DE NUEVO EL SAMBOROMBÓN, AHORA EN BICI
04 de Febrero de 2012
Este verano donde postergué mis vacaciones por algunas cuestiones particulares, el Samborombón por uno u otro motivo se ha vuelto mi meca. Está muy cerca y tiene sus rinconcitos ocultos que la sequía permite ir a descubrir. Después de las lluvias de la semana pasada me entró la curiosidad de ver cómo había cambiado el paisaje con un poco de agua.
Morente (Enrique) me estuvo azuzando para ir con la bici y sin mucha insistencia, aflojé: era una buena oportunidad para verificar si se podía progresar con la chata más allá de lo que había logrado la semana pasada, además de conocer algunos nuevos amigos y hacer un poco de ejercicio.
Pese al pronóstico de alta temperatura y chaparrones, acordamos en encontrarnos el sábado en Vergara…. a mediodía !!! En teoría se iban a sumar algunas motos, cuatris y chatas pero al final no se arrimaron. Solamente fuimos de la partida cinco ciclistas y Morente con su chata, de apoyo. Aclaro que el pobre Enrique después de organizar todo, andaba medio herido y sólo vino para hacernos el aguante. Grande Enrique, yo no hubiera completado el recorrido sin su vital asistencia al ciclista novato, siguiéndonos casi todo el periplo de modo de tener siempre agua fresca a mano.
Elsa, Graciela, Ana, Matías (Binlada) y yo salimos pedaleando desde Vergara, donde dejé mi chata, hacia el Puente de Caños (Paso de Piedras), desde tomaríamos por el cauce del río aguas abajo. Al llegar allí ya me dí cuenta que algo había cambiado ya que si bien el agua no corría, ya no había sectores del todo secos como la semana pasada.
Tomamos por la margen norte donde en principio había huellas vehiculares durante los primeros dos kilómetros. Donde se terminaron, aún se hubiera podido seguir con una chata sorteando alguna angosta cornisa entre alambrado y barranca. Enrique, que no podía seguirnos se daría la vuelta por el otro lado (puente ferroviario) saliendo a nuestro encuentro. Con las bicis era sencillo pero cansador ya que al no poder ir por el cauce debido a las barrancas, había que andar por los pastizales.
A los tres kilómetros llegamos al zanjón que me detuvo la semana pasada, confirmando que si lo hubiera pasado, completaba el tramo entre puentes. Mirado ahora con tranquilidad, hice bien a no intentarlo porque hubiera requerido bastante trabajo de paleado, ya que los bordes eran muy escarpados. Pero se puede !!!
Seguimos ahora por terreno conocido y compruebo con sorpresa la aparición de un nuevo alambrado que llega hasta la mitad del río. Sin duda o hubo problemas con los animales que se cambiaban de campo ó los dueños, después de que me vieron pasar la semana pasada decidieron cerrar el paso. Ya no sería posible volver a pasar por ahí sin problemas..., con las chatas. Con las bicis, sólo pasarlas por arriba del alambrado.
A lo lejos se veían los pilares del puente ferroviario pero ni rastros de Enrique con la chata. Imaginé el problema y al cabo de un rato lo confirmé: el primer alambrado después de los pilares ya no estaba en seco, imposibilitando el paso. Hasta ahí llegó Enrique y hasta acá se podrá llegar si no vuelve a secarse el río.
Un poco más adelante llegamos a los pilares y paramos a descansar un poco, después de los primeros 6.5 km de offroad. En vez de volver por los senderos marcados decidimos seguir por el río hasta la RP20 unos 7 km más. Que podía hacer si las chicas ni mosquearon ante la propuesta. Estaba bastante cansado pero había que seguir...
Enrique ahora nos siguió de cerca con la chata, acercando el vital elemento como ya dije. La distancia en línea recta es corta, ya que el puente la RP20 lo visualizamos enseguida pero el río acá hace mil meandros y en realidad la distancia es casi el doble, pero es muy bonito el paisaje para compensar. Pasamos algunos alambrados que no se nos resistieron por estar muy flojos o faltarles alambres. Los animales se sacaban el calor bañándose en el río.
Llegando al puente, lo habitual: un alambrado bastante tenso y la libertad a un paso. Por suerte casi sobre el río, estaba un poco más flojo y la chata de Enrique lo pudo atravesar sin romper nada, gracias a la conocida propiedad de rebatibilidad elástica.
Habíamos unido los dos puentes carreteros recorriendo 15.3 km de río
Sobre la RP20 me di cuenta que los calambres estaban ahí nomás, así que silbando bajito seguí a ritmo lento pero uniforme, a tal punto que ni siquiera me tentaron con una cerveza helada que consiguieron en el puestito que está al lado del puente para atender pescadores.
Los últimos kilómetros, al menos para mí fueron muy duros, solamente aliviados porque el tramo desde la RP20 hasta Vergara es muy bonito y arbolado y porque Matías me hizo el aguante sin chistar. Pero al final llegué: 33.1 km a más de 32°C de temperatura, para mí, una hazaña. Posiblemente no tanto para los demás, que sin duda están entrenados pero de todos modos fue muy duro.
Tan duro que nadie se negó, después de recuperar el aire, a la oferta de recuperar energía clavándonos un par de hamburguesas al disco con vegetales grillados (más unas cebollas caramelizadas exquisitas que trajo Elsa) que nos cocinamos a las 17:00 a la vera de la ruta.
Sólo quedó dar una vueltita por la estación abandonada de Vergara, que algunos no conocían y volverse casa.
Pasamos un día genial pero terminó con un problema: me empezó a rondar la idea de por qué no recorrer todo el Samborombón completo, desde sus nacientes hasta el río de La Plata…
Hasta la próxima !!!!!
Pampa
Febrero 2012
Si quieres continuar el recorrido TODO EL SAMBOROMBON, estos son los links: