RAMALEADA PRE-PRIMAVERAL
20 de Setiembre de 2014
El sábado previo al Día de la Primavera, después de mucho tiempo, salimos con Adriana a pasear un rato y tomar unos mates y para variar se nos ocurrió ir a recorrer algunas estaciones ferroviarias. Ya no puedo hacer pocos kilómetros porque lo que está muy cerca de casa ya lo conocemos, así que salimos para el lado de Chascomús con la idea de conocer lo que me faltaba del ramal La Plata- Lezama, el ramal lechero, más allá de pedro Nicolás Escribano.
No sabíamos que pasaría con nuestra intención de andar por los caminos de tierra por las intensas lluvias pero como el objetivo era pasear un rato, al final, salimos sin planes fijos: iríamos hasta donde pudiéramos.
Desde casa salimos por RP53 hasta la RP6 por asfalto y desde allí nos sumergimos en los caminos de tierra camino a Brandsen. Agua por todos lados en los campos, pero el camino estaba seco, sin problemas, un buen augurio. Cuando estábamos por circunvalar la ciudad por el sur, la calle que pasa al lado del “Feed Lot” cerca de la RP29 era un terrible lodazal y tuvimos que empezar a recular para poder salir a la RP29.
Nos demoramos un buen rato explorando calles que se cortan en tranqueras cerradas y no te dejan salir hasta que dimos con una que corre paralela a la abandonada traza del provincial y que nos sacó del atolladero. Fugaz paso por la RP29 para cruzar el Samborombón, muy crecido, y enseguida volvimos a la tierra para hilvanar Jeppener y Altamirano, donde hicimos una primera parada fotográfica en las siempre atrayentes instalaciones ferroviarias abandonadas.
Luego seguimos costeando el ferrocarril por el camino a GÁNDARA, que era otra estación que tenía pendiente de conocer. Ante mi sorpresa los caminos de tierra estaban impecables y permitían disfrutar de la tranquilidad campestre sin preocupaciones.
Llamativo monte con las copas verdes y resto aún secoAl llegar a GÁNDARA nos encontramos primero con el triste aspecto de las instalaciones de la famosa usina láctea homónima, la cual a muchos de nosotros nos proporcionó el riquísimo dulce de leche de nuestra infancia. Si bien no está del todo abandonada (hay un cuidador que salió enseguida al ver que tomábamos fotos), está claramente desactivada desde hace unos años y sin duda es la responsable que el pueblo luzca como un pueblo fantasma: nadie por sus calles, casas abandonadas, una verdadera tristeza te invade al verlo.
Hay tres excepciones en este pequeño pueblo que parecen resistir la muerte: la estación ferroviaria, una casa colorida que parece de fin de semana y la escuela.
La estación luce impecable, seguramente por el cariño que le brinda el jefe de la misma, que seguramente vive allí dado que dudo que haya mucho tráfico de pasajeros atento al aspecto del poblado. Hay que destacar lo bien cuidada que está y sin duda merecería tener gran actividad como retribución a tanto esmero. Supongo que el nuevo tren chino que diariamente va y viene de Chascomús a Plaza Constitución le hará alguna visita de cortesía al menos…
Con tristeza dejamos Gándara y seguimos por tierra hacia Chascomús aunque sin intención de visitarla ya que nos interesaban sitios más solitarios. Cruzamos la Autovía 2 y nos dirigimos directamente a Comandante Giribone, una de las estaciones del ramal "lechero" que queríamos conocer.
Los campos se veían a tope de agua pero el camino no mostraba signos de problemas para transitarlo, aunque tenía alguna duda de lo que vendría ya que esta zona es un mosaico de lagunas. La cuestión es que prácticamente llegamos a Comandante Giribone sin embarrarnos, ya que sólo tuvimos que pasar un charco largo pero de piso firme que con cualquier auto normal se hubiera podido sortear.
Allí encontramos un pequeño pueblito desierto, con algunas construcciones interesantes que sin duda mostraban que en el pasado, cuando el tren funcionaba, debió ser un centro de cierta importancia. En uno de las casas del pueblo se nota cierta actividad como si fuera el casco de una estancia.
La estación fue una simple construcción de madera, similar a la de Don Cipriano aunque dispone todavía de un enorme galpón en buenas condiciones. Los nomencladores no están o nunca estuvieron. Curiosao el destino de la estación intermedia a Giribone y Don Cipriano, la majestuosa Pedro Nicolás Escribano, comparada con sus vecinas. La que el ferrocarril eligió como centro principal y a la que destinó muchos recursos en su construcción fue Escribano, pero su ubicación parece que nunca llegó a ser conveniente económicamente y nunca siquiera llegó a conformar un poblado. Sin embargo, las dos provisorias y de construcción precaria como Don Cipriano y Giribone, si llegaron a ser importantes a tal punto que a su alrededor si se conformaron poblados.
De todos modos, al final se murieron las tres...
Seguimos rápidamente hacia Libres del Sur con la intención de llegar luego hasta Lezama y, por último volver por la Autovía 2. Apenas salimos de Comandante Giribone, el camino ya no estaba tan transitado y se empezaron a suceder sectores enlagunados y con profundos huellones, nada serio para Pampa 02 pero suficiente para hacer muy lento el andar. Manejar se puso entretenido y además sabía de lo interesante que podía ser Libres del Sur, así que ni se nos ocurrió recular.
Y llegamos a Libres del Sud después de divertirnos un poco, siempre con alguna duda de cómo zafaríamos si te pasa algo y andás solo por estos lares. La estación es una maravilla y parece ser una propiedad privada habitada. Es similar a la Pedro Nicolás Escribano pero está muy bien cuidada y fue una lástima que no hubiera nadie para solicitar permiso para verla más en detalle. La verdad que se veía todo tan bien que no me pareció respetuoso ni oportuno entrar saltando la tranquera. Ganas no me faltaron, pero la realidad de estos años es que la gente está mucho más desconfiada y hay que ser muy cuidadoso para evitar problemas. Es sabido que ante tantos delitos rurales hay que ser precavido en estas épocas y no amargar una salida por una buena foto. Una pena, pero es la realidad.
No obstante pudimos sacar buenas fotografías desde su perímetro, rodeando el cuadro de la estación. Me llamó la atención que a diferencia de Giribone, no había casi construcciones a su alrededor pese la magnificencia del edificio de la estación.
Al seguir hacia la próxima, Atilio Pessagno, nos percatamos que en realidad el pueblo de Libres del Sud está alejado de la estación y que si bien no es muy grande tiene algunas casas habitadas, un boliche de ramos generales y una importante iglesia o capilla. Seguramente el pueblo fue anterior a la estación y a la traza ferroviaria no le quedó cómodo arrimarse.
Buscando en la web, apareció la historia (Fuente Wikipedia):
"Allá por los años 1900, Don Domingo Etcheverry, dueño del campo "El Carmen" cedió al clero una fracción de su campo, para que se construyese la Iglesia que se ubica pasando el Paraje del Campo, "Nuestra Señora del Carmen". Frente a éste, hay una Escuela, y, a sus alrededores, algunas pocas viviendas.
Doña Delia Etcheverry Rosso (abuela de quien redacta, hija de don Domingo Etcheverry y Adela Rosso, con domicilio en la ciudad de Chascomus, en la calle Victoria 2750, casada en únicas nupcias con César Pedro Félix Allievi, hijo de Cayetano Allievi, italiano, y de Adela Carini, uruguaya) fue dueña de "Santo Domingo" - la fracción más próxima a la Estación Libres del Sud -, un quinto de "El Carmen" posterior al fallecimiento de Don Domingo. Presenció durante su niñez, el montaje de las vías del ferrocarril que atravesaban el campo "El Carmen" y la construcción de la Estación "Libres del Sud". Carpas con ingenieros italianos e ingleses se instalaron en "El Carmen" y otros campos aledaños, para montar los rieles.
El Plan Larkin, iniciado por Arturo Frondizi y continuado por los gobiernos posteriores, desembocó en el cierre del ramal que iba a Lezama, "el tren lechero" y que pasaba por "Libres del Sud", proveniente desde la ciudad de La Plata. Años después, los rieles fueron levantados y vendidos como hierro de segunda mano. Se invita a los lectores a citar aquí los nombres de los responsables de este hecho.
Entre los años 1962 y 1970 y algo, el tren a vapor... llegaba los sábados a la estación, trayendo el diario, y transportando pasajeros cuyo destino final era Lezama. Personalmente concurrí a caballo a buscar el diario, más de un sábado.
El pueblo tenía carnicería "lo de Cacho" donde se carneaba habitualmente y se jugaba pelota-paleta,y, según cuentan algunas de las familias que todavía viven allí, hasta tres carnicerías y una fábrica de Dulce de Leche.
El camino de tierra que une Chascomus con Libres del Sud ha sido mejorado y se nota hoy un aumento significativo del tránsito por un camino que antaño, era transitado por algún vehículo en todo un día o más.
Es una zona eminentemente ganadera, aunque se siembra maíz, alfalfa y soja. El tambo fue una actividad que se desarrolló también en esa área.
Una famosa escritora y su familia tenían campo en esa localidad."
A partir de allí, ya con la tarde cayendo, los caminos se pusieron tortuosos, más que nada por la perspectiva de quedar entrampados en algún huellón de noche, por donde seguro no pasa ni el gato. Pasamos unos cuantos para ver si aflojaban pero lejos de ello cada vez eran más frecuentes y más jodidos, así que con todo el dolor del alma, decidimos recular por donde vinimos, quedándonos con las ganas de Atilio Pessagno y Lezama. Si hubiera sido más temprano, seguro que seguíamos.
Nos volvimos de nuevo a Chascomús y desde allí muy a pesar mío, tomamos la Autovía 2 para hacer más rápido y volver a casa a cenar.
Apenas algo más de 300 kilómetros que nos vinieron muy bien para despejarnos un poco después de tantos fines de semana sin salir a ningún lado.
Pampa
Octubre 2014
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