VOLCANES, CAÑONES, SALARES, DOLINAS, AVIONES Y SOLIDARIDAD
(LA TRAVESÍA DE LA REMOLCADA INCREÍBLE)10 al 18 de Noviembre de 2012
<< Si no leíste la parte anterior, podés verla presionando el botón
LUNES 12 DE NOVIEMBRE DE 2012:
Rumbo a la base del Ingamayo, visitando dolinas
Decidimos salir, satisfechos de haber “descubierto” el Reino de la Ignimbritas, que indudablemente tiene mucho para dar. La salida no fue muy sencilla porque los coironales eran insufribles pero no había otra opción. Teníamos que encontrar una XX pergeñada por Eduardo que nos sacaría por el sur del cerro Bola pero costó bastante encontrarla. Cuando la hallamos la salida se simplificó porque realmente estaba bien inventada, como es habitual.
La XX nos depositó en la base del cerro Bola o Redondo (4543 msnm), después de bordear un extenso mallín salpicado de lagunas, donde la XX no era XX ya que estaba marcada la huella. Ya casi en el río de Los Patos, un puesto se interpuso en la huella cerrando claramente el paso. Claro está que estaba preparado para cerrar el acceso, no la salida. Enseguida la gente del puesto se asomó porque no entendía como habíamos llegado allí puesto no habíamos entrado por ahí.
Nos explicaron que tienen el paso cerrado porque los pescadores furtivos depredan las truchas de la laguna y a veces molestan a sus llamas. Con nosotros fueron muy amables y nos dejaron salir sin problemas pero no estoy tan seguro que nos hubieran dejado pasar si hubiéramos hecho el recorrido al revés. Como notarán es el segundo caso parecido en este viaje, lo cual es preocupante y exige que nos esforcemos en mantener buenas relaciones con los pobladores locales y que nos portemos muy bien con ellos y con el entorno si queremos seguir disfrutando libremente de estas maravillas.
A partir de allí un largo enlace hacia el norte bordeando y/o atravesando los salares del Hombre Muerto, Centenario y Ratones, donde se puede apreciar una vasta explotación minera.
El recorrido plano sólo se vio alterado por la visita a un supuesto cráter de un aerolito que habíamos visto en el Earth Google. Al mismo accedimos sin dificultad y realmente es algo muy curioso: un círculo perfecto de unos 120 metros de diámetro marcando una olla de unos 30 metros de profundidad en el medio de una planicie arenosa tapizada de coirones. Realmente es enigmático pero después de verlo in situ nos inclinamos por pensar que se trata de una dolina, es decir que se pudo haber generado por el desplome del techo de una cueva a subterránea creada por la disolución química de cierto tipo de rocas al infiltrarse agua en ellas.
Después de este fugaz “descubrimiento” le pusimos las proas al Cerro Ingamayo, en cuya base debíamos acampar, para intentar su conquista al día siguiente. Dudamos entre ir a Pastos Grandes y volver para repostar combustible porque empezamos a sentir vacíos los tanques. Decidimos jugarnos ya que si en Pastos Grandes no había, la hacíamos aún más difícil.
Por un bien trazado camino que nos hacía dudar respecto de la presencia de alguna minera que nos cortase el paso, llegamos a la base del cerro el cual se nos presentó imponente. Unos pocos asomos a las primeras huellas que subían al cerro nos aconsejaron esperar al día siguiente para seguir adelante. Casi caía la tarde y estábamos cansados de un largo día.
Un arroyito, suelo arenoso y unos arbustos nos ofrecieron el reparo para el tercer campamento consecutivo de altura, esta vez a “sólo” 4200 msnm. No estábamos solos, ya que a unos centenares de metros aguas arriba se veía un precario puesto del cual se acercó una jovencita a ver qué hacíamos allí. Salvo que uno de sus “atrevidos” perros le tiró un tarascón a Denis que le rompió el pantalón, allí no tuvimos problemas (sólo era curiosidad)
Todos nos fuimos a dormir temprano ya que estábamos ansiosos por la aventura del día siguiente, que vaya si lo fue…
Buenas noches
: