LA MESETA DE LA MUERTE, LA TERCERA FUE LA VENCIDA
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LUNES 23 DE MARZO DE 2015:
EL DÍA QUE CAYO LA MESETA DE LA MUERTE
LAGO CARDIEL - ESTANCIA DOS HERMANOS - VADEO DEL RÍO CARDIEL - VADEO DEL RÍO LAVAS - ESTANCIA LA CABAÑA - SUBIDA A LA MESETA DE LA MUERTE - LA MESETA DE LA MUERTE
Al despertarnos caímos en la cuenta que habíamos acampado en el fondo del lago Cardiel: en esta temporada con las aguas bajas la costa se retira unos cientos de metros y con la oscuridad habíamos conseguido hacer un acampe “subacuático”. De nuevo, increíblemente nos sorprendió la ausencia total de viento y un cielo sin una sola nube: parecía que el clima favorecía nuestras intenciones meseteras.
Retomamos la RP29 rumbo a la estancia Dos Hermanos de los hermanos Norman y Marcelo Martínez que se encuentra en el lado de enfrente del lago. Después de haberlo molestado infinitas veces por teléfono quería conocer personalmente a Marcelo y de paso terminar de cerrar algunas dudas que todavía tenía respecto a los tracks.
La RP29 cautivó a los nuevos a los ya conocedores porque el aspecto del lago era inusual, planchado como si estuviera congelado, el color celeste de sus aguas era fantástico.
A pocos kilómetros de la estancia vemos venir de frente un viejo tractor ¿quiera era?: Marcelo Martínez a quien por fin tuve el placer de conocerlo en sus pagos y él pudo conocer al “Loco de la Meseta” (o sea yo).
Nos dimos un fuerte abrazo y por supuesto lo interrogué detalladamente sobre nuestros planes y me saqué todas las dudas: íbamos a intentar el ascenso por la única estancia que no conocíamos, La Cabaña, vadeando el río Cardiel y el Lavas por la huella que había supuesto. Marcelo nos dijo que en esta época era donde más lejos íbamos a poder llegar por arriba de la meseta, que el clima de los días pasados había sido excelente y que iba a durar unos días más.
Nos despedimos quedando en contarle la experiencia al regreso.
Seguimos rumbo al río Cardiel y pese a que no íbamos a cruzar por allí, nos asomamos al vado que ya hicimos los viajes anteriores para comparar los niveles. Efectivamente había algo menos de agua pero no estaba tan bajo como esperaba, a lo sumo quince cm más bajo que en octubre pasado.
Reculamos para ir a buscar el vado aguas arriba que el año pasado no nos animamos a hacer y al cabo de unos pocos kilómetros lo encontramos. Con el dato de Marcelo Martínez de que no había pozones ni grandes piedras, pese a la anchura, lo encaré de una y tal como previsto, con el agua a la mitad de la puerta lo pasé sin dificultad y el resto me siguió: el primer escollo había sido fácil.
El río Cardiel que habíamos apreciado desde arriba el año pasado ahora lo veíamos de cerca y lucía aún más bonito. La huella, más o menos marcada corre al sur del río Cardiel hasta la confluencia del río del Medio y el Lavas y un poco más al oeste de esta última, se vadea el Lavas, el cual si tenía mucho menos caudal que en octubre pasado y se lo cruzó fácilmente. Por primera vez, por vía indirecta, estábamos al oeste del río del Medio en los bordes inferiores de la meseta, donde una precaria huella que comienza a subir desde los 400 msnm hasta los 900 msnm nos llevaría hasta la estancia La Cabaña, último punto con huellas transitadas alguna vez.