HUELLEANDO Y RAMALEANDO POR SAN LUIS
RECORRIENDO HUELLAS Y ESTACIONES FERROVIARIAS ABANDONADAS EN LA SIERRA Y EL DESIERTO
5 al 9 de Julio de 2014
MARTES 8: REGRESO RAMALEANDO POR EL BAP
EL TRAPICHE - ESTANCIA GRANDE - TRAVESÍA DE LAS CUMBRES - BALDE - SALINAS DEL BEBEDERO - BEAZLEY - LA COSTA - ZANJITAS - CAZADOR - LA SEÑA - HUEJEDA - ALTO PELADO - TRAVESÍA - CHALANTA - CALDENADAS - NUEVA ESCOCIA - LAS ISLETAS - LAVAISSE - REALICÓ
No nos levantamos tan temprano pero a las 9:00 ya estábamos cargando nafta en El Trapiche. Los planes eran volver paseando de modo de llegar tranquilos al día siguiente para ver la semifinal con Holanda.
Había algunas cosas que hace rato quería curiosear: las Salinas del Bebedero y la parte “enroscada” del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico (BAP) entre Beazley y Justo Daract, la cual con la info disponible parecía ser una travesía en si misma..
Como Pablo no conocía el camino de Virorco y Estancia Grande empezamos a volver por ahí, confirmando lo que ya había dicho antes: se nota mucho menos mantenimiento de las muy buenas obras puntanas. Disfrutamos de las estribaciones serranas por el bonito camino ripiado hasta Potrero de los Funes, donde tomamos el hermoso e imperdible camino de asfalto (Travesía de las Cumbres) que te deposita en la ciudad de La Punta.
De allí circunvalamos la ciudad de San Luis y para empezar a tomar el gusto ferroviario no tuvimos mejor idea que pegarnos al abandonado ramal del FCGOA (Ferrocarril del Gran Oeste Argentino) que se dirige a Mendoza.
La cuestión es que sin darnos cuenta casi nos metimos en una villa y por unos minutos pasamos por el momento más peligroso de la travesía: hasta nos escupieron los parabrisas mientras rezábamos para que las chatas no fallen que no se les ocurra algo más desagradable.
Pasada la zozobra, un clásico camino desértico casi ganado por la vegetación paralelo al ramal abandonado y usado como basurero nos llevó a la primera estación: Pescadores. Por el camino nos llamó la atención la presencia de víboras pese a estar en invierno, por lo que decidimos no meternos por entre la vegetación al no disponer de calzado adecuado.
Justo donde el GPS indicaba "PESCADORES" una tranquera y un camino conducían al terraplén pero a simple vista no se veía construcción alguna. Unos metros más adelante un paso a nivel (PAN) nos permitió llegar al terraplén pero estaba completamente ganado por la vegetación y tampoco se veía nada. No me animé a caminar por el terraplén por el tema víboras y entonces supusimos que Pescadores había desaparecido. Luego en GE vimos que en realidad algo hay pero habrá que volver pertrechado con buen calzado.
Seguimos bordeando las vías rumbo a BALDE (balde significa aljibe), notando que alguien prolijamente apartó rieles para llevárselos aunque parece que lo atajaron a tiempo. La presencia de basura nos indicó que estábamos cerca de Balde a donde ingresamos por su retaguardia. La basura es signo inequívoco de civilización (o no tanto)
Nos fuimos derechito a ver la estación, que contrasta bastante con el abandono del ramal. Está más o menos entera y tiene algunas instalaciones muy llamativas como el tanque de agua rectangular con las aristas redondeadas, toda una obra de arte. Viendo una válvula nos enteramos del nombre original de la línea: FCGOU (Ferrocarril Gran Oeste Argentino), cosa que no conocía.
El nombre de esta estación es debido al nombre del recipiente que se usaba para extraer el agua de los pozos. Entre 1884 y 1887 se perforó un pozo artesiano de 600 metros de profundidad. La zona es conocida como cañada de Baldes (Significado de la nomenclatura de las estaciones ferroviarias de E. Udaondo)
Balde es un pueblo prolijo pero que no supimos aprovechar mucho por falta de tiempo y de investigación previa: después supimos que hay excelentes aguas termales, en pleno desierto, donde el agua es una rareza.
El próximo destino eran las Salinas del Bebedero, un lugar que hacía mucho quería conocer. Hay una excelente cinta asfáltica que la une a Baldes y se llega fácil y rápido.
El pequeño poblado y la planta de sal tienen el aspecto triste que uno espera en un ambiente tan hostil. Todo es gris y con muy poca vegetación, compuesta de los infaltables tamariscos y nada más.
Pasamos al costado del predio de Dos Anclas y pudimos estacionarnos al lado de las enormes montañas artificiales de sal que impresionan por su magnitud y blancura. Detrás de estas pequeñas “cordilleras” de sal se extiende el salitral y laguna del Bebedero hasta donde se pierde la vista. Cumplimos la misión de conocerla.
Saliendo del pueblo, buscando una huella que rodea la laguna por el este rumbo a Beazley, una plazoleta con una vieja locomotora a vapor nos llamó la atención y paramos a curiosear: ahí nos enteramos que existió a principios del siglo pasado un pequeño ramal hasta Balde, que se usaba para transportar los sacos de sal. Algo de la historia de estas salinas se puede leer acá:
http://biblioteca.sanluis.gov.ar/%5CPublicaciones%5CLAS%20SALINAS%20DE%20BEBEDERO.pdf