La nota de color es que acá en ROQUE PÉREZ a mis compañeros los “metí en un brete” y de paso aprovecho para hacer un poco de cultura…
Muchas veces solemos usar la expresión “meterse en un brete” para decir que estamos en problemas o algo así, aunque no se conoce demasiado el porqué de la misma. Un brete es la rampa-pasadizo que se usa para cargar los animales en los vagones o en los camiones cuando se los lleva al matadero. No hay mejor situación gráfica que muestre que estás en problemas y que ya no tienen solución. Y si no pregúntenle a los pobres bichos…
DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición
brete.
1. m. Aprieto sin efugio o evasiva. Estar en un brete. Poner en un brete.
2. m. Cepo o prisión estrecha de hierro que se ponía a los reos en los pies para que no pudieran huir.
3. m. Arg. y Par. En estancias, estaciones ferroviarias y mataderos, pasadizo corto entre dos estacadas, con atajadizos en ambos extremos para enfilar el ganado.
Desde aquí seguimos las vías una vez más y pronto apareció el cruce del arroyo Saladillo, con un puente normal de hormigón. Desde allí pudimos apreciar otro puente ferroviario aún más imponente que del río Salado que dejamos atrás antes de ROQUE PÉREZ. De casi igual extensión, con seis tramos reticulados independientes y sus cinco pilares, cruza el arroyo en diagonal e invita a ir a verlo de cerca. Y fuimos.
De cerca se confirma la presunción: impresionante estructura reticulada construida con perfiles remachados en caliente que para los que nos gusta la ingeniería es un manual a escala natural de Estabilidad I con sus vigas contraflechadas y apoyos de fundición articulados (fijos y deslizantes) de enorme tamaño. Bastante bien mantenido, solo le faltan las plataformas de madera para guarecerse si te agarra en el medio pasando un tren. Vale la pena conocerlo si les interesan estas cosas.
Próximo pueblo y estación, DEL CARRIL, cuyo nombre razonablemente asociamos a alguna extraña decisión o episodio relacionado con Salvador María de la Carril, cuyo nombre de pila había sido usado dos estaciones más atrás. Incluso pensamos si Roque Pérez no habría tenido algo que ver en “partir al medio” a este personaje histórico. Y eso que no habíamos tomado nada…
Después, averiguaría que en realidad no había relación alguna, ya que este DEL CARRIL se refiere a Don Víctor, donante de las tierras donde se edificó la estación.
Es muy parecido todo a SALVADOR MARÍA, excepto que este pueblo es más pequeño y con mucha menor actividad. Se destaca un enorme edificio que debió ser un típico almacén de ramos generales. La estación está utilizada para algún fin municipal.
Siendo la hora en que el empezaba a picar el bagre, con el dato de la existencia de algunas mesitas y fogones que según Gustavo había visto en una foto de CAZÓN en Panoramio de Earth Google, nos dirigimos raudos para poder hacer uso de los discos de arado con los que veníamos pertrechados. Aprovechamos a juntar algo de leña por el camino.
Siguiendo las vías llegamos a la estación y pueblo de CAZÓN, que están inmersos en una cerrada arboleda, que hace honor al famoso Vivero Municipal que lo caracteriza.
El nombre recuerda a Joaquín M. Cazón (1809-1880): hacendado, legislador y uno de los fundadores del partido de Saladillo. Por supuesto, la estación fue edificada en uno de sus campos.
El clima empeoró un poco y pese que aún no lloviznaba, se había puesto bastante más oscuro. Una antena de comunicaciones se perdía en el cielo sin verse su extremo.
Mientras fotografiamos la estación, del mismo estilo que todas las anteriores, vimos las mesitas y fogones del otro lado del predio dentro de una cerrada arboleda de eucaliptos y hacia allí nos dirigimos.
Prendimos el fuego, desplegamos toda la artillería gastronómica, y cuando estaba todo listo para comer… se largó a llover con todo!!!. Tuvimos que pelar las capas amarillas para poder terminar de cocinar.
Rolo, que estaba esperando turno para cocinar, paraguas mediante (¿?) tuvo que hacerlo bajo la lluvia.
Un improvisado AutoMac dentro de cada chata impidió el almuerzo comunitario que teníamos planeado y por supuesto, tan pronto terminamos de comer a las apuradas como pudimos… paró de llover!!!.
No hay mal que por bien no venga, la lluvia acortó el tiempo de almuerzo así que salimos rápidamente de nuevo al ruedo, ahora al final del ramal activo y/o el principio del misterioso y desconocido ramal a SAN ENRIQUE, o sea rumbo a SALADILLO.