SIN ASFALTO, POR RAMALES CAÍDOS EN EL OLVIDO
ÁLAMOS - GUAMINÍ - ARROYO VENADO - CARHUÉ
Por estos lugares pasaba cuando iba o volvía de Santa Rosa en mi pasado realmente pampeano para evitar el tráfico de la RN 5, utilizando el enlace de tierra entre la RN 33 y la RP 65, el que ahora nos llevaría hasta ÁLAMOS (#10). Esta estación, en el medio del campo, está ocupada por una familia que cría animales y hasta no hace mucho los inmensos galpones eran utilizados por una cooperativa cerealera. Su estado no es el mejor pero al menos sobrevive.
Pensar que cuando estaba en la secundaria, allá por el ´75, una vez se nos ocurrió venir a pescar pejerreyes a la laguna de Cochicó y estuvimos a punto de llegarnos hasta acá en tren e irnos a pie hasta la laguna. Recuerdo que los trenes funcionaban y que hasta había averiguado el costo del pasaje y los horarios. Al final vinimos, pero en micro, si mal no recuerdo organizado a través de un programa de radio que creo que se llamaba "La barra pesquera", todos los días a las 6 de la mañana...
Dejamos ÁLAMOS y por un corto trecho tomamos el asfalto de la RN 33, donde la misma “atraviesa” las lagunas de Cochicó y del Monte; apenas pudimos nos escabullimos de nuevo por los caminos vecinales de tierra para arribar a GUAMINÍ (#11). Como casi todas las estaciones de la zona, ha sido refaccionada y se encuentra en excelente estado, lógicamente reconvertida a alguna otra actividad. Está tan linda que hasta parece en actividad.
En el predio de la estación descubrimos una mesa giratoria y para nuestra sorpresa la pudimos hacer dar una vuelta completa, empujándola a pulso. Increíble que después de tantos años la pudiéramos mover con relativamente poco esfuerzo, lo que quedo inmortalizado en un video.
Luego aprovechamos para asomarnos a conocer algo de la ciudad y de la laguna para ver cómo quedó todo después de las terribles inundaciones del ´85. La ciudad exhibe su tranquilidad pueblerina y sus varios edificios del estilo Salamone, como el Matadero y la Municipalidad; al arrimarnos a la laguna, un enorme terraplén envuelve la zona oeste de la ciudad, y si uno no conociera la historia sería inexplicable, sobre todo porque a su alrededor se construyó un coqueto balneario…. sin agua. La laguna está tan lejos que para poder llegar a sus orillas construyeron un terraplén transversal de unos 1000 metros, que curiosamente llega al emplazamiento del anterior balneario que se lo tragó la inundación.
Cuesta creer que todo ese cuenco pudo tener agua alguna vez, aunque de seguro la naturaleza volverá para recordar su poderío.
Próxima escala fue ARROYO VENADO (#12), que yo suponía un páramo despoblado y que resultó un pequeño pero prolijo caserío, con la estación en estado impecable, convertida en Biblioteca Municipal. Mil veces había visto el cartel en la RP 60 y nunca me había asomado. Allí llegamos a la hora de la merienda; la paz y la belleza el lugar nos animó a estacionarnos junto al andén y sentarnos a tomar unos mates disfrutando del entorno.
Al igual que en La Larga, nadie apareció durante nuestra escala allí hasta que nos fuimos. Pareciera que del lado de Carhué han venido trenes de vez en cuando: las vías están en desuso pero no tanto...
Un poco más adelante encontramos el accidente geográfico que le da el nombre, o sea el arroyo Venado, en el cual corría bastante agua cristalina. El puente ferroviario apartado del camino fue un imán y tuvimos que ir a verlo. Aproveché mientras Coco lo inspeccionaba para probar la reductora super baja repechando el empinado y arenoso terraplén, sin problemas.
Continuamos el derrotero hasta CARHUÉ (#13) primero por caminos de tierra y luego por uno de los accesos de asfalto. Después de cargar combustible, buscamos la estación y enseguida la encontramos y nos sorprendimos ya que fue refaccionada a nuevo y remodelada para ser ahora una coqueta terminal de ómnibus, lo que de algún modo la ha vuelto a la vida original. Además algún tren de carga llega hasta aquí.
CARHUÉ era un nudo muy importante ya que aquí confluían tres ferrocarriles: el Ferrocarril del Sud (FCS), por donde veníamos nosotros, el Ferrocarril del Oeste (FCO), que la unía con Trenque Lauquen con la excusa del Lago Epecuén y el Ferrocarril Midland, de trocha angosta, que la unía con Buenos Aires por una traza paralela a la del FCS.
Los tres están desactivados, con la excepción de la continuación del ex FCS hacia el sur, que de vez en cuando transporta granos hasta Bahía Blanca. También está desactivado el tramo que la une con Rivera.
Una señora paseando una nena por el andén se puso a charlar con nosotros y nos contó que su hermana vive en una estación en el medio de la nada, YUTUYACO, que estaba en nuestros planes futuros. Casualidades de viaje.
Saliendo de CARHUÉ nos encontramos con una "pequeña" sorpresa: y yo que creía que Pampa 02 era un camión...