VOLCANES, CAÑONES, SALARES, DOLINAS, AVIONES Y SOLIDARIDAD
(LA TRAVESÍA DE LA REMOLCADA INCREÍBLE)10 al 18 de Noviembre de 2012
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LUNES 12 DE NOVIEMBRE DE 2012
En el Reino de las Ignimbritas
Después de una noche fresca pero mucho más llevadera que la anterior, amanecimos con otro día radiante. Mientras tomábamos temperatura nos percatamos que aunque hubiéramos querido seguir, el cañadón siguiente no era tan sencillo de encarar porque las bajadas eran sin retorno, pero de veras. Por los lugares que teníamos cerca, no volvíamos más ni a pie: apurados, anocheciendo, hubiéramos hecho macanas. El campamento fue oportuno y en un lugar perfecto.
Mientras desarmamos el campamento y desayunamos aprovechamos para observar de cerca las curiosas formaciones que nos rodeaban compuestas por rocas blandas de color blanco y rosado que componían estructuras y formas inexplicables, seguro que por erosión eólica. Ya lo apreciarán en las fotos.
Salimos a buscar como seguir hacia el norte para cruzar el profundo cañadón que se interponía pero invariablemente no nos animábamos a tirarnos por la fuertes pendientes; al corrernos hacia el oeste una larga pero todavía temeraria bajada nos dio la chance y nos largamos sabiendo que seguramente por allí no podríamos recular, pero que más daba: recién era martes, teníamos cuatro días para salir…
La cuestión que al caer dentro del cañadón nos percatamos que un poco más al oeste una bifurcación nos introducía en los prolegómenos de uno de los cañoncitos, así que sin dudar le apuntamos ahí.
Las condiciones de marcha cambiaron: nos metimos en una vega verde, con un pequeño pero molesto arroyito, con mallines, rocas y pendientes laterales. Cada vez más estrecha y profunda, le iba dando forma real a los cañoncitos visualizados en el Earth Google.
Costaba bastante avanzar porque a cada rato había que cruzar el arroyito y obligaba a manejar con precisión para no quedar colgado, cosa que alguna vez no pudimos evitar.
Denis se mandó adelante y avanzó mucho más que el resto, pero realmente se puso muy tortuoso cuando llegamos a la boca del primer cañoncito, un verdadero espectáculo por el cual valió la pena el esfuerzo de llegar a él. Decidimos darnos por satisfechos con haber llegado aquí; continuar era arriesgar demasiado a romper algo y en cierta medida el objetivo se había cumplido y teníamos muchos otros por delante. Indudablemente es una zona que tiene muchísimo para explorar, sobre todo la posibilidad de bajar por el río Blanco hacia Tacuil como abriendo el Paso del Colifa Norte, que sin duda no debe ser fácil, pero atractivo es atractivo. El guante ya está echado…
Pese a desistir de avanzar por dentro el cañoncito, nos quedamos con ganas de ver más, así que tratamos de trepar por los filos para asomarnos por arriba. Desandamos bastante hasta encontrar un lugar trepable y seguimos yendo hacia el norte en búsqueda del segundo cañoncito.
Moverse empezó a hacerse complicado porque reaparecieron los coirones y los cañadones eran cada vez más abruptos; no obstante nos asomamos al segundo desde arriba y era tan bonito como el primero. Quisimos bajar pero fue imposible esta vez. Nos aburrimos de sacar fotos a las rarísimas formaciones rocosas que se multiplicaban a nuestro alrededor, acicateando hasta el cansancio a nuestra imaginación.
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