MÁS ALLÁ DE LA RN40
CAMINOS, HUELLAS OLVIDADAS Y TRAZAS INEXISTENTES EN EL OESTE PATAGÓNICO
11 al 20 de octubre de 2013
MARTES 15
RICARDO ROJAS - ARROYO CHALIA - RIO MAYO - PERITO MORENO - LOS ANTIGUOS - RUTA 41 - ESTANCIA LA FRONTERA - CERRO ZEBALLOS - PERITO MORENO
El estado de la ruta cambió: no se veían huellas recientes, en sectores había algo de barro y alguna que otra cárcava tallada por el agua. Nada difícil por ahora; sin embargo el río Zeballos y sus afluentes, el Lincol, el Canalele, etc… se mostraban desbordados y furiosos aunque no afectaban la calzada. Así fueron los 20 km siguientes desde La Frontera hasta que empezamos a subir y superamos los 900 msnm; allí la nieve empezó a aparecer, primero al costado y luego en forma de manchones que con un poco de pericia los pudimos superar. A 1100 msnm un manchón nos tuvo entretenidos un buen rato pero Christian se las ingenió para abrirnos el camino. A 1200 msnm parecía que lo teníamos dominado y que no faltaba mucho empezar a bajar pero….
En una curva con pronunciado peralte con vista al sur, justo frente al Cerro Zeballos, una acumulación de nieve de unos 50 metros de largo y entre 1 y 3 metros de espesor nos frenó en seco: no había forma de encararla sin serio riesgo de rodar por un precipicio. Intentamos esquivarla pero invariablemente caíamos en lugares con pendiente barrosa muy peligrosa y además irremontables, por si más adelante no podíamos seguir. Una verdadera lástima ya que hacia adelante ya se veía el descenso y parecía que no había problemas: otra vez comprobamos la veracidad de los partes de transitabilidad, ahora los santacruceños.
La cuestión que ahora si estábamos al horno con los tiempos: eran las 17:00 y, cerca del objetivo, tendríamos que recular y hacer un rodeo de más de 300 km para juntarnos con la salida que teníamos planeada. O sea que habíamos perdido otra área de interés de nuevo, de modo que la Pampa de Asador y el lago Guitarra se descartaban para seguir preservando los tres días para la travesía al oeste del Cardiel.
El regreso fue un entretenido cambio de ideas por radio para ver qué hacíamos: desde quedarnos en la zona y hacer un hermoso campamento de montaña hasta viajar toda la noche hasta Gobernador Gregores para recuperar tiempo perdido, pasando por pernoctar en Perito Moreno y arrancar muy temprano el día siguiente.
Mientras se desarrolla la discusión radial aprovecho para contarles algo que descubrimos con Eduardo Cinícola respecto al Zeballos; deliberadamente no digo que se trata de monte, cerro ó algo similar. Cuando estábamos detenidos por la nieve frente al Zeballos, Eduardo insistía en que no era él quien estaba frente a nosotros sino que en realidad el Zeballos era una aguja que se veía más atrás de mucha mayor altura, corroborada por mapas del IGM y por sus curvas de nivel.
El Zeballos cercano era de sólo 2260 msnm y el otro, el lejano, de 2743 msnm. Si alguien merecía el nombre, era el más alto. En todos lados se menciona al cercano como Monte Zeballos sin siquiera mencionar el otro, lo cual es muy llamativo y solamente explicado por la facilidad con que se ve uno u otro. La altura no le quita mérito al cercano ya que es muy bonito pero no dejar de ser raro.
Buscando en Internet, unos andinistas que dicen ser los primeros en ascenderlo se refieren al cercano y pese a la altura mayor, ni mencionan el otro pico. Un informe geológico en inglés nos dio una pista ya que sin identificarlos menciona a un Cerro Zeballos y a un Monte Zeballos en la zona. Y si eso realmente era así, cuál era cada uno?
Un viejo mapa del IGM en escala grande 1:100000 nos confirmó la presunción: Ambos se llaman Zeballos: el cercano y conocido es el Cerro Zeballos y el macizo que se encuentra detrás, apenas visible desde la RP41, es el Monte Zeballos, en el seno de la meseta Cuadrada, un desprendimiento menor de la del Lago Buenos Aires.
Volviendo a la discusión radial, les cuento que increíblemente primó la opción de dormir en Perito Moreno, donde arribaríamos tipo 21:00 pero con la firme intención de salir a 5:00 de la mañana, un hito jamás cumplido en expediciones de Viajeros.
En Perito Moreno tuvimos la suerte, como el día anterior, de conseguir dos cabañas para cuatro personas cada una al costado del río Fénix, con un comedor de uso común al complejo donde pudimos hacernos la comida cómodamente.
Marcelo Banco nos deleitó con unos churrasquitos de lomo a la plancha para chuparse los dedos y lo complementamos con el arsenal de sopas, jardineras, fiambres y demás vituallas.
Antes de las 23:00 todos nos fuimos a dormir rápido para el madrugón de mañana.