desmonte todavía no era completo, aunque nada que ver con las dificultades de Cinícola


Finalmente llegamos !!!

 
Armamos una curiosa pirca tecnológica para la foto de un valor aproximado a los 4000 U$S


Todos menos Hugo, que sacó la foto, posando para la tercer captura consecutiva
 
 
Mediciones y festejos en el sitio


Vista al Norte


Vista al Oeste y evidencia GPS

 
Vistas Sur y Este

ENLACE RODEANDO EL SALAR DE AMBARGASTA

 
El páramo creado alrededor de una parada del ferrocarril salinero en el Km 49,  "El 49"

“El 49” era una parada del extraño ferrocarril que se internaba en los confines del salar de Ambargasta, que pudo sobrevivir debido a su cercanía con la RN09. Todo el resto asociado al ferrocarril se murió y está desapareciendo corroído por el óxido y el abandono. Conseguimos nafta súper a 7,50 $/litro: se ve que por acá pasó el Dakar y se elevó la cotización….

A partir de aquí seguimos la traza del ferrocarril, previa detención para almorzar en las afueras del pueblo, para lo cual improvisamos un “techo” con el portón de la SW4 y una sombrilla sobre la caja de Toyota de Hugo. Había empezado a llover un poco, así que la solución fue una maravilla.


El improvisado "Mc Hugo" Sucursal Ambargasta, atendido por las chicas

Nuestro próximo objetivo era atravesar el salar de Ambargasta, lo cual era una incógnita debido a que desconocíamos la actual situación acuática del mismo. Google Earth mostraba una huella que cruza en forma recta a la altura del km 88 del ramal ferroviario y hacia allí seguimos.

Este ramal, denominado “Seghezzo” por el nombre de la compañía que explotaba la salina, tiene la particularidad de que está construido con durmientes metálicos, una muy rara elección para un suelo salitroso. También curiosamente no ha sido levantado: el óxido ha hecho lo suyo y la vegetación lo está devorando, al más puro estilo del “Mundo sin humanos”. Esta vez el objetivo era otro, así que descartamos hacer investigaciones de arqueología ferroviaria, que sin duda hubieran estado interesantes. Les acerco un cuento de personajes de la zona de mi amigo Héctor Benedetti, "Un trato Justo"

 
La huella sigue a los restos del ramal ferroviario a la salinera, el "Seghezzo"

 
Está muy poco transitada y erosionada por las lluvias; hay que andar abriendo y cerrando tranqueras

En el Km 88 apareció el desvío que buscamos pero una tranquera con candado cortó nuestras intenciones. Había una escuela de 1920 abandonada , un casco de una estancia importante también abandonada y un montón de autos viejos a medio desarmar se veían atrás del alambrado. Si bien se notaba claramente todo deshabitado desde hacía mucho, el aspecto era bastante bueno y no se condecía con un lugar tan solitario. Alguien viene de vez en cuando por acá.

Antes de claudicar, nos metimos a pie a ver si había modo de sortear la tranquera sin violentarla y chequear que la huella seguía más adelante después del casco.  Obtuvimos un NO para lo primero y un SI para lo segundo, lo que nos  desanimó un poco: no quedaba otro remedio que rodear el salar por el sur, obligándonos a una vuelta enorme.

Ahora estábamos jugados con el tiempo pero con fe inquebrantable para lograr la cuarta conquista.

Pablo Anastasio interrogó a un puestero el que le confirmó que la huella que cruza el salar existe pero que la mayor parte del año es intransitable porque está cubierta de agua y que esa es la situación actual, así que por suerte no insistimos.

 
Llegamos al km 88 y una tranquera con candado nos paró. Y ahora qué hacemos? - dice Tonga con su gesto

  
Entramos a pie con la esperanza de encontrar a alguien que nos abriera el candado. Extraño lugar, deshabitado completamente, abandonado
pero no del todo, como si todos se hubieran ido de repente, como de apuro


Vestigios que alguna vez hubo locomotoras tomando agua por aquí

  
Dentro del predio encontramos un bulldozer que podría habernos sido útil en algunas ocasiones

 
Los simpáticos cerditos del poblador que nos informó la imposibilidad de cruzar el salar de Ambargasta

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